Dramáticas historias de padres de “Aprendiendo a Vivir”, que buscan ayudar a familias en la prevención de adicciones

Impactantes declaraciones hicieron esta semana en el “Centro Periodístico de Entre Ríos”, integrantes de la Asociación “APRENDIENDO A VIVIR” de Viale. Yerana Burger (presidenta), Angelina Hernández (psicóloga), Facundo Díaz (consejero en adicciones, a cargo de charlas), Marisa MartínezEvangelina TabordaMarcela Miño y Alicia Pérez, dialogaron con El Observador y el programa “Fernando Huck Reportajes” de Canal 6 ERTV. Contaron sobre esta institución, sin fines de lucro, que ayuda a otras familias en la prevención de adicciones, acompañando y asesorando a padres sobre el consumo problemático de sustancias adictivas. 

Explicaron que esta organización “empezó como un grupo de mamás que estamos con nuestros hijos en consumo, algunos en recuperación. En un primer momento, empezamos las reuniones en las instalaciones de Viale FBC. Se hizo una convocatoria a personas que necesitaban ayuda y contención para transitar este camino y ya en las primeras reu-niones, éramos más de 40. Todos hablábamos de lo que nos pasaba y compartíamos nuestras vivencias, qué es lo que necesitan las familias que están transitando por esta problemática. Desde el Estado no somos escuchados y es muy importante que se tenga una guía, para saber dónde recurrir ante un caso de adicción. En ese momento contamos con el acompañamiento de la Dra. Andrea Schmunck y una psicóloga que trabajaban ad honorem, con quienes hacíamos talleres, compartíamos charlas. Hemos tenido algunos subsidios de la provincia y el municipio está colaborando. El intendente Carlos Weiss, nos brindó incluso un lugar para que tengamos nuestra sede…”.

– (Burger) Es un problema muy grave y triste para las familias, porque nosotros también nos enfermamos con ellos. A mi hijo lo tuve que internar cuando tenía 15 años, incluso tuvimos que pedir la restricción (de acercamiento) por violencia. Sigue en consumo. Está viviendo con su papá… No tengo vínculo con mi hijo y mis otros hijos tampoco lo tienen. Él se aisló. Al problema, uno trata de negarlo hasta que lo acepta. Nos damos cuenta de los cambios de conducta que van teniendo. No son los chicos que eran antes. Solo que por ahí uno lo niega. Dice “son adolescentes”, ya pasará… En Viale hay hasta delivery que le llevan la droga hasta la puerta de la casa a las personas que consumen. No es fácil para una familia el tratamiento, ya que es muy costoso. Generalmente arrancan con el alcohol, que es el inicio en las adicciones, luego siguen con la marihuana, con la cocaína, con pastillas… y eso los lleva a tener problemas con la Justicia. Primero empiezan robando en las mismas casas, luego afuera… Es un efecto dominó, toda la familia termina mal. Tengo 3 chicos más y uno de ellos, actualmente con 16 años, sufrió una parálisis facial por todo el problema que tuvo su hermano y el más chico, está con psicólogo, también por todo lo que vivió…

– (Pérez) Entré al grupo por la adicción de mi hijo, que está en consumo. Gracias a Dios, está en tratamiento de la mano de Facundo Díaz y un grupo valiosísimo que lo acompaña. Quiero destacar que si hoy estoy sentada en este lugar y pudiendo hablar, es porque Dios me sostuvo y es algo que compartimos todos, porque no tendríamos la fuerza que tenemos para superar esta difícil situación. Con el consumo, él empezó a los 15 años. Como familia, es como que al principio no lo queríamos ver o cree que es algo ocasional, que fue una borrachera de edad de secundaria… Y cuando uno lo acepta, ya está muy comprometido con el consumo. Empezó con el alcohol, después con marihuana y cocaínaDesde ahí en adelante tuvo atenciones ambulatorias con psicólogos, psiquiatras, lo internaron… Además, tuvo un accidente grave en la moto, producto de todo esto que le estaba pasando. Hoy tiene mucha esperanza de salir de esa situación y nosotros también. Lucha todos los días y como familia tratamos de acompañar y por eso necesitamos de este grupo, porque como padres, muchas veces nos equivocamos y nos sentimos solos dentro de la sociedad, ya que no teníamos lugar al cual acudir, porque el Estado argentino tuvo una postura, a partir de la ‘Ley de Salud Mental’, que nadie tiene que estar encerrado contra su propia voluntad. Pero cuando alguien necesita atención médica, la voluntad es una de las primeras cosas que tiene afectadas. Es como que yo le pida a un chico de 3 años que decida si tiene que tomar o no un remedio y un adicto, tenga la edad que tenga, tampoco está en condiciones de decidirlo. El Estado, con tal de “no vulnerarle el derecho de la libertad por estar internados”, lo único que les ofrece es la calle, porque en la familia llega un momento que no se puede sostener más. Uno ama a su ser querido y quisiera tenerlo en su casa, pero a veces, no se puede… Y los lugares privados son inaccesibles desde lo económico, por lo que lo único que nos queda es la compasión por el prójimo y seguir con este trabajito de hormiga que hacemos y que los resultados son impresionantes…

