En “Grandes Reportajes”, Lic. Salaberry contó del nuevo libro sobre los Alemanes del Volga

Días pasados se presentó en Crespo, el libro “El cumplimiento del porvenir en la Argentina liberal”, del historiador de Baradero (Bs. As.), Lic. Ignacio Salaberry. En dicha publicación, se cuentan nuevas historias de los Alemanes del Volga, en especial sobre 2 familias que a fines del siglo XIX se radicaron en el Departamento Diamante. El investigador visitó el “Centro Periodístico de Entre Ríos”, donde dialogó con el Cont. Fernando A. Huck, director de El Observador.

– ¿Qué nuevos datos está aportando a la historia de los Alemanes del Volga en Entre Ríos?

– El libro tiene distintos enfoques, por ejemplo, el relato de un abuelo descendiente de alemanes del Volga, sobre el motivo por el que se radicó en Crespo. También sobre lo que pasaba en el país y en la provincia a fines del siglo XIX. Entre Ríos en ese sentido, tiene mucho para contar. Casi no hay localidad entrerriana que no tenga en su ADN, ese bagaje de los inmigrantes, principalmente llegados en ese tiempo desde Europa, que se afincaron con sus tradiciones, dialectos, su forma de trabajar la tierra, su cooperativismo y solidaridad, que es lo que más me impresionó de esta investigación. Como tengo la fortuna de contar con amigos entrerrianos, uno de ellos, el crespense, Rubén Mohr Becker, una vez me dijo que por ambas familias, tanto la paterna como la materna, tenía material, archivos, fotografías, recortes, recuerdos y quería juntar toda esa documentación en un libro. Leí todo lo que llegó a mis manos y con unas 400 fuentes escritas, lo fui armando, en un proyecto al que se fue sumando más gente. Presentar un libro siempre es un lindo momento y más en esta situación que vivimos los argentinos en particular y creo que suma, en especial por el espíritu de lucha que tuvieron esos descendientes…

– ¿Qué se encontrarán los lectores en el libro?

– La historia de las 2 familias, la relación de los inmigrantes con el gobierno de entonces, porque no fue fácil hacer esa “patriada”. Los primeros consiguieron tierras, pero después, se complicó. En esa época había promesas en Europa, de que al bajarse del tren y tomarse el barco, iban a tener muchas cosas, pero no todas se cumplieron. Sabemos que los alemanes del Volga han tenido una especie de largo peregrinar, muy marcado, porque estaban en el imperio germánico, después se fueron a Rusia y luego se vinieron a estas tierras, porque también estaban queriendo formar su propio porvenir… 

– ¿Cuántos alemanes del Volga llegaron a Entre Ríos y a Argentina?

– En las primeras “oleadas” fueron unos 1.100, hasta 1879, pero hubo buques que llegaron y no estaban registrados. Después, el gobierno frenó esa migración y en los años restantes, de acuerdo con la bonanza o no del país y de la política que se aplicaba, calculo que puede haberse duplicado esa cifra. Estamos hablando de varios de cientos. Los barcos eran de empresas que salían del puerto de Bremen y otro de Hamburgo y en los mismos, algunas veces todo el pasaje eran aldeanos volguenses que venían para estas tierras. Muchos pensaban llegar a Brasil, pero desembarcaron en Buenos Aires… Esta colectividad se caracteriza por el cumplimiento de sus normas, por su lealtad, su idea de justicia, de unidad… Hay relatos muy interesantes y anécdotas muy particulares, como la de un señor de apellido Herbel, que lo tenían como “cacique” y que quería que se cumplieran las cosas prometidas, que cada grupo de inmigrantes que provenía de una determinada aldea en Rusia, creara su propia “aldea hija” acá y el gobierno quería a cada familia en su chacra y ellos explicaban que así era la forma de trabajar que tenían, en cooperativismo. Un día, este señor estaba sacando agua de uno de los poquísimos pozos que había y pasó un policía, que no tuvo mejor idea de decirle que cada uno debía ir a su chacra y dejarse de jorobar con esto de hacer aldeas. ¿Qué hizo Herbel? Dejó de sacar el balde con agua y trató de tirarlo al pozo al efectivo y tuvieron que venir los compañeros a calmarlo. Algunos episodios o testimonios de esos no son frecuentes de encontrar en otras historias, hubo que rastrearlos y chequearlos. El libro deja también algunos ejemplos que se podrían tomar muy en cuenta y aplicar en la Argentina de hoy, de esa lucha personal y colectiva que tuvieron ante las enormes dificultades, para forjarse un porvenir. Y también deja un mensaje, que hay que preservar el acervo histórico, documental y arquitectónico de los pueblos y ciudades. En muchos lugares, no sé realmente cómo es en esta zona, se va perdiendo, por desidia o por otras razones que desconocemos…

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