“Día del Padre 2022”: Los “profe” que son “padres” enseñando un deporte

“Hacer de cada persona un deportista y de cada deportista un hombre de bien” fue una frase que la dijo más de una vez, el recordado ex entrenador crespense de atletismo Don Adolfo Decoud. Los DT, preparadores o instructores de cada disciplina cumplen también un rol clave en la formación de sus dirigidos y muchos de ellos, los consideran “padres”, por las enseñanzas o valores que les transmiten cada día. 

Darío López nació en Gualeguay y a los 11 días de haber recibido el título (Educación Física) le ofrecieron trabajar en el “Hogar Ntra. Sra. de los Pobres” de Las Cuevas, donde trabajó más de 32 años, siendo esa localidad como si fuera la suya. Desde hace algunos años está radicado en Crespo. En su localidad, como en la “Capital de la Avicultura”, siempre impulsó la práctica del deporte entre los gurises.

En diálogo con El Observador, Darío recordó que “en Las Cuevas, cuando empecé a trabajar, los chicos en ese momento no tenían muchas oportunidades en lo deportivo, los fines de semana, especialmente con los niños que quedaban en el Internado, hacía grupos y organizaba torneos internos de fútbol. En 1990 empecé en el Club Deportivo, recuerdo que en la primera práctica fueron solamente 3 chicos, pero a la semana, ya eran 15 y a la siguiente 20 y así fue creciendo el número. Al tiempo comenzamos a participar en la Liga Diamantina y los adolescentes, en campeonatos o partidos amistosos que se hacían en la zona de Costa Grande, Distrito Doll o Molino Doll. Lamentablemente, por algunas desavenencias que hubo, porque veía en el club, que no se apuntaba mucho a que los chicos tengan más oportunidades de jugar, como no teníamos la misma idea que quienes dirigían la institución, nos retiramos y armamos el complejo El Tigre. Luego, la actividad deportiva se cortó durante unos años, hasta que Daniel Acosta, me prestó un predio cerca del Puerto, donde armamos una cancha de fútbol y una de vóley. Hasta el 2015 que estuve en Las Cuevas, iba todas las tardes, hasta que ‘entraba’ el sol, con 40/50 chicos siempre presentes. El entrenador o la persona que trabaja en la formación de los chicos, muchas veces cumple el rol de papá, porque está presente en el ‘día a día’”.

Tras su jubilación como docente, se afincó en Crespo, donde tuvo un paso como entrenador de las inferiores del Club Sarmiento y en la actualidad, tiene un grupo de chicos a cargo que se reúnen de lunes a viernes, a partir de las 16.30, en el Campo Deportivo Yapeyú. “Muchos padres me piden llevar a sus hijos, que hoy no están en un club o no hacen deportes, fundamentalmente para que se entretengan, no anden en la calle o no estén metidos con el celular y la computadora. Porque estar ‘fanatizados’ con esas cosas no les hace bien. Es una hora y media que hacemos fútbol. Busco conseguir algunas golosinas, alfajores o turrones como para repartir al finalizar alguna jornada. A esto lo hacemos porque nos gusta y porque pensamos en la niñez y la juventud. En cuanto al uso del Yapeyú, para esta actividad recreativa deportiva, cuando le pregunté al Profesor Aníbal Lanz (subdirector municipal de Deportes), que si molestábamos ocupando esa espacio, me dijo que “molestaría si no lo ocuparíamos”, razón por la cual, el lugar de encuentro que tenemos es ese y nos sentimos cómodos y muy agradecidos. Por supuesto que cuando precisan el lugar para lanzamientos, los dejamos trabajar a los atletas”.

– ¿Sus 2 hijos se sumaban en ese momento a los grupos?

– Sí… Stefanía me acompañó siempre y Lautaro jugó al fútbol desde muy chico. Con mi esposa Silvia Eberle, me acompañaron siempre en esta actividad, en su momento para que los chicos de Las Cuevas, tengan la posibilidad de hacer deportes. Es una forma de enseñar valores y hecho de todo corazón. Hoy tengo la alegría de que esos gurises hoy son padres, que cuando me encuentran me saludan o me mandan mensajes o me piden fotos de esos lindos momentos vividos…