El maestro que recorre los barrios paranaenses en carro para sumar alumnos

maestroTal vez no sea considerado para recibir el premio al Maestro Ilustre Manuel Antequeda que anualmente otorga el Consejo General de Educación, pero el docente Iván Rodríguez, recibe su premio cada vez que sus alumnos asisten a clases.

Se desempeña en la Escuela Nº 143 “Manuel Pacífico Antequeda” de Paraná en la modalidad jóvenes y adultos, donde el seguimiento y el conocimiento de la problemática de cada persona es fundamental para saber cómo enseñarle.

Según consignó Uno, al principio de 2014 los vecinos de la zona del barrio Anacleto Medina lo vieron y sintieron cuando al costado de un carro, tironeado por un caballo y dirigido por unos niños, convocaba para el ingreso escolar. Como si fuera una campaña política, caminó los barrios y se entrevistó con los vecinos, pero para prometerles educación. Así trascendió su foto en las redes sociales y en consonancia con el Día de la Alfabetización y del Maestro.

Tiene 52 años, está casado con María Alicia, cuatro hijos y viven en la zona de la Escuela Hogar de Paraná, es oriundo de María Grande, abrazó la docencia en los 80. Pero fue en 1988 cuando llegó a la modalidad adultos y no la dejó más. Cerca de presentar los papeles para alcanzar la merecida jubilación, sueña con el edificio propio y tres turnos para ofrecerles a los jefes y jefas de hogar la posibilidad de elegir un horario conveniente de cursado. De guardapolvo blanco recordó experiencias y se emocionó seguido por los logros alcanzados. Charlas, mateadas -con torta frita de por medio-, lágrimas y muchos consejos son las claves para acercarse a quienes desean obtener el título de Primaria.

“Cuando uno empieza una carrera y a llenar el portafolio de ilusiones, esperanzas, libros, no piensa cómo será el camino. La tarea docente en la escuela nocturna es distinta, es más social. Somos la rama más inclusiva de la educación porque nuestros alumnos repitieron o los sacaron del sistema por faltador, porque tenían que ir a trabajar o abandonaron, era cargoso o la persona mayor que en su momento no tuvo oportunidad. Hoy mi aula está entre los 38 y 62 años y son un total de 11 mujeres. Son madres, son trabajadoras que las impulsa las ganas de superarse, de poder decir me expreso mejor, algo me quedó pendiente, entonces se suman a la escuela primaria nocturna”, describió Rodríguez.