Fábrica de camiones Iveco suspendió a 900 trabajadores

La fábrica de camiones Iveco confirmó este lunes la suspensión de 900 operarios en la histórica planta de la localidad cordobesa de Ferreyra. La firma italiana también anunció la apertura de un plan de retiros voluntarios.

 

“Llevamos perdidos 90 mil afiliados y otros 5000 están con licencia o jornada reducida”, alertó el titular de Smata, Ricardo Pignanelli, frente a la ola de despidos y suspensiones que enfrenta el sector automotriz, que en el primer bimestre del año registró una caída del 22,1 por ciento de la producción.

 

 

“Después saltan los funcionarios diciendo que estamos en el mejor de los mundos” y recordó que, en 2013, se fabricaron 840 mil unidades, mientras que en el último año la producción cayó al 50 por ciento y, de todas formas, en diciembre de 2018 “quedaron en stock 250 mil unidades”.

 

“Cualquier perspectiva hacia adelante es de reducción de personal, porque no tenemos mercado”, insistió el titular de Smata, en diálogo con AM 530 y explicó que el gremio “hace un año está gestionando en todos los organismos oficiales”, mientras que en las empresas negocia que despidos se produzcan a través de planes de retiros voluntarios porque “permite tirar la pelota hacia adelante”.

 

Según publicó Página 12, la confirmación de Iveco de suspender 900 operarios, por el parate de la fábrica cordobesa de Ferreyra durante marzo, se suma a una larga lista de firmas automotrices que decidieron parar sus fábricas en marzo con el correlato de suspensiones: 2000 trabajadores en PSA Argentina (Peugeot-Citroën), 700 en Honda, 1500 en Renault. En tanto, Fiat Chrysler Automobile (FCA) suspendió 2.000 mil operarios el viernes pasado. A ese raid de suspensiones se sumó la aprobación del plan preventivo de crisis en la fábrica de neumáticos Fate, donde se esperan 430 despidos.

 

“En las terminales grandes se puede arreglar suspensiones o planes de retiros voluntarios porque tienen espaldas, pero de ahí para abajo: el pyme, el autopartista chico o el concesionario no puede bancar la situación económica”, explicó el titular de Smata. En ese sentido, puso el ejemplo de lo ocurrido con la firma de carrocería de colectivos Metalpar, que cerró sus puertas y dejó a 600 empleados en la calle.

 

“En octubre de 2017 empezamos a trabajar con Metalpar. Se está yendo del país con 600 despidos directos y un total de 3 mil indirectos, de trabajadores que pertenecen a los gremios metalúrgico, plástico y textil”, lamentó Pignanelli.

 

En este contexto —que el Indec cifró en una caída del 28,2 por ciento interanual en la producción automotriz de enero—, Pignanelli señaló que “con la resistencia interna del gremio no alcanza”, pero consideró que “todavía la sociedad no está preparada para una medida como la que tenemos que hacer. Hay que poner una medida de fuerza con continuidad de 24, 48 ó 72 horas, pero acá vos hacés eso y lo primero que sos es golpista”.

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