– (Martínez) Mi hijo mayor es adicto. Llevo 17 años con él en esta situación. Hoy tiene 31, perdió su familia, perdió todo… Gracias a Dios, está en un lugar de rehabilitación, que por primera vez lo decidió él mismo, porque en otras ocasiones, cuando lo llevábamos a internar, era como que lo obligábamos. Salía y volvía a lo mismo. Se acercó mucho a Dios, que a nosotros nos ayudó también para levantarnos todos los días a seguir luchando… Y agradecemos tener a este grupo “Aprendiendo a Vivir” que es una gran contención para nosotros…

– (Miño) También tengo un hijo con adicción y estoy en el grupo desde 2020. Él tuvo una sobredosis y en ese momento, no lo pude internar. En esas condiciones, en pandemia, me lo tuve que llevar a casa… Iba a la secundaria cuándo empezó, primero a fumar y después a consumir…

– (Díaz) Desde mi lugar, hago acompañamiento presencial a personas con problemas de adicciones y también de manera virtual. Actualmente estoy trabajando con 4 o 5 chicos de manera diaria, a través de los remedios naturales, que son el ejercicio, el descanso, la esperanza… Lo abordamos desde la libertad misma, desde que ellos elijan, a través de su propias decisiones, “estar limpios”, pero haciéndoles un seguimiento diario… Yo consumí drogas durante 20 años; tuve a mi papá, que consumió más de 40 años, mis hermanas lo mismo… Llegué a perder mi libertad por más de 10 años y después de estudiar Teología en la Universidad Adventista del Plata, me especialicé en adicciones. Para la recuperación, tiene mucho que ver la voluntad, seguir las pautas que te van marcando y que te ayudan a salir de las drogas… A la gente que tiene fe, le va mejor; hay que reconocer que uno solo no puede y cuando uno solo no puede, ahí es donde uno pide ayuda y reconoce que la está pasando mal…

– ¿Le quedaron secuelas…?

– (Díaz) La adicción, que es progresiva, afecta la siquis. Hay veces que pierdo la memoria. Estoy parado dando una charla y me olvido cosas y esas son las consecuencias de los más de 20 años de marihuana

– (Hernández) La marihuana modifica tus propias neuronas. Quien consumió marihuana de joven, tiene muchas más probabilidades que desarrolle un trastorno psicótico en la adultez, después de los 40 años. Por lo tanto, toda esa generación que está consumiendo tanta marihuana, en el futuro es muy probable que aumente muchísimo ese tipo de trastornos. De eso no se habla y se promueve un consumo medido, saludable, cuando en realidad afecta neurológicamente. Hay evidencia científica que hace mal en muchísimos aspectos, además que afecta la salud mental…

– (Burger) La música que escuchan o películas, todo el tiempo es marihuana… en los videos fuman marihuana… Es un mensaje o modelo que los chicos toman y así estamos…

– (Hernández) Ahí está la importancia de la educación emocional afectiva, de la comunicación dentro de la familia, que es la clave para la prevención. Es importante la información de los efectos. El chico sabe que le va hacer mal, pero por esa misma dificultad emocional, dolor, frustración, no pide ayuda. No se siente en su familia con la confianza para decirlo… Como institución, buscamos dar esa ayuda que se necesita y estamos aprendiendo y modificando la estructura y el modo de funcionamiento. Nos enfocamos principalmente en la prevención y particularmente en mi caso, como psicóloga, acompaño a los familiares. Y junto a Facundo (Díaz), este año empezamos a dar charlas de prevención… No es una cuestión solamente biológica o de consumir o no la sustancia en sí, porque no solamente está enferma esa persona, sino también todo su contexto familiar. Es muy doloroso aceptar que tu propio hijo está con problemas con una adicción y el primer paso es pedir ayuda. Lo que brindamos desde el grupo es hacer reuniones semanales, para que los familiares tengan contención, puedan hablar de lo que les pasa y damos algunas herramientas para conocer que ellos también están dentro de ese círculo enfermo que tiene que realizar cambios…  

– (Hernández) Buscamos animar a que también pueda replicarse en otros lugares y principalmente a las familias lo que les aconsejamos es que se animen a pedir ayuda; a las personas que consumen, que soliciten ayuda. Hay experiencias y testimonios vivientes que se puede salir…   

 (Taborda) Me sumé al grupo como voluntaria. Voy a una iglesia cristiana y los pastores comentaron sobre este grupo de mamás. Fuimos y desde ese momento, seguí ayudando y colaborando…

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