El ascenso de Argentinos: Un triunfo ético y futbolístico

Gabriel Heinze llevó a Argentinos Juniors de nuevo a la máxima división del fútbol nacional luego de un largo y complejo certamen de ascenso. En torno a la consagración y a su figura, salieron a flote numerosos conceptos. Inclusive de aquellos medios que supieron defenestrarlo en su momento, ahora se rinden a sus pies y lo tapan de dulces palabras. “Me putearon tanto, y nunca me quebraron, que ¿por qué les voy a creer los elogios?”, tiró tras la consagración envuelto en la ovación del público.

El Gringo, o Sonry para estas tierras, es así. Claro u oscuro. No admite tonos grises. Al Bicho de La Paternal arribó con cierta desconfianza por parte del mundo que rodea a Argentinos Juniors. Siete derrotas en 11 partidos con Godoy Cruz era su único dato estadístico como DT.

Pero aquellas miradas incrédulas, poco le importaron al crespense quien comenzó a formar su sello, su idea y a dejar sentado ese pensamiento en el equipo. Suele ser lo más difícil para un entrenador y muchos quedan frustrados en la teoría sin ver aquello en el campo de juego; pero Heinze lo logró con resultados altamente satisfactorios. “El Gringo no se va/ el Gringo no se va”, gritaba la gente en plena celebración. “Escuché a los hinchas, sí. Y estoy agradecido. Digo pocas palabras al respecto porque también me acuerdo de los insultos recibidos”, devolvía el DT.

Argentinos logró el ascenso 5 fechas antes de finalizar el campeonato, con un andar tremendo a lo largo del certamen, cosechando 22 triunfos, 12 empates y tan sólo seis caídas. “Vivo el partido muy nervioso. No es uno de mis mejores momentos, no lo disfruto”, contó alguna vez y así se lo vio siempre al costado del campo.

“Heinze no entiende la función de liderar sino es desde la exigencia. Sus discusiones no son por dinero -al menos, el suyo-, sino por un mejor traslado para el plantel, por el estado de la cancha, por un desayuno más completo, por el horario en el que programan los partidos de Argentinos, por una bolsa de hielo para hacer el regenerativo al día siguiente…”, lo graficó perfectamente Cristian Grosso de La Nación.

“En algunos partidos superó al rival como si fuera un entrenamiento. Históricamente ésta es una categoría muy competitiva, y sin embargo Argentinos marcó una notoria diferencia con los demás. River e Independiente penaron hasta el final para ascender, Argentinos no. Paciencia para esperar el instante preciso para profundizar, el cambio de frente cuando un compañero aparece libre por el opuesto, defensa de tres o de cuatro, volantes con panorama, búsquedas a un toque, rotación sostenida para provocar sorpresa con pase filtrado y máxima concentración aunque el partido esté resuelto. Indiscutible”, opinó el Ruso Eduardo Ramenzzoni, quien siguió toda la campaña del Bicho por TyC Sports.

El sello de Heinze pasa por lo futbolístico y también por cosas que escapan a la vista del espectador, como sucedió cuando volvió a Newell’s donde arregló por un sueldo mínimo. En el Bicho, dentro del torbellino festivo en el que muchos quedan ciegos de protagonismo, él dio un paso al costado y puso en el centro de escena a los autores anónimos de este resultado.

En plena conferencia de prensa con el ascenso bajo el brazo, llevó a muchos de los “culpables” de toda esta historia y dijo: “Me gustaría que ellos sean los protagonistas porque sin ellos yo no conseguía nada. La verdad que lo que hicieron por la institución es enorme. Me fueron a buscar cuando el club se incendiaba. He visto derramar hasta lágrimas en ciertas ocasiones. Los dirigentes pusieron en juego cosas personales cuando pasamos momentos muy jodidos y eso tiene un gran valor”. Otra marca del estilo Heinze, el reconocimiento para aquellos que suelen actuar desde el anonimato o para esos dirigentes que sienten a un club como una verdadera familia y por eso se la juegan como tal.

Así es el Gringo o Sonry. Con estilo propio. Con la ética en un mundo donde prácticamente no existe. Políticamente incorrecto, pero auténtico. Sin necesidad de cambiar su discurso para caerle bien a los poderosos.

El partido finaliza con triunfo de Argentinos sobre Gimnasia (J), con el mismo llega la consagración, con ella se desata la alegría que precede al ascenso. Heinze observa todo desde el costado, se abraza con colaboradores y tira frases a la TV: “Voy a luchar para cambiar este fútbol, voy a trabajar para que haya más gente honesta. Para que se dejen de buscar algunos beneficios propios y piensen en el fútbol argentino, que es riquísimo”.

Dejó su enorme huella como jugador multicampeón y ahora comienza su camino como DT; sin abandonar jamás sus principios. Sin tonos grises. Tómelo o déjelo.

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