Descubrimientos claves contra el Parkinson

El Parkinson es una enfermedad neurodegenerativa del sistema nervioso central, provocada por un déficit de un neurotransmisor, llamado dopamina, vital para coordinar los movimientos y el equilibrio del cuerpo humano. Esta carencia impide la transmisión fluida de los mensajes entre el cerebro y las distintas partes del cuerpo. En el año 1997, la Organización Mundial de la Salud estableció que el 11 de abril se celebraría el Día Mundial del Parkinson, con el objetivo de acrecentar la concienciación de las necesidades de las personas aquejadas de esta dolencia. La fecha fue elegida en conmemoración al nacimiento de James Parkinson, médico británico que en 1817 describió por vez primera la afección, denominándola “parálisis agitante”.

La destrucción progresiva de una región específica del cerebro (la sustancia negra) desemboca en la aparición de síntomas. En el cerebro existe un grupo de células nerviosas encargadas de producir la dopamina. Estas neuronas se agrupan en una estructura denominada sustancia negra -por tener un color oscuro en los cadáveres-, que se sitúa en los ganglios basales (en la zona de unión entre el cerebro y la médula espinal). Las neuronas de la sustancia negra en personas con enfermedad de Parkinson mueren antes de tiempo sin ser sustituidas por otras nuevas. Cuando desaparece el 50 ó 60% de estas células, comienzan a hacerse evidentes los primeros síntomas.

Es un trastorno que se manifiesta generalmente a partir de los 50 años, aumentando el factor de riesgo a medida que avanza la edad. Se puede decir que afecta a ambos sexos por igual y si bien no hay cifras oficiales, se presume que afecta a alrededor del 3% de la población mundial que supera los 65 años. Anualmente cerca de 50.000 norteamericanos reciben este diagnóstico, siendo casi imposible obtener un recuento exacto del número de casos en cada país, puesto que muchas personas en las etapas iniciales de la enfermedad consideran que sus síntomas son el resultado del envejecimiento normal y no concurren a un médico. Los síntomas característicos son la bradicinesia (lentitud de los movimientos voluntarios), acinesia (ausencia de movimiento), rigidez muscular, pérdida de reflejos, ausencia de expresión facial, disminución del parpadeo, falta de acompañamiento de los brazos al caminar y temblor.

Las causas específicas de la enfermedad de Parkinson se desconocen, pero muchos investigadores sostienen que existe una combinación de factores que la originan: daño oxidativo en zonas cerebrales, toxinas ambientales que influyen en el sistema nervioso, predisposición genética y envejecimiento acelerado.

La Enfermedad de Parkinson es crónica y con el tiempo los síntomas se agravan o puede haber complicaciones con el tratamiento, sin embargo la expectativa de vida de un paciente es la misma que la de una persona sana. Los tratamientos permiten mejorar y prolongar la funcionalidad neuronal del enfermo. En 2005 un estudio norteamericano indicó que la proteína alfa-sinucleína normal puede ayudar a otras proteínas que son importantes para que la transmisión nerviosa se pliegue correctamente. Actualmente un ensayo clínico está investigando un antipsicótico que podría reducir la agitación en los pacientes con enfermedad de Parkinson y con demencia. También están examinando si la estimulación magnética transcraneal o suplementos alimenticios basados en adenosil-metionina, pueden aliviar la depresión en las personas con Parkinson y si ciertos fármacos aprobados para tratar la epilepsia, conseguirían reducir la falta de motricidad fina en este tipo de pacientes.

Otro método para tratar el Parkinson, utilizado en algunos países del mundo, es la implantación de células que reemplazan a las perdidas a causa de la enfermedad. En esta línea de conocimiento científico, se están efectuando prácticas de una terapia, mediante la cual las células epiteliales de la retina humana unidas a partículas microscópicas de gelatina, se podrían implantar en los cerebros de personas con enfermedad de Parkinson avanzada, generando resultados favorables. Esto se debe a que las células epiteliales de la retina producen levodopa, aumentando el nivel de la hormona que mantiene el equilibrio corporal y coordina los movimientos.

En Argentina, la Asociación Civil de Enfermedad de Parkinson (ACEPAR), difundió recientemente un estudio genético de laboratorio realizado primeramente en monos y dado sus buenos resultados, ya se ha probado en 6 pacientes, alcanzando todos ellos una mejoría de la función motora de, al menos, el 29%. El mismo consiste en utilizar un vector (vehículo) viral para introducir en los cerebros afectados tres genes claves para la síntesis de la dopamina.

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio está protegido por reCAPTCHA y se aplican la política de privacidad y los términos de servicio de Google.