Este domingo es el Día del Padre

Cada año, el tercer domingo de junio se celebra el Día del Padre. Es una jornada especial, propicia para regalarles un presente, un beso, un abrazo o una oración y demostrarles que son cuidados, respetados y amados. Es la ocasión para agradecerles todo lo que han hecho por sus hijos. Éstos no deben esperar a que se vayan de su lado para reconocer sus méritos.

Cada niño nace con una serie de derechos y entre ellos el de contar con un padre, que será nada más y nada menos que quien le dará una identidad, un valor de pertenencia a un árbol genealógico reconocido por la sociedad, le proveerá de un hogar, deberá satisfacer sus necesidades básicas y será quien le brinde todo el amor que necesita. El hombre es el que carga con la mayor responsabilidad, pero al mismo tiempo reviste el derecho de tener contacto con sus hijos, más allá de cualquier situación de pareja. Para la justicia no hay distancia ni circunstancia que impida que un padre estreche los vínculos con sus pequeños, salvo que éste se encuentre preso o padezca de un desequilibro emocional y psicológico que ponga en riesgo la vida del menor durante las visitas. Por otra parte, cualquier hombre que se presuma padre, puede voluntariamente presentarse ante el Registro Civil de la localidad donde se encuentre la partida de nacimiento del bebé y registrarlo con su apellido, aún si la madre ya lo hubiese inscripto como hijo de soltera. Si el niño lleva la identidad de otro persona en el carácter de progenitor, quien se crea su verdadero padre tiene hasta el primer año de vida de la criatura para comprobar su lazo biológico, caso contrario, deberá esperar a que su supuesto hijo en algún momento de la vida le exija la identidad.

Un capítulo especial se merecen aquellos padres del corazón, es decir, quienes optan por adoptar. Los mismos han elegido con convicción y un profundo sentimiento, darle sentido a la vida de un niño, que sin esta noble actitud un presente y futuro muy distinto los esperaría.

Si actualmente eres un padre:

* Acepta este privilegio y la responsabilidad que esto implica.

* Haz todo lo posible por acercarte a tu esposa e hijos. Ellos te están necesitando y a veces no saben como decírtelo.

* Acepta que tus hijos tienen o tendrán algunas ideas diferentes a las tuyas. Decide aceptarlos y acompáñalos en su maduración.

* Busca alguna excusa para decirles que los aprecias. Corre a darles un fuerte abrazo. Repítelo hasta que sea parte de tu trato diario.

* Esfuérzate para que tus pequeños te admiren e imiten tus buenas obras, porque en definitiva eres su ejemplo y guía.

 

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