Evolución del cultivo de soja en Entre Ríos

Con el objetivo de analizar lo que sucedió en los últimos 11 años con el cultivo de soja de segunda y sus rendimientos, especialistas del INTA Paraná y sus pares de Oliveros (Santa Fe), realizaron un estudio de su evolución en diferentes distritos de ambas provincias. Resultados preliminares determinaron que la superficie implantada creció un 40% y los rindes alcanzaron hasta un 78%, ambos en comparación con la soja de primera.

Diego José Santos, investigador del INTA Paraná, quien lideró el trabajo, señaló que debido a su fecha de siembra no muy tardía, los rendimientos han sido buenos, tanto en Entre Ríos como en Santa Fe. Durante la década analizada, el estudio registró una marcada caída del área total sembrada con la oleaginosa en Entre Ríos, al igual que en Argentina. El descenso no fue tan claro en Santa Fe.

En esa línea, el profesional indicó que “el crecimiento de la proporción sembrada con soja de segunda en muchas regiones es una señal positiva, en comparación con la de primera, como único cultivo primavera/estival, ya que la primera nombrada sobre un cultivo de invierno, aumenta la captación anual de los recursos naturales e incorpora, la mayoría de las veces, rastrojo de gramíneas al sistema”.

La soja como cultivo de segunda es considerada “más sustentable, ya que permite obtener dos cosechas en una misma unidad de superficie, en un mismo año. Además, permite la rotación con trigo, lo que reduce la aplicación de agroquímicos para el control de malezas, al igual que la aplicación de fertilizantes”.

Desde 1980, la soja es el cultivo anual para granos que más creció en Argentina, tanto en superficie como en rendimiento y producción. Esta expansión fue posible gracias a la facilidad de cultivo y la seguridad de venta del grano. Sin embargo, en los últimos años, el área de cultivo declinó, mostrando rendimientos promedio variables, muy sujetos al clima y con una tendencia de crecimiento ya no tan clara. Al respecto, Juan Enrico, investigador del Grupo Manejo de Cultivos, Suelos y Agua en la Estación Experimental Agropecuaria Oliveros, sostuvo que “esto pudo deberse a la eliminación de retenciones a la exportación de cereales que, posiblemente haya impulsado el crecimiento de su superficie, cambiando la relación de cultivo de soja de primera o de segunda”.

El diagnóstico realizado por el equipo de especialistas del INTA “propone reflexionar sobre las prácticas de cultivo, de utilidad para asociaciones de productores y profesionales y para la actividad pública a cargo del ordenamiento y la prospectiva del uso de la tierra y los recursos, tanto a nivel departamental, como provincial y nacional”.

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