Diariamente alrededor de 6 personas se divorcian en Entre Ríos

divorcio-anillo-corteEl Registro del Estado Civil y Capacidades de las Personas de Entre Ríos, informó que en 2012 se celebraron 3.741 matrimonios y hubo 1.245 divorcios y que en lo que va de 2013, hubo 2.160 matrimonios y 751 divorcios. En tanto el año pasado se divorciaron por día más de seis personas, según los datos suministrados por el Registro del Estado Civil y Capacidades de las Personas.

Las estadísticas, en general, son un mapa que dan cuenta de determinadas tendencias en el seno de una sociedad. Estas cifras, sumadas a las que expresan que hay un divorcio cada hora y media en Capital Federal, abrieron un abanico de interrogantes que se circunscriben también a otros ámbitos, a los que la Iglesia Católica no permaneció ajena, por lo menos si se hace referencia a las declaraciones del Papa Francisco, quien señaló que ve viable procurar otros caminos “dentro de la justicia (católica)” para tratar a las parejas que tras divorciarse buscan contraer matrimonio nuevamente.

Y aunque el Sumo Pontífice no aclaró cuáles serán estos nuevos caminos o si se trata de una reforma de estas normas, aseveró que estas parejas son fieles católicos que de igual forma debe ser acogidos y debe hacérseles sentir “como en casa”.

En este marco, a la par se instaura nuevamente el debate acerca de si el catolicismo debe adaptarse a los tiempos que corren y rever determinadas restricciones sobre las personas que se divorcian, como no poder celebrar a través de una ceremonia religiosa un nuevo vínculo, a menos que se haya enviudado; o no poder recibir la comunión ni comulgar si se ha formado una pareja.

Consultado sobre este tema, diario Uno consultó al padre Ignacio Patat, encargado de Prensa del Arzobispado de Paraná, quien explicó que “lo que dijo el Papa no es nada que no se haya dicho antes y en torno a esto hay que aclarar que la iglesia no expulsa a la gente divorciada”. Asimismo, expresó: “Creo que la exclusión es más una cuestión de la imaginación personal o de una elaboración propia del pensamiento de algunas personas, porque nadie te pregunta en la puerta de la iglesia si estás divorciado, casado, viudo, soltero o de novio”.

Acto seguido, hizo hincapié en que “la iglesia es un lugar para todos, pero como en la mayoría de los espacios, hay normas que cumplir o preceptos que seguir, o hay condiciones para ciertas cosas. Y quien obtuvo una sentencia de divorcio puede tomar la comunión y a esto es bueno dejarlo en claro. Solo en los casos en que decida formar otra pareja no podrá hacerlo”.

Esta posibilidad obedece al precepto de que una pareja que se divorcia en un tribunal civil sigue estando casada frente a los ojos de la Iglesia Católica, debido a que esta no reconoce una ruptura del matrimonio y se sigue considerando casados a los cónyuges que disolvieron el vínculo.

“Los sacramentos, a excepción de la comunión, la confesión y la unción de los enfermos, se dan una sola vez. El bautismo, la confirmación y el orden sagrado no se vuelven a recibir. En cambio, el matrimonio sí se puede volver a recibir una vez que uno de los contrayentes ha fallecido; en caso contrario no, porque el otro está vivo. Hay que entender que el matrimonio es un sacramento, no es mero evento social”, enfatizó Patat.

Anulación del matrimonio, por el Tribunal de la Iglesia: Para la Iglesia no existe el divorcio, pero sí puede darse la nulidad del matrimonio. Esto quiere decir que se declara que nunca existió el vínculo matrimonial, es decir, nunca hubo matrimonio.

La anulación, o más propiamente el decreto de nulidad, se da cuando el Tribunal de la Iglesia encuentra que algunas de las promesas del matrimonio que fueron intercambiadas no se cumplieron, o por lo menos falta algún elemento esencial para que un matrimonio sea válido.

Para tramitarlo, debe enviarse una declaración formal al consejo tribunal explicando por qué el candidato o candidatos creen que el matrimonio debería ser anulado. En este procedimiento la declaración debería incluir la historia personal, la del matrimonio y el historial de los padres de ambos. Se requieren los detalles del período de compromiso y la boda. El formato específico de la declaración y las preguntas que se hagan podrían variar entre diócesis. El consejo tribunal tomará la determinación de anulación. Una vez que se haya otorgado una anulación, ambos exesposos podrían volver a casarse libremente y celebrar de nuevo la sagrada comunión.