En medio de la euforia, Julián Azaad recordó a “Tica” Borghello

“Fue como tocar el cielo con las manos”, célebre frase empleada para graficar una experiencia que resulta imposible describir claramente con palabras propias. Esto mismo le pasó a Julián Azaad, llegó a lo más alto en lo que va de su carrera deportiva, el sueño máximo de un deportista amateur: estar en los Juegos Olímpicos. 

Junto a Nicolás Capogrosso de Rosario, llevaron al beach volley a la cita ecuménica tras más de una década de ausencia. Luego de escribir este capítulo de la historia en Tokio 2020, el cerritense reflexionó sobre el agua que cruzó bajo el puente, lo que vivió en este proceso y de aquellos primeros pasos.

En ese momento de euforia recordó al inolvidable Marcelo “Tica” Borghello, profe y técnico que dejara este mundo hace pocos meses, hombre vital en la formación de Juli: “Me es imposible no acordarme de ‘Tica’, el que me enseñó a jugar al vóley donde sea que estés, gracias”.

También describió lo vivido en estos últimos días: “Pasé días increíbles, conocí a gente que admiro y, de a ratos, todo parecía un sueño. Pero la sensación más fuerte tiene que ver con el cierre de este ciclo de 5 años, los mejores 5 años de mi vida deportiva y que trajeron a la realidad los sueños que tenía cuando era un nene”.

Seguidamente profundizó: “En este camino, somos un poco menos hijos, un poco menos hermanos, un poco menos novios, en pos de ser mejores deportistas. Alguien me dijo hace poco ‘vos estás rodeado de las personas correctas’ y nada más cierto, nada hubiese sido posible si las personas que tengo al lado no me hubiesen dejado ser quien quería ser aceptando mis errores, mis ausencias y respaldando cada cagada en el camino”.  

“Gracias a todos por reventarnos los celulares con sus mensajes, son un respaldo increíble”, concluyó quien integra el mejor binomio del país.

Por Mauricio Jacob Desde Crespo