Familias que luchan y siguen adelante. Esta semana la historia de María Scipioni

maria inesDesde hace muchos años, El Observador cuenta historias de vida que conmueven, de familias que son ejemplo de lucha, esfuerzo, solidaridad y fortaleza, que pese a tener obstáculos en el camino, intentan sobrellevar esas dificultades propias que la vida les deparó. Esta semana dialogamos con María Inés Scipioni (54), a quien hace 3 años, le detectaron leucemia, que recordemos se produce cuando ciertas células se vuelven cancerosas y se infiltran en la médula ósea. Scipioni explicó que “cuando me la detectaron, en 2011, yo estaba trabajando en una peluquería en Buenos Aires, pero debido a que eran muchas horas de tratamiento, no pude seguir con el empleo. Además, por consejo de la médica que me está tratando, tuvimos que dejar B. Aires y venirnos a nuestra casa, en Crespo, fundamentalmente por razones de tranquilidad”. Su esposo, Raúl José Derfler (58), también quedó sin trabajo, ya que tuvo un accidente laboral, dejándoles secuelas, que hoy le impiden realizar ciertos empleos. “Estaba de encargado en un edificio y se cayó desde una escalera. Tiene hernia de disco, pinzamiento en el nervio ciático, así que no puede hacer ningún trabajo pesado. Cuesta mucho conseguirle un empleo, por lo que sin ingresos fijos mensuales, estamos viviendo una situación muy difícil”. La mujer se muestra orgullosa del acompañamiento que tiene de sus hijos, demás familiares y amigos, pero asegura que “no me siento bien que todos los meses nos tengan que dar dinero para cubrir todos los gastos que tenemos. Mi medicación es oncológica y muy costosa. Tenemos una obra social, por la que debemos pagar $ 2.000 mensuales, que tiene una buena cobertura para los remedios. Sin la misma, nos costaría $ 36.000 la medicación. Ahora tengo que hacerme nuevos estudios en Buenos Aires, que cuestan casi $ 7.000, que también me los cubre, pero en estos momentos la tengo suspendida momentáneamente, porque estamos debiendo un mes y medio… Hasta diciembre del año pasado estuve con psicólogos y en estos momentos no, porque todo representa gastos que no estamos en condiciones de afrontar”. María Inés afirmó que “en verdad, no puedo pretender que la familia nos siga ayudando… Abrí una peluquería en Crespo, pero es muy difícil empezar. Cuesta conseguir clientes, así que nos mantenemos como podemos, porque además de la medicación, de los tratamientos, están los gastos generales de una casa, para comer, vestirse… Mi marido hace algunas ‘changuitas’, pero no alcanza. Como se había quedado sin trabajo, logramos comprar un auto 2010 para venir a trabajar de remisero y como no estaba radicado acá, hasta que no tenga los 2 años de residencia, no le dan la habilitación. Nosotros somos nacidos en Crespo, pero por razones laborales nos fuimos a vivir a Buenos Aires”.