Exclusivo: Mano a mano con el Pato Fillol

Instalado en el pueblo que lo vio nacer, San Miguel del Monte, a 120km de Capital Federal, Ubaldo Matildo Fillol atraviesa la cuarentena. Allí está el enorme Pato, campeón del mundo con Argentina en 1978, uno de los mejores arqueros de la historia de nuestro fútbol. “En Capital vivo en un departamento y acá estoy mejor porque tengo una quinta, mucho más cómodo y tranquilo”, cuenta a la distancia para romper el hielo con Canal 6 Entre Ríos TV.

De inmediato, el lugar dónde se crió fue el disparador para sumergirse en la charla futbolera. Como todo chico del interior, vivió el deseo de llegar al fútbol grande. “Mi sueño era poder jugar en los clubes de Capital Federal. Desde 1963 cuando empecé a probarme en Quilmes viví esa ilusión de ser profesional en el fútbol. Mi sueño era jugar ahí. Después llegó el debut en Primera y a partir de ahí apunté a jugar en clubes más importantes y cuando eso sucedió quise jugar en la Selección y cuando llegás a ponerte la Albiceleste soñás con la Copa del Mundo. Todos esos pasos se fueron dando, gracias a Dios”, narra en un claro ejemplo en el que un sueño o una meta, alimenta a otro en el camino de la superación.

– ¿Se siente reconocido y querido por el público?

– Mucho, gracias a Dios. Allá en el 78, cuando me eligieron el mejor arquero del Mundial, me preguntaban permanentemente si me sentía el mejor del mundo, a lo que yo respondía siempre lo mismo: La gente, el periodismo y el más sabio de todos nosotros que es el tiempo, me van a poner en el lugar que realmente merezco. Hoy siento que estoy en ese lugar. Todas las encuestas que hacen permanentemente me califican muy alto y entonces pienso que valió el esfuerzo.

En la actualidad está al frente del Departamento de Arqueros de River. Lo sumó Donofrio luego de un episodio en la presidencia de Passarella.

– La Selección lleva mucho tiempo sin ganar una competencia oficial. ¿Por qué?

– Es un misterio porque si vos empezás a leer y ver las selecciones que formó Argentina desde el 86  para acá, en todas las formaciones ha habido jugadores maravillosos y técnicos muy capaces. Entonces es un misterio y no sé qué es lo que pasa. Sí vislumbro que se acerca el tiempo en el que Argentina pueda ganar la tercera Copa del Mundo y ojalá sea en este momento donde tenemos al mejor jugador del mundo como Lionel Messi. Ojalá eso suceda porque cada vez que pasa el tiempo, la gente se va dando cuenta que no es fácil. Hay que jugar en equipo, con tener al mejor jugador del mundo no alcanza. Sería bueno que la cabeza que agarre la Selección pueda armar una infraestructura para poder ganar un Mundial.

“El abrazo del alma”: Foto icónica si las hay del Mundial 78. El Pato, Tarantini y el hincha que se suma a la celebración.

– ¿Cómo hizo Menotti para conformar aquel equipo del 78?

– El grupo era muy fuerte, yo me incorporé en enero del 78 en Mar del Plata donde empezamos la concentración. Fueron 5 meses y lo primero que vislumbré fue el gran grupo humano que había. Hubo mucho mérito del profe Ricardo Pizzarotti (preparador físico) quien armó un grupo fuertísimo; obviamente acompañado por toda la otra infraestructura táctica y técnica que armó el Flaco Menotti. La concentración fue de gran importancia porque convivís con tus compañeros, los conocés. Además el técnico podía llegar todos los días con su mensaje para saber qué es lo que quería. El mérito de la formación de todo eso, desde lo grupal a lo futbolístico, fue de Pizzarotti y de Menotti que hicieron un buen trabajo. Repito, con mucho tiempo y días de entrenamiento, cosa que ahora no se puede realizar.

– Siempre se habló de la fuerza sus piernas, de los saltos… ¿es genético o en base a entrenamientos?

– Sí, hay muchos videos dando vuelta con atajadas mías. Yo estoy muy feliz porque puedo homenajear a mis padres que ya no están. Son los genes, ellos me dieron los genes que son lo importante, y esa materia prima la ayudé con muchísima disciplina. El hecho de que yo pudiera con mi disciplina enriquecer todo lo que me había dado la vida era fundamental. No solamente enriquecerla con condiciones futbolísticas, porque he visto muchos arqueros y jugadores con condiciones tremendas pero la “cabecita” no le ayudaba, entonces quedaban en el camino. Es un desperdicio tener ese don que te da la vida y no saberlo aprovechar. Hay muchos casos, en el mío fue diferente, gracias a Dios pude enriquecer con mi disciplina toda la naturaleza que tenía.

Sobre Gatti: “Él decía que era el mejor y yo trabajaba para ser el mejor

– ¿Un arquero nace o se hace?

– Las dos cosas. Yo nací arquero porque el mejor puesto que podía demostrar con mis piernas era en el arco, mi reflejo era en el arco y todo lo otro lo fui aprendiendo. Hasta mi último día, hasta mi último partido que fue el 22 de diciembre del 90, yo quise y me propuse aprender. O sea que se nace y se hace.

– Históricamente hubo una rivalidad futbolística entre Gatti y usted. Él no quedó en la Selección del Mundial 78. ¿Qué sucedió?

