El adiós de la atleta crespense a Braian Toledo

La trágica muerte del atleta olímpico Braian Toledo sacudió al mundo deportivo. El lanzador de jabalina de 26 años se erigió como una gran promesa en sus comienzos y tuvo dos participaciones olímpicas, en Londres 2012 y Río 2016. Mientras se preparaba para la cita olímpica de Tokio 2020, falleció este jueves, a las 23.10, mientras transitaba en moto por una ruta de la localidad bonaerense de Marcos Paz, de donde era oriundo.

Toledo, quien tuvo una importante explosión a partir de su participación de los Juegos Evita, entre otros logros, ganó la Medalla de Oro en los Juegos Olímpicos de la Juventud en Singapur 2010 con apenas 16 años. En esta competencia también participó la crespense Betsabé Páez en salto en alto, con quien tejió una fuerte amistad.

La atleta empleó sus redes sociales para emitir una emocionante despedida. Bajo el título “Tu huella será infinita”, Betsa expresó: “14 años de mi vida junto a vos, mi amigo, mi hermano, mi dupla como nos solían decir estos últimos años, en donde nos supimos complementar para hacer lo que tanto nos gustaba, intentar inspirar a través de nuestras historias, transformar a través de los valores que nos enseñó el deporte. Queríamos devolverle al mundo de alguna manera todo lo que el atletismo nos regaló, nuestras mentes nunca paraban de proyectar impactos sociales, nos unían las ganas de acompañar a otros a cumplir sus sueños, así como también apoyarnos en los nuestros personales”.

Luego contó: “Nuestras charlas eran extremadamente vagas, nos hacíamos preguntas existenciales todo el tiempo y nos encantaba la metafísica, las energías, las señales de la vida, y entre tantas de esas ‘flasheadas’ hablábamos acerca de la muerte. Ese día ambos nos dijimos que no le temíamos a ella, e hicimos chistes sobre lo bendecidos que éramos por la intensidad con la que vivíamos nuestras vidas a pesar de tener tan sólo 26 años (nos sentíamos como de 40 jaja) y que lo más grandioso de eso era que lo pudimos vivir hasta acá. Muy conscientemente de la importancia de disfrutar cada momento y del valor que tiene el presente”.

El texto prosigue con: “No le reprocho a la vida porque te llevó aunque mi corazón esté partido en mil pedazos, porque sería incoherente frente a nuestras creencias, sé que no vas a estar más acá de manera física, pero la memoria es infinita. Dejaste una huella bien marcada, todo lo que tocaste lo transformaste en algo mejor a pesar de las adversidades, ese era tu lema en la vida, tu paso por este mundo no fue en vano y eso hoy quedó claro, porque un país entero se movilizó. Tu alma decidió volver a la fuente y sus razones tendrá Dios, pero no dejo de hablarte porque sé que tu esencia nos acompaña aún. Te llevo en mi piel con ese tatuaje que nos hicimos post Singapur, Te amo y nos espero porque sé que está amistad es eterna, en esta vida, en la pasada, en la futura. Gracias por dejar tanta luz en cada ser que te cruzó y en cada lugar del mundo que pisaste. Volá amigo, volá al infinito, volá en Paz”.