Diamante: Planiscig destacó los beneficios de la Ley de Salud Mental

“Que una persona recupere independencia, es uno de los logros más importantes de mi carrera”

Recientemente la psicóloga Diana Planiscig, (Mat. 379), obtuvo el beneficio de la jubilación y en reconocimiento a la valiosa tarea que realizó en el “Hospital Colonia de Salud Mental” de Diamante durante 21 años, desde esta Hoja compartimos una charla que mantuvimos días pasados.

El 3 de agosto fue su último paso por la entidad y al respecto mencionó que “fueron muchas historias que quedarán en mí. Estoy feliz de mi trabajo en la Salud Pública, orgullosa de los logros y los aprendizajes, por lo que me llevo lo mejor de cada momento y de cada compañero. También la satisfacción de haber trabajado junto al equipo en la Ley Nacional de Salud Mental (Nº 26.657), que se hizo con mucha dedicación y compromiso”.

– Usted recordó un “reclamo” que le hizo uno de los pacientes…

– Fue en 2000 cuando llegué al “Hospital Colonia” y Manuel, quien estaba internado desde hacía años, entró a la oficina de Servicio Social y molesto preguntó: “¿Por qué Diana Planiscig puede salir y yo no?”. Él nunca se fue y falleció en la institución y desde ese entonces me quedó haciendo “ruido” esa situación. Los profesionales y el personal fuimos aceptando y adaptándonos a ese modelo, donde una persona llegaba y quedaba alojado por años e incluso el diagnóstico era obsoleto, porque capaz ingresaba por el consumo de alcohol y después ya no bebía más, pero seguía en el mismo lugar, sin poder salir. Todavía queda un usuario oriundo del Norte Argentino y hasta el día de hoy reclama por su ciudad natal. Es difícil contener a una persona que está reclamando una vida que dejó en la década del 70, que ya no viven sus familiares. Ahí vemos el daño que se hacía con el modelo de atención que teníamos, donde aparece el desarraigo, la falta de derechos hacia esa persona que no decidía nada y que era tratada como un “paquete”. Muchos pacientes llegaron al Hospital de Diamante desde el Borda y del Tobar García (Bs. As.), los que a lo largo de los años fueron perdiendo los lazos familiares y de amistades que tenían, lo que es muy duro. Con la sanción de la nueva Ley de Salud Mental, nos tuvimos que hacer varios replanteos, tanto los profesionales como el personal y que para bien la fuimos aplicando, lo que hoy los resultados están a la vista.

Era muy necesaria una norma de estas características y más allá que quedan algunas situaciones legales sin cubrir para realizar una intervención adecuada, se debe seguir por este camino e ir puliendo o modificando lo que se considera que falta.

– La Ley Nº 26.657, que fue sancionada el 25 de noviembre de 2010, introdujo la perspectiva de los derechos humanos en el abordaje de los padecimientos mentales. ¿Hubo un grupo que se resistió a su aprobación?

– En ese momento la mayor resistencia venía desde el interior de las instituciones, entre los mismos colegas de la salud mental. Pero, como no había plazos para su culminación terminamos haciendo un trabajo artesanal y minucioso. Sabemos y somos conscientes que el producto no está terminado que queda todavía avanzar con una tarea conjunta, donde esta ley fue el puntapié inicial para el cambio y al estar a más de 10 años de su puesta en vigencia, van surgiendo los giros que tenemos que realizar. Yo celebro esta ley, porque entré a trabajar y tenía unos 100 pacientes en mi lista y éramos 2 psicólogas. Mientras que me fui con un listado de 14 usuarios, lo que cambió significativamente el número, donde en el hospital se redujo en un tercio la población de personas internadas y creció el servicio de consultorio externo. Algunas fueron reubicadas en lugares específicos de atención, porque tenían complicaciones neurológicas; mientras que otras regresaron a sus hogares, volvieron a ser útiles. Es un trabajo de recuperación el que se va dando y si a la persona le vas quitando las posibilidades mínimas para su vida, se va empobreciendo, en cambio si se siente útil y hace las cosas por sí sola, puede seguir creciendo. En las actividades que se realizan en el Hospital Colonia se pone el acento en la independencia de cada usuario y en los tiempos que necesita cada uno para desarrollarlas y ahí está el equipo y el personal para acompañarlos y contenerlos. Además, funciona como un hospital de día, porque el usuario puede participar de los talleres, compartir la comida, pero después vuelve a su hogar, a su propio espacio.

No es fácil llegar a esa instancia, se trabaja mucho para que la persona esté consciente de que tiene que mantener su propio orden y cuidarse, pero cuando estos retornos se logran me llenan el alma. Por eso, reafirmo que esta ley vino para reconocer derechos y es destacable lo que realizó ese gran grupo humano.

Los usuarios que están quedando, son los de mayor desafío y ahí la ley necesita esos giros para los últimos pasos que estamos teniendo. Las realidades en los distintos nosocomios son diferentes, pero el trabajo que venimos haciendo en Entre Ríos sobre el proceso de desmanicomialización, es excelente.

– ¿En qué propuestas seguirá trabajando?

– Sigo con mi actividad profesional de manera privada porque soy defensora de la ley y me apasiona lo que hago. También colaboro con el negocio de venta de electrodomésticos de mis padres, me sigo capacitando, estoy haciendo un curso de Lengua de Señas, así que tengo múltiples tareas.

Nunca abandonaría la salud mental y menos este colectivo defensor de los derechos del otro, todo ese trabajo tiene que seguir profundizándose, porque aún quedan muchas dificultades y demandas que abarcar.

Que una persona recupere independencia, es uno de los logros más importantes de mi carrera en el hospital. Por eso el agradecimiento a las distintas personas que me acompañaron en este trayecto, tanto en los momentos más duros como en los más felices y a los que siguen estando a mi lado, para que pueda seguir concretando más proyectos.

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