Emotivas historias de profesionales que asisten en los nacimientos

Auxiliar en la llegada de un bebé al mundo es una de las prácticas más antiguas de la humanidad, una tarea que en otros tiempos, era realizada exclusivamente por mujeres, que se aprendía muchas veces desde la experiencia y se transmitía de generación en generación. Quien ejerce este rol fue recibiendo diferentes denominaciones: se la llamaba “comadrona”, “matrona”, “partera” y hoy, obstétrica, que desde siempre, ha cumplido la importante función de acompañamiento y control de las embarazadas, madres y recién nacidos, más allá de que en la actualidad, el trabajo para atender los partos se ha complejizado y especializado tanto, que se requiere de un equipo interdisciplinario.

Por el “Día de la Obstetricia y de la Embarazada”, que se conmemoró el pasado 31 de agosto, el Círculo Médico (Dpto. Paraná), compartió la experiencia de 2 profesionales dedicadas a este saber: la obstétrica Rosenda “Pita” de Stieben y la ginecóloga y obstetra, María José Pisk. La primera nombrada, ejerce el trabajo de partera desde hace muchos años en la capital entrerriana. Obtuvo su título de obstétrica en Rosario (Universidad del Litoral) y en 2002 realizó la licenciatura en esa misma área. Hoy, a pesar de estar jubilada, sigue dedicando su vida y sus días a traer niños al mundo.

– ¿Qué la motivó a elegir esta profesión?

– Mi mamá era partera. En su época, los partos se hacían en el domicilio, así que ella atendía el parto y los días posteriores, concurría a controlar a la mamá y al recién nacido. Desde muy pequeña, la acompañaba en esos días posteriores y presenciaba por ejemplo, el baño del bebé. Ahí arranqué con la idea y no me desprendo de mi profesión. Me encanta hacer lo que hago y ayudar a los demás…

– ¿Cuál es el rol de la partera en el proceso de embarazo y durante el parto?

– Le enseñamos a la futura mamá cómo se puede llegar a presentar el parto, ya que todos son distintos, incluso en una misma mujer puede haber parecidos, pero no iguales. En las clases previas, les vamos enseñando qué cosas pueden hacer en el momento de las contracciones, a respirar, a relajarse. Acompañamos el aspecto psíquico de la mamá, controlamos la salud del bebé, mediante un monitoreo permanente, ya sea manual o electrónico, hacemos el control de la dinámica uterina… La idea es que el mayor número de partos termine de forma natural.

– ¿Qué cosas y cómo fue cambiando la práctica de la profesión en los últimos años?

– El cambio fundamental se dio con la tecnología, con los nuevos aparatos y las ecografías. Antes, no contabas con tantos elementos y tenías que saber cómo los chicos estaban ubicados, si de cabeza, sentados, de un lado o del otro y se hacía, con sólo ver y palpar la panza. Ahora se hace una “eco” y se puede ver y comparar. Otro cambio importante se dio con la conformación de los equipos profesionales. Antes, hacíamos los partos solas, para lo cual estábamos autorizadas, en el caso de los partos de bajo riesgo. Hoy intervienen el médico especialista, el pediatra y nosotros.

– ¿Algún caso que recuerde en particular?

– El nacimiento de mis hijos, mis nietos, mis sobrinos… Yo asistí a mi hermana durante el parto… También recuerdo de forma especial el parto de mamás que han tenido muchos problemas en nacimientos anteriores o mujeres que pasan muchos años buscando quedar embarazadas, que son los que causan mucha emoción. Pero, en definitiva, todos los nacimientos son especiales, algunos con mucha alegría, otros con un poco de suspenso…

– ¿Cuáles son los miedos más frecuentes de las parturientas?

– Siempre llegan al final con la duda de que el bebé nazca bien. Por eso, es importante que tenga confianza en el equipo, es mucho mejor para ella y para el proceso del parto.

– ¿Cuál es su opinión en relación a la nueva corriente de volver a los partos en el domicilio?

– No sería lo ideal, porque en las clínicas y hospitales tenés otras garantías, que no se cuentan en los domicilios. La responsabilidad nuestra es muy grande, si bien las cosas se pueden solucionar, no es recomendable llegar a una situación límite. Yo nunca hice partos en domicilio, empecé en las clínicas directamente.

– ¿Cuál es su consejo para quiénes están estudiando o recién se inician en esta actividad?

– Es una profesión muy noble, que requiere mucha paciencia y sacrificio, pero cuando a uno le gusta, lo hace con amor y va solucionando los problemas que puedan surgir. Logra un equilibrio entre su vida personal y profesional. El parto es urgencia y hay que estar al teléfono permanentemente…

– ¿Hay hombres parteros?

– Toda la vida fue una profesión de mujeres, pero hace algunos años se recibió el primer obstétrico, en la Licenciatura de la UBA. Hay registros de algunos más en el país, pero la cantidad es ínfima…

– ¿Qué mensaje le gustaría dar a las mujeres embarazadas o prontas a serlo?

