Estados Unidos abrirá este lunes sus fronteras a viajeros vacunados, tras 20 meses de restricciones

La reapertura de fronteras contempla a más de 30 países, aunque las autoridades estadounidenses pretenden seguir de cerca el estado de vacunación de los turistas y continuarán exigiendo pruebas negativas de coronavirus.

Estados Unidos reabrirá este lunes sus fronteras terrestres y aéreas a los turistas vacunados contra el coronavirus y dejará atrás 20 meses de duras restricciones, criticadas por Europa y sus vecinos México y Canadá, mientras el gobierno de Joe Biden defendió hoy su política de vacunación obligatoria en las empresas con más de 100 empleados, suspendida por la justicia.

Con familias separadas y relaciones comerciales interrumpidas, la “prohibición de viajar” impuesta a principios de 2020 por el entonces presidente Donald Trump y ratificada luego por Biden se convirtió en símbolo de los trastornos de la pandemia de COVID-19.

Con el fin de evitar la propagación del virus, Trump fue uno de los primeros gobernantes en suspender los viajes desde China, en febrero de 2020, y un mes más tarde lo hizo para los países europeos, México y Canadá.

La reapertura de fronteras contempla a más de 30 países, aunque las autoridades estadounidenses pretenden seguir de cerca el estado de vacunación de los turistas y continuarán exigiendo pruebas negativas de coronavirus.

Las vacunas aceptadas serán aquellas aprobadas por la Organización Mundial de Salud (OMS), es decir, las desarrolladas por AstraZeneca, Johnson & Johnson, Moderna, Pfizer/BioNTech, la india Covaxin y las chinas Sinopharm y Sinovac. Por el momento, la rusa Sputnik V y la china CanSino, aplicadas en muchos países latinoamericanos, no están contempladas.

Para los viajeros aéreos, el país exigirá a partir de mañana el certificado de vacunación y una prueba negativa de al menos 72 horas, mientras que las aerolíneas deberán establecer un sistema de seguimiento de contactos.

En el caso de los ingresos por la ruta terrestre, las restricciones se levantarán en dos etapas. Desde mañana, las personas que viajan por motivos considerados no imprescindibles, como familiares o turísticos, podrán ingresar al país siempre que estén vacunadas, mientras que las que lo hagan por razones imperiosas, como los choferes de camión, estarán exentas de ese requisito.

Sin embargo, a partir de enero la obligación de vacunación se aplicará a todos los visitantes que crucen las fronteras terrestres, independientemente del motivo de su viaje.

En tanto, a nivel interno, el gobierno estadounidense sufrió ayer un revés en su gestión de la crisis sanitaria, luego que un tribunal federal de apelaciones suspendiera la obligación de vacunar contra el COVID-19 a los empleados de compañías de más de 100 personas, mientras examina posibles “problemas constitucionales graves”.

La medida, anunciada por Biden en septiembre y adoptada esta semana, obligaba a decenas de millones de empleados a inmunizarse antes del 4 de enero o someterse a pruebas semanales desde entonces y preveía multas de casi 14.000 dólares por cada caso de violación para las firmas que no lo cumplieran.

Pese a la decisión judicial, el Gobierno defendió este domingo la legalidad de la iniciativa y afirmó que dará una batalla legal para que esta se aplique.

“Estamos seguros de que esta medida” cumple “con la ley y las regulaciones”, dijo Cedric Richmond, cercano asesor del presidente, a la cadena CBS.

“Ser presidente no es tomar decisiones fáciles, es tomar decisiones justas y tener el coraje de implementarlas”, agregó, a la vez que destacó que se ofreció “la opción de un test semanal” para quienes rechazaran la vacuna.

Con información de AFP y Télam

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