Destacan a la apicultura argentina como modelo de desarrollo regional

El presidente del INTA, Carlos Casamiquela, recibió días pasados un reconocimiento internacional en nombre del instituto por el trabajo “Un modo colectivo de innovar: el caso apícola en Argentina y República Dominicana”, en el marco de la II Conferencia Global sobre Investigación Agropecuaria que se realizó en Punta del Este (Uruguay). El encuentro reunió a más de 650 personas que debatieron sobre políticas de investigación agropecuaria a escala mundial. La distinción, compartida con el Centro para el Desarrollo Agropecuario y Forestal de la República Dominicana, destacó el impulso que el INTA dio a la apicultura como herramienta de desarrollo, basada en la articulación público-privada y en el proceso de innovación.

“Este premio es el corolario de 15 años de trabajo, de una muy fuerte articulación hacia adentro del INTA, hacia las universidades y fundamentalmente, de un proceso de innovación en conjunto con los propios apicultores”, señaló Enrique Bedascarrasbure, coordinador del Programa Nacional Apícola del INTA.

El especialista destacó como aspectos fundamentales del proyecto, el proceso tecnológico y de gestión de la calidad y sus resultados. “El trabajo integrado con varias universidades, con los apicultores, con empresas exportadoras y proveedoras de insumos nos permitió a nivel internacional diferenciarnos de China, que era nuestro principal competidor, desplazarlo del mercado de miel de calidad y eso mejoró muchísimo la competitividad de la apicultura Argentina” y agregó que “eso tiene un impacto global de más de 100 millones de dólares anuales”.

El CEDAF es una organización privada sin fines de lucro que promueve el desarrollo sostenible del sector agropecuario y forestal mediante la capacitación, información, innovación institucional y análisis de políticas y estrategias sectoriales, avalados por una imagen de excelencia institucional y alta credibilidad, con el fin de estimular una agricultura competitiva que contribuya a reducir los niveles de pobreza y a proteger el ambiente.

La propuesta premiada ya permitió interactuar con 15.000 apicultores en Argentina, conformando una red de 300 técnicos territoriales, un equipo de trabajo reconocido a escala global; facilitar la constitución de múltiples empresas asociativas directamente vinculadas al mercado internacional y conformar el Cluster Apícola NOA/Centro.

“La estrategia de intervención del Programa Nacional Apícola del INTA consiste en integrar la investigación con el desarrollo territorial alrededor del concepto de innovación”, explicó Bedascarrasbure. Esta articulación con los pequeños productores para innovar “logró un impacto muy fuerte en la competitividad de la cadena, en la organización del sector y en su aporte al desarrollo territorial”.

Entre los resultados más destacados aparece el desarrollo y la adopción de un sendero tecnológico sin la utilización de antibióticos, con gestión de la calidad y trazabilidad desde el apiario, que en Argentina ha permitido reducir la mortandad de colmenas desde el 30 al 10%, aumentando el rendimiento y permitiendo incrementar los ingresos por colmena en un 31,8% con solo un 2% de incremento en los gastos. El impacto del proyecto en República Dominicana fue aún mayor, con un aumento de la producción del 277% y la integración de la cadena de valor local y la exportación de miel y reinas a partir de genética propia.

 

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