Metalúrgicos preocupados por caída en ventas, falta de financiación y cheques rechazados. Confirman despidos

La industria metalúrgica atraviesa por un momento crítico en la Argentina, que se agravó en medio de la recesión que deteriora a los sectores productivos y generadores de mano de obra. En ese contexto, Entre Ríos es la segunda provincia más afectada, con una caída interanual del 10% en sus niveles de producción al cierre del segundo semestre de 2018, según datos publicados por la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina.

 

De acuerdo al estudio, Entre Ríos se ubica detrás de Santa Fe, que cayó 11,7% en el rubro metalúrgico. Ambas provincias vecinas se desplomaron por encima del promedio nacional, que registró un descenso del 7,1% en los últimos seis meses del año pasado. En tercer lugar quedó Córdoba, que disminuyó un 5,1%, y cuarta Buenos Aires y Capital Federal, con un 4,1% negativo, según publicó Adimra.

 

Juan Hermann, socio de la Unión Industrial de Entre Ríos y empresario del sector, analizó de manera crítica el escenario que se vive y planteó que la caída de la actividad responde a una significativa merma en las ventas producto de un mercado interno recesivo. “Es muy notable la baja de ventas que tenemos. Es tremenda la caída” y apuntó que parte de esta explicación radica en la falta de financiamiento, que imposibilita a los transportistas poder renovar su flota. “No hay crédito”, lamentó.

 

En relación a este aspecto, Hermann cuestionó la política de altas tasas de interés del Banco Central y remarcó que para reactivarse es necesario “financiamiento acorde, para que lo puedan pagar los transportistas… Se necesita que el que va a comprar pueda pagar en tiempo y forma, en cómodas cuotas, con tasas de interés competitivas. Habiendo financiamiento, la Argentina crece. Todos los que manejamos pymes queremos crecer, desarrollar productos y seguir avanzando”.

 

Según Adimra, dentro de los rubros que tuvieron las mayores caídas en su producción durante el segundo semestre de 2018 se encuentran carrocerías, remolques y semirremolques (-20,1%) y maquinaria agrícola (-15,7%), siendo los sectores más perjudicados de los últimos ocho meses. Luego de estos sectores, le siguen los rubros equipos y aparatos eléctricos (-6,8%), otros productos de metal (-5,9%) y autopartes (-3,9%).

 

Hermann puso como ejemplos datos de su propia empresa, comentando que actualmente fabrican en promedio 4,70 unidades por día, cuando en 2017 se alcanzó la cifra de 7,30 por día e incluso hubo mejores meses donde lograron producir más de 8 por día.

 

En medio del proceso inflacionario y la recesión, Hermann destacó que también bajó la rentabilidad, ya que la fuerte suba de costos no se puede trasladar a los precios finales. Según el relevamiento de Adimra con información de diciembre pasado, en relación a la evolución de los costos de manufactura -exceptuando la mano de obra-, las mayores subas se explicaron por el incremento del precio de la energía (gas y electricidad), seguido por el alza de los Insumos siderúrgicos (planos de acero nacionales).

 

En este contexto, la situación se agrava por la forma de comercialización que tiene el sector. Hermann apuntó que se suelen utilizar entre siete y diez cheques para pagar una unidad, sin embargo lamentó que “al tiempo se desvaloriza”. Incluso, alertó por otro de los riesgos presentes: “Tenemos muchos cheques rechazados que constantemente se negocian con el cliente para que lo pueda pagar, refinanciado. El cliente tampoco cobra, porque está toda la cadena mal”, sostuvo.

 

El empresario de Gualeguaychú negó que la cadena de pagos esté cortada, pero reconoció que “está muy difícil”. “La cadena de pagos está cada vez más justa. Uno lo que hace es ocupar el stock de materiales, comprando menos, para no entrar en deuda con los proveedores. En la cadena de pagos, al faltar el crédito, a un pequeño transportista le cuesta mucho pagar: primero paga el combustible, segundo las gomas y después el remolque o la carrocería”, analizó.

 

Menos empleo

 

De la misma manera que cayó la actividad metalúrgica, durante el segundo semestre de 2018 el nivel de empleo bajó un 3,7% promedio en Argentina frente al mismo período del año anterior.

 

En este sentido, los datos dan cuenta de las dificultades cada vez mayores para sostener los puestos de trabajo. De acuerdo al relevamiento de Adimra, alrededor del 44% de los empresarios indicó haber reducido su plantilla de personal en relación al mismo período del año anterior.

 

Al respecto, Hermann reconoció que esta problemática está presente en la provincia y que, en su propia empresa, tuvieron que achicar un 10% la planta. Sobre esto, planteó que se llevó a cabo un plan de reducción que tratara de contemplar las realidades familiares y antigüedades, tema no menor cuando se trata de pymes.

 

En este contexto, analizó: “El empleo se sostiene simplemente teniendo trabajo. Habiendo producción, se sabe que se pueden hacer incluso los pagos adecuados al sector. Habiendo trabajo, de todo se sale y la competitividad de cada uno se va viendo luego”.

 

Finalmente, con estos datos, al ser consultado sobre las perspectivas que se plantean para este año, Hermann sintetizó en pocas palabras la misma incertidumbre que vivencian empresarios y ciudadanos: “No sé qué pasará”. De igual modo, remarcó su desvelo por continuar produciendo e invirtiendo en la industria generadora de valor.

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