Diamante: Rosario Roldán, un ejemplo de lucha y esfuerzo

En esta Hoja comentamos en marzo pasado, sobre la campaña solidaria que organizó un grupo de mujeres de Diamante, para comprar una silla postural y destinarla a Rosario “Saio” Roldán (35 años), que le permitirá mejorar de sobremanera su calidad de vida.

El dinero se pudo recolectar y se hizo el pedido a una persona de Buenos Aires quien la fabricará, pero debido a la Emergencia Sanitaria el trámite para trasladar dicho elemento aún no se pudo concretar.

En el marco de esta situación, “Saio” como le dicen sus familiares y conocidos, en comunicación con El Observador contó que padece una patología denominada Atrofia Muscular Espinal Infantil Tipo 1- (Werding-Offman), que le fue diagnosticada desde niña y como es de riesgo conlleva una serie importante de cuidados.

“Muchas personas al conocerme no notan la discapacidad que tengo, ya que mi condición es física y no mental, donde gracias a la fuerza que fui teniendo y a la ayuda de Dios, he llegado a este presente vivido junto con mi familia. Obviamente que hemos pasado por muchas ‘malas’ circunstancias como la pérdida de 5 seres queridos, entre ellos, están mis 3 hermanos varones con la misma patología que yo. Arturo, fue el primero que falleció con tan sólo 7 añitos; luego Renzo y después Maximiliano de 20 años, quien era mi gran compañía en esta lucha que llevábamos juntos al que amábamos profundamente. También nos dejó Omar, quien desafortunadamente se ahogó mientras cumplía su trabajo en la isla y posteriormente mi papá Leonardo falleció de leucemia, luego de unos meses de haber cumplido mis 15 años…Sólo queda aceptar, aunque duela saber que ellos ya no volverán y que están descansando en paz.

Se sufre bastante por todo lo sucedido, pero aun así se sigue hacia adelante y en estos años mi madre Ana es la que ha sido y sigue siendo en todo momento el pilar de nuestra vida. Rezo por las noches y también cuando estoy agobiada o decaída emocionalmente, para pedir por más fuerzas tanto para mí como para mi mamá y para que Dios nos siga protegiendo”, expresó Rosario.

También contó que en agosto de 2019 presentó una pancreatitis aguda, por lo que fue intervenida quirúrgicamente y a pesar de la gravedad de la patología “me salvé de milagro, fue un nuevo renacer y una nueva oportunidad que me ofreció Dios”, dijo y hoy con las atenciones respectivas esta situación está controlada. A su vez, son diferentes los cuidados diarios que debe afrontar, con tratamientos y medicamentos, tanto para prevenir nuevas enfermedades o en casos para calmar los dolores musculares. “Ya que lo mío no se puede arreglar físicamente, debí aceptar esta gran cruz de seguir hasta donde más pueda llegar, con la promesa de hacerlo por mi familia y por mis hermanos fallecidos”.

– ¿Cuánto le ayudará la silla postural?

– Sería un gran alivio, porque hace 11 años y va para 12, que no salgo al exterior. Creo que me aliviará en la parte psicológica y emocionalmente, porque es muy difícil estar entre las 4 paredes de mi habitación, ya ni recuerdo casi las calles de mi barrio, ni las personas que solía ver cuando era niña y adolescente. Luego de mis 24 o 25 años mi columna se fue desviando, mis huesos atrofiándose y mis fuerzas cambiaron totalmente, hasta quedar postrada en mi cama hasta el día de hoy.

Yo sigo siendo la misma a pesar de todo lo vivido, no me creo ni más ni menos que cualquier otro ser humano, solo me tocó vivir otra forma de vida. Por suerte logré estudiar y terminar el secundario, he aprendido muchas cosas desde mi lugar que es mi cama y mediante la tecnología que puedo acceder vía internet…Solamente que a veces extraño ese aire del exterior y mediante esta silla especial, podría aventurarme poco a poco al estar en “casi la misma sintonía que el resto de las personas”.

Seguro que me costará al principio, pero tengo la confianza que me iré adaptando y tengo las fuerzas para continuar, porque sobre todo lo que me viene pasando “yo amo la vida”. Por ello, agradezco a todas las personas que me están acompañando y ayudando en cada paso que voy dando, las que me brindan una mano y en todo momento.