– Que no hay que tener temor al proceso del embarazo, ni al parto. En la actualidad hay técnicas que ayudan a que ese momento sea lindo y agradable. La mujer se tiene que preparar física y psicológicamente, eso es muy importante…

 

Pisk: “Si volvería a nacer, volvería a hacer lo mismo”

 

María José Pisk es ginecóloga y obstetra, especialidades que ejerce desde hace 22 años. Atiende en el Centro de Salud “Corrales” de Paraná, en el consultorio de OSECAC y en un centro de medicina ginecológica y fertilidad. Además, es especialista en adolescencia. “En el 3° Año de la secundaria decidí que iba a estudiar medicina y nunca lo dudé. Antes de cursar ginecología y obstetricia, ya sabía que me gustaba esto. Es más, si volvería a nacer, volvería a hacer lo mismo, a pesar de todo, lo volvería a elegir”.

– ¿Por qué “a pesar de todo”?

– Porque es difícil ensamblar esta profesión con la familia, es “cuesta arriba” con la pareja, con los hijos. Además, nosotros estamos preparados para traer vida y felicidad, pero cuando las cosas no son así, es una tragedia…

– ¿Cómo se complementa el trabajo del obstetra con la labor de las parteras?

– Los obstetras controlamos los 9 meses de embarazo, fundamentalmente la parte médica. La partera acompaña en el preparto y nos llaman cuando la mujer está con 8 centímetros de dilatación. Trabajamos en forma conjunta, lo tenemos muy aceitado al mecanismo. Cada equipo médico tiene su grupo de parteras…

– ¿Cuál es la importancia de los controles durante el embarazo?

– Los controles son importantísimos, fundamentalmente para que el bebé llegue a término y sano. También para descartar enfermedades, ya sea de transmisión sexual o las que se transmiten vía materna al bebé. Toda esa serología que se realiza en el primer trimestre, la repetimos en los últimos 3 meses también…

– ¿En qué momento debe hacerse la primera consulta?

– Lo ideal es que se haga una consulta pre-concepcional, como para tener un pantallazo general de la salud de la mujer, ver cómo está físicamente, si tiene sobrepeso o está muy delgada, tratar de equilibrar esto para que curse un embarazo lo más normal posible. Lo mismo si es diabética o hipertensa, para que si estas complicaciones se presentan en el transcurso del embarazo, poder manejarlas sin problema. Una diabetes gestacional si se detecta a tiempo, puede llegar a término sin problemas. Tomar ácido fólico tres meses antes permite prevenir malformaciones del tipo neurológicas en el bebé. Con un diagnóstico previo, se puede manejar mucho mejor.

– En el caso de los diagnósticos pre-natales, ¿cómo influyó el avance de la tecnología?

– Muchísimo. Ahora hasta podemos hacer test genéticos a la mamá, en el primer trimestre de embarazo, como para saber si el bebé tiene algún problema cromosómico incompatible con la vida. Otro ejemplo es el ecocardio fetal, que diagnostica una malformación cardíaca desde la panza, entonces, de acuerdo a la severidad de la misma, si nosotros tenemos los medios arbitrados en Paraná, el parto puede ser en esta ciudad y el cardiólogo lo espera a ese bebé para tratarlo. Si la cardiopatía es muy severa, se deriva a la mamá a tener su parto, para que al niño lo intervengan quirúrgicamente, en Buenos Aires. Y eso, salva vidas. Antes, si la cardiopatía era severa, los chicos se morían, porque no daba el tiempo. Se tenía que llamar el pediatra que hacía los primeros controles y si escuchaba algo raro, se llamaba al cardiólogo que venga a evaluarlo y cuando éste hacia el diagnóstico y se preparaba todo para derivarlo, los bebés se morían en el quirófano o en el camino.

– ¿Cómo se da la relación entre partos naturales y cesáreas? ¿Ha cambiado en los últimos años?

– El incremento de la cesárea es notorio, se debe, más allá de las complicaciones médicas que puedan surgir, a una decisión en muchos casos de la mujer, debido al ritmo de vida, a que todo tiene que ser previsto. Pero también, creo que tiene que ver con el tema de lo legal, estamos todo el tiempo bajo presión, cualquier cosita viene el abogado. Al principio, era más libre, uno como profesional podía decidir tranquilo, no opinaba la abuela, el tío… En nuestra especialidad, en ese sentido, cuando se está en trabajo de parto, uno ve de todo.

– Embarazo a los 40, ¿cuáles son las opciones y posibilidades?

– De embarazarse, todas, como la ley ya no pone más tope al tema de la fertilización asistida, las mujeres pueden, cuando quieran, además, las obras sociales cubren los tratamientos. La paciente se estudia, y si está en condiciones, puede usar los óvulos propios o recurrir a un banco de óvulos y a uno de esperma.

– ¿Cómo se ha transformado la participación del padre en el proceso de embarazo y parto?

– Más que en el acompañamiento del proceso de embarazo, lo noto más cuando nace. Se hacen mucho más cargo que antes, se los ve mucho más relajados, cambian al bebé, preparan el bolso, la responsabilidad es compartida. En el parto está buenísimo cuando quieren estar, ayudan, colaboran, hemos tenido casos puntuales donde gracias a la intervención de los padres, hemos podido tener partos espectaculares, porque ellos le daban ánimo a la mujer, la ayudaban físicamente, parecía que iban pariendo los dos. También hemos tenido casos de los otros, en los que se han caído “redondos”, siempre les anticipamos “el que se cayó, queda tendido”, porque nosotros tenemos que seguir asistiendo a la mujer en el trabajo de parto…

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio está protegido por reCAPTCHA y se aplican la política de privacidad y los términos de servicio de Google.