Especialistas aseguran que las mamografías no se asocian al aumento de cáncer de tiroides

Desde hace algunos años se vienen difundiendo y viralizando publicaciones que revelan cierta incidencia en los casos de cáncer de tiroides en mujeres por su exposición a los rayos “X” durante la realización de las mamografías. Con respaldo científico, especialistas aseguran que “estas afirmaciones alarmistas no sólo son infundadas, sino que también son potencialmente dañinas, ya que pueden llegar a disuadir a las mujeres a no realizarse sus estudios mamográficos anuales, que salvan vidas”. En los últimos 50 años, el “screening mamográfico” se ha convertido en uno de los avances más importantes, dado que, a partir de que se inició esta evaluación anual, la tasa de mortalidad por cáncer de mama ha disminuido en más del 30%.

En 1995, el Instituto Nacional del Cáncer de los Estados Unidos realizó un estudio de casi 8.000 pacientes a los que se les habían hecho estudios radiológicos. Los resultados indicaron que “el riesgo relativo de cáncer de tiroides no se asociaba con la dosis acumulada de la glándula tiroides”.

El Dr. Hugo Conte, especialista en diagnóstico por imagen en Crespo, explicó que algunas pacientes, a la hora de la mamografía, “piden el protector de tiroides, que es un collar de plomo que no deja pasar la radiación. Se hicieron estudios a nivel mundial y todos llegaron a la conclusión de que no se utilice el mismo, porque puede interferir en la imagen de la mamografía, lo que provoca que se deba repetir el estudio. La Sociedad Argentina de Radiología recomienda que no usarlo, pero si la paciente tiene ansiedad y les preocupa, en la mayoría de los centros está el collar cromado a disposición”. Conte agregó que “en la mamografía, se hacen 2 proyecciones de la glándula y la radiación es muy baja. No hay evidencia científica que exprese que pueda producir un cáncer de tiroides” señaló en diálogo con Canal 6 ERTV.

El profesional recordó que “si no hay antecedentes familiares, a partir de los 40 años, el ginecólogo debería indicar a su paciente la mamografía, que puede ser anual, complementado muchas veces con una ecografía. Y si hay antecedentes familiares, debe hacerse a partir de los 30 ó 35”. Destacó que “la sobrevida por la mamografía aumentó entre un 30% y 40% de lo que era antes, porque se detecta tempranamente algo que es curable”.

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