Explican cómo el trigo y el maíz temprano pueden ser aliados para el control de malezas

En los últimos años, en muchas zonas del país aumentó el monocultivo de soja y paralelamente, disminuyó la superficie sembrada con trigo y se retrasó la fecha de siembra del maíz. Diego Ustarroz (INTA) afirmó que “estos cambios tuvieron consecuencias negativas para los sistemas productivos, con la aparición de malezas resistentes”. Períodos de barbechos (lotes sin cultivos) muy largos sumado a una disminución en la rotación de herbicidas con diferente modo de acción, derivó en la aparición de biotipos con resistencia múltiple. En este sentido, el profesional propone cultivos de trigo y maíz temprano, que “son estratégicos, ya que el primero reduce la cantidad de nacimientos de plántulas de malezas y compite por luz, agua y nutrientes con las mismas, mientras que el segundo, permite la aplicación de herbicidas con modos de acción diferentes a los utilizados en soja”.

En los últimos años, en algunas regiones del país, se retrasó la siembra de maíz, pasando de septiembre-octubre a diciembre. Según Ustarroz, “esta modificación originó períodos de barbecho de 8 meses en algunos casos, lo que trajo como consecuencia un incremento en las aplicaciones de herbicidas, como graminicidas, en forma repetida”. Además, “esos maíces son cosechados a fines del invierno, momento en el que las malezas de ciclo otoño-invernal adquirieron un gran desarrollo y en general, se encuentran bajo estrés hídrico, dos condiciones que dificultan su control”.

Un estudio preliminar realizado en el INTA Manfredi demostró la importancia que tiene el trigo en la reducción de la población de Amaranthus hybridus, especie cuyos biotipos resistentes a herbicidas siguen diseminándose en la provincia. “La implantación de este cereal luego de la cosecha de un cultivo de soja con alta infestación de esta maleza, redujo los nacimientos y supervivencia de las plántulas nuevas de A. hybridus en primavera”, detalló Ustarroz quien destacó que “las parcelas con trigo llegaron a cosecha sin plantas de esta maleza, mientras que las que estaban en barbecho, tuvieron una alta infestación”.

 

Cambiar el manejo

 

El aumento de malezas con resistencia a herbicidas redujo las alternativas de control y ha incrementado los costos de producción. Los primeros casos confirmados de resistencia múltiple (a dos o más herbicidas con diferente sitio de acción) en Argentina, son un indicador de que el manejo de malezas debe cambiar, explicó Ustarroz. En este contexto, el Manejo Integrado de Malezas se posiciona “como la única manera efectiva de contribuir a la sustentabilidad del agroecosistema con una mirada en el largo plazo”. El MIM “descarta el manejo basado solo en el uso de herbicidas y propone otras alternativas como la rotación o secuencias de cultivos, el cambio de las fechas de siembra, la adopción de cultivares competitivos, la arquitectura de cultivo, el uso de cultivos de cobertura y de modelos predictivos de emergencia de malezas, entre otras”.

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