EE.UU.: Con Kamala Harris, los demócratas intentan revivir la mística de Barack Obama

Por tercera vez en la historia de Estados Unidos, una mujer se convirtió en candidata a la vicepresidencia de uno de los dos partidos mayoritarios. Por primera vez, se trató de una hija de inmigrantes de Jamaica y la India, Kamala Harris , quien asumió la misión de apuntalar la candidatura de Joe Biden , revivir la coalición que impulsó a Barack Obama , y, de paso, convertirse en una eventual heredera de la Casa Blanca para 2024.

“Estamos en un punto de inflexión. El caos constante nos deja a la deriva. La incompetencia nos da miedo. La insensibilidad nos hace sentir solos. Es mucho”, dijo Harris en su mensaje. “Podemos hacerlo mejor, y merecer mucho más. Debemos elegir un presidente que traerá algo diferente, algo mejor y hará el trabajo importante. Un presidente que nos unirá a todos -Negros, blancos, latinos, asiáticos, indígenas- para lograr el futuro que queremos colectivamente. Debemos elegir a Joe Biden”, afirmó.

Con Harris, los demócratas buscarán arraigar el ascenso de las mujeres en la alta política de Estados Unidos en la Casa Blanca, un destino que les resultó esquivo a Sarah Palin, en 2008, cuando acompañó en la fórmula republicana a John McCain, y a Geraldine Ferraro, en 1984, cuando fue la elegida del demócrata Walter Mondale. Su candidatura es un reconocimiento del fuerte poder que tienen en el partido dos fracciones decisivas del electorado, las mujeres y los afroamericanos. Harris también apeló a luchar contra el racismo.

“Seamos claros: no existe una vacuna para el racismo. Tenemos que hacer el trabajo”, dijo. “Ninguno de nosotros será libre hasta que todos seamos libres”, agregó.

“Ahora mismo tenemos un presidente que convierte nuestras tragedias en armas políticas. Joe será un presidente que convierta nuestros desafíos en un propósito”, arengó.

Pero la nominación de Harris fue un reflejo, a la vez, de la resistencia del último “techo de cristal” que queda en pie en la primera potencia mundial: cuando comenzaron las primarias presidenciales, seis mujeres fueron en busca de la candidatura presidencial demócrata. Ninguna ganó una sola elección, y Harris ni siquiera llegó a la primera cita, en Iowa.

De llegar a la Casa Blanca, Harris, 55 años -cumplirá 56 en plena la campaña, el próximo 20 de octubre-, se convertirá en la mujer que más alto ascendió en la pirámide del poder en Estados Unidos, y quedará en la primera línea de sucesión para ir en busca de la presidencia en 2024, si es que Biden, como se especula, gobierna un solo mandato.

Hija de un economista jamaiquino y una bióloga india que se conocieron cuando ambos estudiaban en Berkeley, California, Harris encarna la diversidad que buscan representar los demócratas: es hija de inmigrantes, afroamericana, asiática americana, y mujer. El equipo de campaña de Biden apuesta a que Harris compense el déficit de entusiasmo del candidato demócrata, además de aportar un salto generacional. Biden aspira a que sea para él lo que él fue para Barack Obama.

“Voy a ser la última en la sala, y estaré allí para darle respuestas honestas”, dijo Harris en la primera entrevista conjunta con Biden, para la revista People.

Un Obama distinto

El expresidente Barack Obama fue uno de los principales oradores de la noche

Aunque la nominación de Harris marcó un momento histórico, Obama dejó el punto más alto de la noche: lanzó un mordaz ataque contra el presidente, Donald Trump, a quien nunca nombra, y ahora sí mencionó. Acostumbrado a dar una imagen de serenidad frente a todo, Obama pareció esta mucho más desbordado por sus emociones, derramando un inusual dramatismo en sus palabras que sirvió para dar una sensación de extrema urgencia al momento que atraviesa el país.

Como su esposa en la primera noche de la convención, Obama mechó las críticas al magnate con elogios a Biden, y dijo que Trump nunca tomó la presidencia en serio, creó un “reality show” en la Casa Blanca y representa un peligro para la democracia.

“No ha mostrado ningún interés en ponerse a trabajar; ningún interés en encontrar puntos en común; ningún interés en usar el asombroso poder de su cargo para ayudar a nadie más que a sí mismo y sus amigos; ningún interés en tratar la presidencia como algo más que un reality show más que puede usar para obtener la atención que ansía”, afirmó.

“No dejen que les quiten el poder. No dejen que les quiten la democracia”, afirmó. “Esta administración ha demostrado que derribará nuestra democracia si eso es lo que se necesita para ganar”, cerró sobre el final.No dejen que les quiten el poder. No dejen que les quiten la democraciaBarack Obama

Luego de que la tercera noche de la convención demócrata dejara cierto sabor amargo por la cantidad de oradores hombres ya entrados en años que tuvieron un rol central -John Kerry (76), Colin Powell (83) y Bill Clinton (74), los más prominentes-, la cuarta noche mostró un papel mucho más saliente para las mujeres. Además de Harris, hablaron la senadora Elizabeth Warren, Nancy Pelosi, y Hillary Clinton, quien suplicó a la gente que fuera a votar. En 2016, unos cuatro millones de demócratas se quedaron en su casa.

“Durante cuatro años, la gente me ha dicho ‘no me di cuenta de lo peligroso que era’, ‘ojalá pudiera volver atrás y hacerlo de nuevo’. O peor aún, ‘debería haber votado’. Bueno, esta no puede ser otra podría, debería o hubiera”, dijo Clinton. “Vote como si nuestras vidas y nuestros medios de vida estuvieran en juego, porque lo están”, dijo Clinton.

La demócrata no dejó pasar la oportunidad para advertir sobre la posibilidad de que Trump se robe la elección. “Recuerden: Joe y Kamala pueden ganar tres millones de votos más, y aun así perder. Créanme -remarcó, recordando el resultado de la elección en 2016-. Necesitamos números tan abrumadores que Trump no pueda escabullirse o robar su camino hacia la victoria” (Fuente: La Nación).

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