En “Grandes Reportajes” explican cómo es la vida de los artistas de circos, el espectáculo más antiguo del mundo

El circo es el espectáculo más antiguo del mundo e historiadores aseguran que es un arte que ya se practicaba hace más de 3.000 años en China, Grecia, India y Egipto, con malabaristas, contorsionistas y equilibristas. Otros señalan a su vez, que como tal, empezó a desarrollarse en la Edad Media, con los “saltimbanquis”, que andaban por los pueblos, mostrando sus habilidades en saltos y acrobacias. A pesar del paso de los años, con renovados repertorios, esta actividad sigue cautivando a chicos y grandes, con espectáculos sanos y familiares. Esta semana, visitaron el “Centro Periodístico de Entre Ríos”, 3 integrantes del “Circo Circus”: Soledad Stancovich (propietaria), el payaso Totín (Augusto Oxandabarat) y el acróbata y trapecista Mariano Muñoz, quienes dialogaron con el Cont. Fernando A. Huck, director de El Observador y conductor del programa “Grandes Reportajes” de Canal 6 ERTV.

– ¿Qué representa el circo para ustedes?

– (Totín) Soy hijo de una familia de circo y de payasos, por lo que esta actividad, ya forma parte de mi vida. Soy la quinta generación de parte de mi padre y la sexta, de mi madre. Estoy casado, mi hija nació en Victoria, tiene 5 años y está empezando a incursionar también en el circo. Yo quiero que ella haga lo que desee y si quiere sumarse, lo puede, nadie nos obliga. La primera vez que entré a un escenario a trabajar, tenía un año y 8 meses. Estaba sentado en la platea y como me sabía la rutina de memoria, entré a ayudar. Ser payaso para mí, no es un pesar, es una forma de ser. Uno siempre tiene que estar con una sonrisa, más allá de que a veces estamos tristes, sin el mejor ánimo, pero a la hora de trabajar, entra a jugar el profesionalismo… A la gente de Crespo y de zonas vecinas, los esperamos a disfrutar de nuestro espectáculo en la esquina de Entre Ríos y Ramírez, este sábado y domingo a las 20.00 y 22.00.

– (Mariano) Soy la quinta generación de familia de circo, tengo 35 años y me crié en este ambiente. Fui motociclista, acróbata, equilibrista, he sido payaso, soldador… Estoy con mi señora, que es pendulista y con mi beba, que tiene 9 meses. Mi esposa ingresó al circo conmigo hace un año aproximadamente y hace 6 meses empezó a estar en la pista. He trabajado en el circo Ringlin de Estados Unidos, que cerró el año pasado, con 154 años de trayectoria, que fue uno de los más tradicionales del mundo. Trabajé en España, Portugal, Francia, Marruecos, Colombia, Venezuela, Brasil, Paraguay, USA, Chile, Vietnam, con diferentes empresas.

– ¿El circo es una gran familia…?

– (Totín) La gente tiene el concepto que somos una gran familia y metafóricamente lo somos, porque trabajamos y convivimos juntos, somos como un barrio que nos movemos todo el tiempo y tenemos lazos muy fraternales entre nosotros, somos muy compañeros, pero ya quedan muy pocos circos de los tradicionales, donde estaba el abuelo, los hijos y los nietos. La empresa familiar ya no existe tanto como antes, hoy en día las empresas son más profesionales, hay un empleador y empleados con sus sueldos. Muchos de nosotros, tenemos otras actividades durante el día. La crisis ha repercutido en el país y también en el circo y uno por más que quiera, es muy difícil vivir solo de ser artista. Yo no puedo ser payaso y no hacer nada más durante el día, porque a mí no me conviene y a mi empleador tampoco. Por eso, además soy electricista, hago la puesta de luces, el mantenimiento de la parte eléctrica. Hay otros que son trapecistas y choferes o equilibristas y publicistas. Fue una necesidad que surgió de ambos lados…

– Siempre se dice que no es fácil la vida del circo, fundamentalmente para los chicos, que cada 15 días tienen que ir cambiando de escuelas…

– (Totín) Tengo 28 años, hice primaria, secundaria y me recibí de bachiller en Gestión y viviendo en circos. Hay una ley que protege a los “niños en situación de golondrina”, hijos de personas que trabajan en circos, por lo que por más que la escuela de la ciudad donde llegamos, no tenga banca o cupos, nos tienen que dar un lugar igual. Yo calculo que estuve en unas 300 escuelas para cumplir mis 12 años de escolaridad.

– ¿Viven en trailers?

– (Totín) Cada familia tiene su casa rodante. Hay gente del circo que no tiene una vivienda propia y la empresa le brinda una, lo que también es parte del arreglo. Hoy tenemos todas las comodidades, con baño, cocina, agua caliente, heladera, televisión, DirecTV y demás. Nosotros estamos 11 meses del año de gira, solo se deja de trabajar en diciembre, así que nuestras casas rodantes, si bien no son como las de turismo, que son divinas, nos permiten estar cómodos y con la mayor cantidad de servicios posibles.

– ¿Por qué Totín?

– (Totín) A ese nombre lo heredé de mi papá y mi abuelo. Ellos usaban sus apodos personales, que eran Pipico y Cepillo. Durante un año, cuando vinieron Fofó y Miliki a Argentina, Alejandro Romay de Canal 9, para competir, hizo un casting entre payasos argentinos, porque quería hacer un programa de ese tipo y quedaron seleccionados mi papá y mi abuelo. Ellos tuvieron un programa de TV y Romay los bautizó Totín y Totón y de ahí quedó mi nombre. Esta es una actividad que la hacemos con mucha pasión y yo creo que si no es de payaso, sería actor comediante o cómico de teatro…

– ¿Probó alguna vez con ser trapecista o malabarista?

– (Totín) Sí, he incursionado en varias disciplinas, pero está en la genética de cada uno, la habilidad corporal. He practicado malabares, cilindros, trapecio, tela y demás, son disciplinas que requieren de mucha actividad física, de mucho esfuerzo…

– Para los acróbatas, siempre está el riesgo al accidente…

– (Mariano) Las caídas no son accidentes, sino que son parte del aprendizaje. Cuando empezás a hacer acrobacias, una de las cosas que primero aprendes, es a saber caer y una vez aprendido eso, uno sabe que no se va a golpear cuando algo falle.

– ¿Cuántos circos quedan en el país?

– (Stancovich) Se hizo un censo el año pasado y hay más de 100, de los cuales 75 estamos tratando de conformar una asociación civil, porque hoy estamos a la buena de Dios….

– Un gran cambio que se dio en los circos, fue cuando se decidió dejar de tener animales…

– (Stancovich) El circo eligió no tenerlos, evolucionamos en ese sentido, por lo que se empezaron a dejar los animales en las reservas. En Concordia por ejemplo, hay una de la familia Zipitria, que decidió no darlos a los zoológicos y sí formaron ese espacio que todavía existe. Lo han hecho de ese modo, porque los zoológicos en la actualidad no están muy bien para los animales.

– ¿Cierran los números para los circos o el circo va a morir alguna vez?

– (Stancovich) No y este año, menos cierran los números. Yo igual voy a seguir con este emprendimientoEl circo no va a morir. El de las entradas es un gran tema en nuestro país, porque el circo está muy vapuleado, no tiene el lugar que debería tener como parte artística y cultural.

 

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