Dirigentes de la “Colectividad Alemana de Ramírez” hablaron sobre obras, fiestas y del “Día del Alemán del Volga”

Visitaron el “Centro Periodístico de Entre Ríos”, el presidente de la “Colectividad Alemana de General Ramírez”, César Erhardt; el vicepresidente, Alberto Schenk y vocal Hugo Bender, quienes en diálogo con El Observador y el programa “Fernando Huck Reportajes” de Canal 6 ERTV se refirieron al Día del Inmigrante Alemán del Volga, que se conmemoró este jueves 15 de abril y hablaron sobre los proyectos de la institución y de los impactos por la pandemia.

Erhardt, quien está en el máximo cargo de la entidad desde 2018, expresó que “se extrañan los eventos, porque veníamos con un ritmo sostenido de fiestas y con la pandemia, se derrumbó todo. Esto también hizo que no se puedan seguir con obras previstas en el salón. Para el 20º aniversario, que lo cumplimos en marzo de 2020, teníamos todo listo para la celebración y un día antes, nos avisaron que no podíamos hacerlo” sobre lo que Bender acotó que “tenemos 5 fiestas anuales, la del cumpleaños de la institución, en marzo; en junio la del Día del Padre; en julio, la Fiesta del Pirok; en octubre, por el Día de la Madre y la de fin de año. El salón tiene capacidad para 750 personas y en su momento, nos habían habilitado para 425”.

Sobre el “Día del Inmigrante Alemán del Volga”, Schenk destacó que es un reconocimiento para quienes vinieron a poblar estas tierras y sus descendientes. “Fui uno de los primeros que participó en la comisión de esta institución (Colectividad Alemana de Ramírez), que se formó hace 20 años. Donde hace falta, siempre estoy ayudando. Antes, era como que había más interés en la gente en estas celebraciones, había desfiles de carros rusos una vez por año, con orquestas dando vueltas por el pueblo. Si bien hay en la actualidad, pero es distinto. Cuando la gente mayor ya no esté, no sé si esto va a tener continuidad, por eso es importante que sigamos apuntando a que se difundan estas tradiciones. Mi abuelo de parte de mi papá, fue de Rusia a Alemania y de allí a Argentina, cuando tenía sólo 15 años. Cuando él falleció, era chico y me arrepiento de no haberme interiorizado más sobre esas experiencias vividas… Nosotros teníamos un grupo de ballet, pero lamentablemente se perdió. Los chicos fueron creciendo y como se iban a estudiar a la universidad, no pudieron seguir. Para nosotros, esto es un sentimiento muy grande y colaboramos para que no se pierda e invito a los jóvenes que se sumen, se interioricen y formen un grupo coreográfico.

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