“El rugby es un deporte que tiene muchos valores”, dijo la capitana de Seguí FBC

Desde hace unos años, en Seguí desembarcó el rugby femenino. Una disciplina nueva para la localidad y que también se encuentra construyendo sus sólidas bases a nivel provincial. Agustina Almada, jugadora que adquirió sus primeros saberes en Unión de Crespo, planteó la idea junto a su pareja Cristian Jones. Para sorpresa rápidamente se conformó un interesante grupo de chicas y crearon Las Tigresas, equipo que defiende los colores de Seguí FBC. La actual capitana dialogó con El Observador sobre esta historia y la actualidad cruzada por el Covid-19.

– ¿Cómo surge el rugby femenino en la ciudad?

– En Seguí lleva su cuarto año. Soy jugadora desde hace varios años, mis orígenes son en Unión de Crespo y por cuestiones personales me vine a vivir a esta localidad junto a mi marido. Con él y un par de chicas interesadas, se nos ocurrió presentar el proyecto en Seguí FBC en el 2017. Nuestras expectativas se superaron porque no pensábamos que iba a tener tanta repercusión un deporte que acá no se conocía. Si bien estamos en el siglo XXI, decir rugby de mujeres todavía es algo tabú, sobre todo en una ciudad chica, además la gente tampoco me conocía. Pero se fueron sumando y se conformó un muy lindo grupo denominado Las Tigresas.

– Tuvieron un buen inicio.

– Totalmente. Realizamos una primera reunión en una plaza y ya ese día se presentaron 16 chicas. A partir de ahí pedí ayuda con mis contactos que tenía en la Unión Entrerriana de Rugby para que me den una mano para iniciar el proyecto y presentarlo en el club, donde nos dijeron que sí desde el primer momento. De esa manera comenzamos con las prácticas a mediados de enero de 2017. Entrenábamos en el Parque del Ferrocarril y después se nos dio la posibilidad de entrenar en la cancha que compartíamos con otras disciplinas. Posteriormente durante el 2019, el municipio cedió un predio donde hacemos nuestras prácticas y pudimos conseguir que nos planten una hache.

– ¿En qué certámenes han podido participar?

– Desde un primer momento las chicas se federaron. Nuestros primeros encuentros fueron en octubre de 2017 y la competencia oficial comenzó en 2018. Durante estos años tuvimos chicas convocadas al Seleccionado de la UER y si bien el año pasado no nos pudimos federar, nos incluimos en el rugby social por una cuestión de costos. Pero desde la UER nos permitieron fichar a nuestras jugadoras. Este año empezamos con muchas expectativas y surgió la pandemia que frenó todos nuestros proyectos. Habíamos iniciado la pretemporada con jugadoras nuevas que se estaban sumando y quedó todo ahí. Por lo pronto desde el municipio no se adhirió al decreto provincial que permite los entrenamientos de deportes colectivos, así que estamos aguardando eso.

– ¿Quién estuvo al frente de los entrenamientos?

– Cristian Jones, mi pareja, hace dos años está a cargo. Se nos hacía muy costoso tener un entrenador de afuera, él es instructor personal y se empezó a capacitar.

– ¿De qué manera te vinculaste con el rugby?

– En 2012 estaba en la escuela secundaria y tenía una compañera que me invitó a entrenar a Unión. Yo no tenía idea de rugby y llegué un día y no me fui más. En ese momento estaba Carlitos Sieben como entrenador y en los tres años que jugué fui capitana, desde entonces siempre estuve comprometida en el rugby femenino.

– ¿Qué fue lo que te apasionó del deporte?

– Recuerdo que entrenábamos a las dos de la tarde en pleno verano, la primera vez que llegué estaban levantando una chica por el aire y me pregunté “¿Qué están haciendo?”. Se trataba de un line y desde el primer momento me llamó mucho la atención por qué hacían eso. Pero fundamentalmente porque el rugby es un deporte que tiene muchos valores, desde el momento que entrás te incluyen en un grupo muy unido, eso te invita a querer quedarte.

– ¿Cómo analizás el desarrollo del rugby femenino a nivel provincial?

– El año pasado éramos alrededor de 30 equipos oficiales. No oficiales van apareciendo en diferentes puntos de la provincia y buscan sumarse a la UER. Cuando empecé a jugar solamente en Entre Ríos éramos tres equipos: Unión de Crespo, Álamo y Asociación de Rugby Femenino de Paraná.

– ¿Se está derribando esa barrera que lleva a las mujeres a tener cierto temor de jugar al rugby?

– Hay muchas chicas que tienen miedo al roce, al tacle, pero como jugadoras tenemos una preparación física para ello. Practicando técnicas en los entrenamientos, te sirven para los partidos. Una vez que entran a la cancha, no se van más.

– ¿Trabajan para reunir fondos?

– Las chicas solamente pagan el seguro deportivo y para los gastos es como todo deporte. Para viajes, elementos de entrenamiento y demás cuestiones, hacemos venta de comidas, rifas, incluso antes de la pandemia íbamos a hacer un festival pero no se pudo, es todo a pulmón.

–  ¿Cómo ha sido para ustedes convivir con la pandemia?

– Obviamente que se extraña mucho poder juntarnos a entrenar y jugar. La mayoría de las chicas sale a correr o va al gimnasio, estamos en permanente contacto y necesitamos que nos habiliten para poder al menos entrenar en grupo. Los entrenamientos virtuales no funcionan mucho porque las chicas trabajan, estudian, se hace muy complicado. Cuando comenzamos el año nos propusimos jugar lo más que pudiéramos y al final no jugamos nada, deseamos que en 2021 tengamos competencia. Igualmente no será como en 2019 porque no sabremos con cuántas jugadoras se contará porque también la pandemia puede influir en ese sentido.

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio está protegido por reCAPTCHA y se aplican la política de privacidad y los términos de servicio de Google.