El “asesino de Twitter” fue condenado a muerte en Japón por sus brutales crímenes

Un japonés, conocido como el “asesino de Twitter”, fue condenado a muerte por un tribunal de Tokio por el asesinato de nueve personas que conoció a través de Internet.

Takahiro Shiraishi, de 30 años, fue condenado por matar, desmembrar y almacenar los cuerpos de sus nueve víctimas en un departamento de la ciudad de Zama, ubicada en la prefectura de Kanagawa, en las afueras de Tokio.

Takahiro Shiraishi se cubre la cara con las manos mientras es transportado a la oficina del fiscal desde una estación de policía en Tokio, el 1 de noviembre de 2017

En el juicio, Shiraishi admitió que había asesinado y descuartizado a ocho mujeres y un hombre, de entre 15 y 26 años de edad.

Las víctimas habían publicado online que querían suicidarse y Shiraishi se puso en contacto con ellas a través de Twitter para invitarlas a su vivienda con la promesa de ayudarlas a morir.

Los abogados de Shirashi habían pedido cadena perpetua alegando que las víctimas, que expresaban sus tendencias suicidas en las redes sociales, habían dado su consentimiento para ser asesinadas. Ese alegato fue objetado por el propio acusado y rechazado por el tribunal.

“Ninguna de las nueve víctimas pidió ser asesinada, ni siquiera de manera tácita”, sostuvo el juez. Según el canal de televisión pública NHK, el magistrado calificó los hechos de “extremadamente graves” y consideró que la “dignidad” de las víctimas había sido “pisoteada”.

Shiraishi fue condenado por matar, desmembrar y almacenar los cuerpos de sus nueve víctimas en un departamento de la ciudad de Zama, ubicada en las afueras de Tokio
Shiraishi fue condenado por matar, desmembrar y almacenar los cuerpos de sus nueve víctimas en un departamento de la ciudad de Zama, ubicada en las afueras de Tokio Crédito: Twitter

Shiraishi captaba a sus víctimas bajo un nombre falso que se traduce como “verdugo” y les prometía ayudarlas a concretar sus proyectos suicidas e incluso morir a su lado.

¿Cómo se conoció el caso?

El 31 de octubre de 2017, Shiraishi fue arrestado después de que la policía descubrió 240 fragmentos de cuerpos humanos almacenados en heladeras y cajas de herramientas cubiertas de arena para gatos para ocultar el olor que despedían. Las autoridades investigaban la desaparición de una mujer de 23 años que había publicado notas suicidas en sus redes sociales.

La última ejecución en Japón se produjo el año pasado cuando un ciudadano chino fue hallado responsable del asesinato de cuatro personas de una misma familia en 2003.

Shiraishi no apelará el veredicto y estará en el corredor de la muerte hasta que el ministro de justicia de Japón firme la orden de ejecución. En el país asiático, la pena de muerte se ejecuta en la horca y las fechas no se hacen públicas hasta que se concreta la pena (Fuente: La Nación).

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