El folclore y el fútbol, dos pasiones unidas en la vida de Jésica Roskopf

Sin dudas que Libertador San Martín cuenta con grandes valores en el plano deportivo, aquellos que la representan de manera sobresaliente en el plano local, provincial y también nacional. Se trata de una ciudad que impulsa al deporte como sinónimo de hábito saludable y lo impulsa a través de las instituciones o del municipio. Asimismo el plano cultural posee sus exponentes, muchos de ellos de renombres. De la misma manera, se pueden identificar a aquellos virtuosos que recorren ambos senderos, no son muchos los virtuosos o virtuosas, como en este caso en particular.

Jésica Roskopf, de 19 años, acaba de cursar el primer año del profesorado de Danzas Folclóricas en Santa Fe y también concluyó su primera temporada en el arco de Colón de Santa Fe. El folclore y el fútbol aparecen unidos en su corazón y despiertan esa pasión singular. Esta semana dialogó con El Observador, describió ciertas características y dejó su análisis de año.

– ¿Cómo nace su experiencia con la pelota?

– Desde chica, jugando con hermanos o chicos del barrio. Más o menos desde los 8 años. Luego jugué en la Copa Challenger como delantera, pasé a defensora y en Educación Física en una ocasión, fui al arco jugando hándbol y ya quedé en esa posición también para el fútbol. Mi última Copa fue hace dos años.

– ¿De qué manera analiza este año en Colón de Santa Fe?

– Jugamos la Liga Santafesina y lo hice en Primera y Reserva. Nos fue demasiado bien, es la primera vez que Colón llega a semifinales con Reserva. Pudimos dar más, pero no se nos dio el partido en esta instancia.

– ¿Cómo fue su progreso en el juego?

– Claramente que el arco para mí era algo nuevo, no era mi especialidad. Como dije, empecé de 9, luego de 2 y pasé a ser arquera. De a poco fui encontrando la técnica del puesto, mi entrenador me enseñó cómo manejar el área en cada partido, de qué forma organizar a mis jugadoras para que tengamos una defensa ordenada. No es un puesto fácil porque hay que estar pendiente de todo. Sin dudas que fue un buen año, a pesar de ser nueva y de jugar con chicas que no conocía. Fue de mucho aprendizaje en la técnica y también en cuanto a mi propio carácter que uno descubre dentro de la cancha.

– Parece complicado dividir los tiempos entre el estudio y la pelota.

– Vivo en Paraná y estudio en Santa Fe el Profesorado de Danzas Folclóricas. Eso me permitió ir a los entrenamientos. Viajaba todos los días y acudía a las prácticas o sino iba Diamante donde tengo técnica específica para arqueros.

– ¿Cómo es la Liga Santafesina?

– Existen equipos de muy buen nivel, la mayoría de ellos. Cada uno tiene jugadoras destacadas y Unión es uno de los elencos de mejor plantel, los clásicos son partidos ásperos, se juegan con intensidad. Nos cuesta a todos los equipos porque el fútbol femenino aún es nuevo, pero va a evolucionar. Se viene mucho talento. Colón le está dando oportunidades a muchas chicas de la región, hace poco incluso jugamos un amistoso con Racedo y Diamante, estuvo el plantel de Primera y Reserva del “Sabalero” lo que resultó una experiencia enriquecedora para todos. De paso se pudo apreciar el potencial que existe en la región donde el fútbol femenino está creciendo mucho y existen grandes jugadoras.

– Y el vínculo con el folclore, ¿de qué manera surge?

– Fue distinto, porque mi mamá me mandaba a las clases. Al principio fue como una obligación, pero desde hace unos años nació mi pasión por la danza y acabo de terminar el primer año del profesorado. Creo que son las dos grandes pasiones de mi vida: el fútbol y el folclore.

– ¿Cuáles son tus desafíos o sueños para el 2020?

– Se viene un año a full, con grandes objetivos. Seguiré una temporada más en Colón, para continuar progresando y ver si surge una posibilidad para estar entre las convocadas de la Selección Argentina. Sé que están haciendo un seguimiento, hoy se está dando mucha importancia a las categorías juveniles. Si me convocan tendría una prueba en marzo y otra en abril en el predio de Ezeiza.