– Eso fue durante una década, yo representaba a River y él a Boca, todos los días salíamos en las tapas de los diarios, en las noticias. Fue una década irrepetible por el nivel que teníamos los y por los clubes que representábamos. Gatti ha sido un arquero estupendo, sensacional y estábamos ahí peleando codo a codo. Él decía que era el mejor y yo trabajaba para ser el mejor, él tenía un estilo y yo otro, éramos distintos pero esa década iba a ser irrepetible porque tuvo a dos arqueros impresionantes. Respecto a por qué no fue al Mundial, no sabría contestar. Sólo sé que la última semana del año 77 me reuní con Menotti y él me incorporó al seleccionado donde ya estaba Hugo (Gatti) y me dijo: “Pato, mire que usted entra como cuarto arquero”. Dije “sí, no hay problema, quiero estar en la Selección”. Estaban Gatti, el Negro Baley y Ricardo Lavolpe; yo era el cuarto arquero. Resulta que el 5 de enero nos presentamos en Villa Marista (Buenos Aires) para iniciar la pretemporada y Hugo no fue. No sé por qué, no sé qué había hablado con Menotti, en realidad no sé qué pasó y ahí quedamos los tres que jugamos el Mundial.

“Me tuve que ir de River porque Passarella y Jota Jota (López) lo decidieron”

– ¿Tiene en su poder el buzo de arquero campeón del mundo con el legendario número 5?

– No. Soy católico apostólico romano, muy creyente, y había hecho una promesa de llevarle la camiseta a la virgen de Luján. Quedó depositada en un museo que tiene la Basílica. Hace un tiempo me contactó una empresa muy grande que hizo un museo FIFA con camisetas y elementos de todos los jugadores de casi todos los mundiales. Es increíble. Ellos me pidieron la camiseta y le conté esta historia que yo la deposité en la virgen del Luján. Fueron para allá y no la encontraron. Salí por los medios para contar esa historia, justo esta semana se comunicó conmigo el arzobispo de Luján y me dijo que personalmente se va a ocupar para localizar ese buzo. Incluso también me contó que Carlos Monzón llevó sus guantes de campeón del mundo y tampoco aparecen. Me dijo que va a hacer lo imposible para que aparezca esa camiseta. Tiene un enorme valor para mí, recuerdo que cuando terminó el partido con Holanda, caí arrodillado y se me apareció la imagen de Jesucristo.

El consuelo a Juan Pablo Carrizo tras un famoso error en la cancha. El arquero, en una acción desubicada, se lo sacó de encima. “Me faltó el respeto”, dijo el Pato.

– ¿Le gustaría volver a ocupar un cuerpo técnico?

– Estuve 10 años con Pekerman en la Selección Juvenil y después en River. Entré porque me convocó Passarella cuando asumió como presidente y después hubo un problema con Juan Pablo Carrizo (arquero de Primera) en un partido donde me faltó el respeto y me empujó. (N. de R.: Tras tener responsabilidad en un gol insólito, Fillol se acercó a Carrizo para consolarlo al término del partido y éste se lo sacó de encima con el brazo). Me tuve que ir porque Passarella y Jota Jota (López) lo decidieron. No hice nada, pero me tuve que ir. Lo busqué a Juan Pablo para alentarlo por ese error y me empujó. 10 partidos después River se fue al descenso. Luego, cuando fue elegido presidente Rodolfo Donofrio acompañado por Enzo Francescoli en el equipo de trabajo, una de las primeras cosas que hicieron fue llamarme y me incorporé. Armé un Departamento de Arqueros y ahí estoy, van a ser 7 años en el club donde me siento maravillosamente bien. Sin dudas que me gustaría volver a AFA, a estar cerca de la Selección. Creo que ahora a través de lo que hago podría estar en los dos lados, porque coordino todo el Departamento de River y lo podría hacer en AFA, pero no están dadas las condiciones.

DATOS PERSONALES 

Nació en San Miguel del Monte (Buenos Aires) el 21 de julio de 1950. Comenzó su carrera en el Club homónimo en 1960. Luego pasó al fútbol grande donde lució las camisetas de Quilmes, Racing Club, River Plate, Argentinos Juniors, Flamengo (Brasil), Atlético Madrid y Vélez.
Con el Millonario fue campeón de los Metropolitanos 75, 77 y 79; de los Nacionales 75, 79 y 81 y en 1980. Con Racing ganó la Supercopa de 1988. También celebró con Flamengo y Atlético Madrid.
En la Selección Argentina disputó tres mundiales (1974, 78 y 82), jugando en cada uno de ellos totalizando 13 partidos. Único arquero argentino en tener este logro. Campeón del mundo en el Mundial del 78 donde fue elegido el mejor arquero del certamen. Defendió a la Albiceleste en 56 oportunidades.
En 1990 con 40 años, cerró su brillante carrera jugando para Vélez y precisamente ante River. Fue un partido memorable del Pato, figura, contuvo un penal y le prohibió al Millonario dar la vuelta olímpica ya que venía peleando punto a punto el título con Newell’s. El Gráfico lo calificó con 10.
RÉCORD: El Pato posee el récord de penales atajados en el fútbol argentino: 26 ejecuciones. Mérito que comparte con Hugo Gatti. Estadística en la que solamente se computan los disparos en los 90’ reglamentarios. Vale agregar que a Fillol le ejecutaron 107 penales y a Gatti 131.

https://www.youtube.com/watch?v=2ZS6ff5D8VM

Entrevista: Darío Rodríguez
Producción: Mauricio Jacob

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