Destacan las ventajas del uso de fibra de carbono en las máquinas pulverizadoras

pulverizadoresLa empresa King Agro, especialista en la utilización de fibra de carbono para la náutica, que revolucionó la industria de las pulverizadoras agrícolas, al fabricar los primeros barrales con este material que existen en el mundo, presentó el viernes 19 de junio en su planta industrial ubicada en Campana (Buenos Aires), un acuerdo con la multinacional John Deere, a partir del cual proveerá de esta tecnología en forma exclusiva a esa marca, para que la comercialice en sus pulverizadoras.

“Nuestro objetivo es cambiar el paradigma del acero en la maquinaria agrícola. Creemos que los barrales de fibra de carbono son solo el principio de una tendencia que se viene y que tiene innumerables ventajas vinculadas al incremento de la productividad, la disminución de costos operativos y una baja compactación de los suelos por un menor peso de los equipos”, expresó Guillermo Mariani, CEO de la compañía.

Actualmente en Argentina, hay unas 250 pulverizadoras de distintas marcas que ya están trabajando con esta tecnología. La fibra de carbono es 6 veces más resistente y 5,5 veces más liviana que el acero. Estas características, hacen posible que los barrales diseñados puedan ser utilizados en equipos más reducidos y además, cuenten con tamaños de 32, 36 y 45 metros de ancho, con capacidad para pulverizar a 30 kilómetros de velocidad.

Desde King Agro aseguran que el tradicional parque de pulverizadoras, sean autopropulsadas o de arrastre, trabaja con barrales de 25 metros de promedio. Al utilizar los de 36 metros, se deja de pisar el 1% de los cultivos por la menor cantidad de veces que necesita pasar la máquina para cubrir la misma área. Esto implica que se cosecha un 1% más y se ahorra el 10% del combustible al realizar un menor recorrido.

A nivel nacional, ese 1% de cosecha adicional implica, sólo en soja, $ 2.700.000.000 por exportaciones. Si se le suma el trigo, son otros $ 600.000.000 más, lo que significa un impacto positivo de esta tecnología a nivel país de alrededor de U$S 400.000.000 anuales. Y sólo aumentando la capacidad productiva de una pulverizadora, sin contemplar la ganancia por una menor compactación de suelos, economía en combustible y menor mantenimiento, se destacó.

La producción anual de pulverizadoras a nivel nacional es de entre 800 y 1000 máquinas autopropulsadas por año. “Si se considera que la maquinaria se renueva cada 6 años en promedio, se puede inferir que el parque de máquinas pulverizadoras activas en Argentina es de entre 5.000 y 7.000 unidades”.

La aplicación de las propiedades de la fibra de carbono a los barrales de las pulverizadoras permite construir piezas de un ancho de labor mayor al alcanzable con los materiales tradicionales, manteniendo un peso menor y comportamiento dinámico mejor que la pieza original metálica. Además, se incrementa la productividad tanto por el aumento del ancho de labor, como de la velocidad de giro en las cabeceras del campo y durante los transportes.

El primer desarrollo tecnológico de la fibra de carbono fue su aplicación en la industria militar y aeroespacial, por sus condiciones de alta resistencia y bajo peso. A medida que el costo por tonelada de estos materiales fue disminuyendo fueron descubriéndose nuevas aplicaciones para los deportes de alto rendimiento, en la aviación comercial y en todas aquellas actividades donde el peso y la resistencia, son una limitación para el avance.

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