El talento africano y su conquista mundial

Resulta curioso como Francia, uno de los países donde más acentuado ha estado el repudiable racismo, hoy se levanta jubiloso rindiéndose ante una Selección con particulares características étnicas.

Que el fútbol africano actualmente sea visto con sumo respeto no es novedad, pero sucede que sus potenciales figuras no encuentran posibilidades de crecimiento humano y deportivo en su país de origen, cuestión que los obliga a buscar otros rumbos. Pasa hoy, pasa desde hace décadas.

En el conjunto Galo de Didier Deschamps, 14 futbolistas son descendientes de países africanos. Podemos encontrar Mandanda, Nzonzi, Matuidi y Kimpembe de la República Democrática del Congo; Rami de Marruecos; Mendy de Senegal; Kanté, Sidibé y Dembelé de Malí; Pogba de Guinea; Umtiti de Camerún; Tolisso de Togo; Fekir de Argelia y Mbappé de Camerún/Argelia.

Casi todos hijos de inmigrantes llegados a Francia en búsqueda de un nuevo futuro, de un gran sueño. Ellos, como tantos otros, pudieron tejer otra historia a través del fútbol y hoy están en el pedestal de la gloria.