El Registro Civil de Crespo tramitó el primer pedido de cambio de identidad y género

Si bien el mismo lunes 4 de junio, fecha en que comenzó a regir la implementación del cambio de sexo y de identidad de los argentinos, no hubo tramitación alguna en el Registro Civil local, semanas antes las autoridades habían evacuado consultas al respecto, que culminaron con la materialización de la primer solicitud este martes 5.

Noticiero 6, que se emite por Canal 6 Entre Ríos TV, con la conducción de Alejandro Drescher, dialogó con quien pidió dejar de llevar una identidad masculina y pasar a llamarse Jésica María José Exner. Había iniciado la tramitación hace 9 meses vía judicial, pero la promulgación de la ley nacional le acortó los plazos y le permitió canalizarlo en forma administrativa. En cuanto a la elección del nombre, comentó que fue una decisión sencilla y explicó: “Sólo me agregué el nombre Jésica, porque los otros dos son el mío invertido. Los psicólogos me preguntaban por qué iba a invertir el nombre que tengo en el documento original (José María), cuando en realidad tenía la oportunidad de cambiar mi nombre totalmente por uno de mujer. Pero es el nombre que me dieron mis padres al nacer y respeto eso. Ellos me apoyaron y por mi familia llega a hacer lo que hice. Al principio con uno de mis hermanos tuve una relación tensa, pero ahora somos compinches. Después nunca me plantearon cosas ni me preguntaron qué quería ser. Mis cambios fluyeron desde que me puse mi primer zapato taco alto y mi primer vestido. Jugaba mucho a la modista, me gustaba hacer vestidos. Crecí normal pero gustándome las cosas femeninas. Siempre se lo tomaron bien, porque es lo que yo sentía”. Recordó también que no todo fue color de rosas, sobre todo en una ciudad que tiene tendencia a ser conservadora en muchos aspectos. Atravesar la niñez y afrontar su decisión en la adolescencia, son hoy una etapa superada, de la cual manifestó: “Todo el mundo tiene conflictos y más las mujeres. Algunas por ser gordas o flacas y por un montón de motivos, pero los supe llevar adelante, sino no sería lo que soy. La primera vez que salí en femenina fue cuando fui a Santa Fe a bailar con unas amigas. Ahí me sentí liberada, porque nadie me conocía y acá a los 16 años salí vestida como mujer a un boliche. Conocí dos amigas que me fueron guiando. Un inconveniente muy feo lo viví en un local bailable, donde entré al baño de mujer y cuando salí me dijeron ‘tenés que entrar al baño de hombres’. Otra vez fue en un bar, donde el novio de una amiga era el dueño y ella como que dio vuelta la cara y no dijo nada. Me dolió porque pensé que era mi amiga, pero después uno se acostumbra. Mi secundario en cambio fue muy bueno. Empecé el BAPA en la Escuela 187 y primero no quise decir nada, pero al poco tiempo hablé e hice que pongan Jésica en las listas para cuando tomaban asistencia. Siempre se me dio un lugar y se me respetó. Pero obvio que hubo veces que me crucé con los que te dicen algo”.

Con el cambio de identidad concretado se inscribirá el año próximo en la Universidad, para comenzar el profesorado de Inglés, estudio que planifica cursar durante 7 años. En cuanto a otros proyectos de vida, dijo que “ojalá a futuro esté casada y haya formado una familia, teniendo trabajo y mi propio hogar. Mis hermanos lo tienen y yo también quiero eso para mí. Somos 6 hermanos, de los cuales 4 están con sus parejas e hijos y en mi caso todavía estoy conviviendo con mis padres y mi hermano menor”. Luciendo maquillaje, el cabello bien cuidado y exhibiendo accesorios femeninos, comentó que pretende ahondar en su imagen y agregó: “Hace 2 años me quise operar y no lo hice porque para eso se necesita un tratamiento hormonal. Las operaciones van por etapas. Primero me haría el busto, el año que viene”. Cabe señalar que tuvo pareja, relación sobre la que recordó: “Estuve con un chico 8 meses y yo le preguntaba si estaba seguro, porque más adelante iba a querer formar una familia con hijos, que no le puedo dar”.

Jésica dijo ser creyente y que “cuando tenía 15 años lloraba porque la gente me traumaba, me trataban mal por nada. Pero siempre tuve y sentí el apoyo de Dios. Soy católica. Creo en Dios, pero ya no en la Iglesia”. Separó el funcionamiento de las instituciones con su fé y la ayuda espiritual que toda persona necesita.

 

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