Curto: “En acuicultura, Entre Ríos tiene mucho potencial”

peces [1600x1200]Alejandro Ernesto Curto, asistente de Planificación, Seguimiento y Evaluación del Centro Regional INTA Entre Ríos, afirmó que en piscicultura y acuicultura, “esta provincia tiene mucho potencial, por la cantidad de agua embalsada que existe, por la disponibilidad de alimentos y por el recurso humano que se cuenta. Un cálculo conservador de rendimiento de pescado es de 2 toneladas por hectárea. Si estimamos en más de 50.000 las que tienen potencialidad para la acuicultura, se podrían producir 100.000 dándole valor agregado a no menos de 150.000 Tn. de materias primas y ocupación a mucha mano de obra, en especial familiar y jóvenes emprendedores”, señaló el profesional. “Hablamos de piscicultura pero en realidad debemos hablar de acuicultura, donde las posibilidades son infinitas”, aclaró Curto, quien explicó que “podemos producir desde peces, especies hortícolas, algas para biocombustibles y con fines medicinales, cosméticos, alimenticios; crustáceos y reptiles o aves de corral que necesitan del medio acuático para reproducirse, hasta carnadas para pesca. Cada actividad por separado o combinando algunas producciones”.

El profesional explicó que existen tres sistemas básicos para producir peces: jaulas en espejos de agua, piletones excavados en el suelo y ultra-intensivos bajo galpones, con ambiente controlado. En ese marco, el especialista del INTA manifestó que la visión de la institución que integra es el agregado de valor, “en vez de vender granos y subproductos disponibles como materias primas, utilizarlos y transformarlos en carne de altísimo valor nutracéutico que contribuya a alimentar una población creciente”.

“Nuestra provincia cuenta con recursos numerosos y apreciables para el desarrollo de esta actividad. Fundamentalmente la disponibilidad de agua, ya sea un tajamar, canteras abandonadas, cursos de agua, entre otros, que permiten aprovecharlos con jaulas con peces. Por otra parte, las características de los suelos, facilitan la construcción de piletas o estanques para implementar estos sistemas. El alimento básico, los granos, al igual que los subproductos o suplementos como harina de plumas o de vísceras avícolas, entre otros, están disponibles en abundancia, son recursos excelentes para hacer piscicultura en cantidad y calidad”, destacó Curto, quien añadió que existen limitaciones de tipo climático, una es la temperatura ambiente. “Este factor limita la cantidad de especies factibles a criar y el ciclo del negocio, comparado con el NEA” subrayó.

Curto dijo que “se está tratando de identificar las especies que más se adaptan. El pacú es la más viable comercialmente, pero tenemos problemas de bajas temperaturas durante un período relativamente prolongado, donde esta especie se desarrolla poco. A través de Experimentación Adaptativa estamos identificando especies factibles en los tajamares, tipo de alimentación y jaulas. El amur o salmón siberiano es una identificada como viable, es exótica y requiere autorizaciones especiales para criarla, pero crece en invierno o al menos no sufre como otras y es muy barata en su alimentación”.

 

Piscicultura en jaula

 

“La piscicultura en jaula es una muy buena oportunidad para productores minifundistas o con recursos económicos  limitados para iniciarse. Por eso nuestro trabajo en Entre Ríos prioriza el trabajo con ese método, con el que se obtienen muy buenos resultados para autoabastecerse y obtener un excedente para venta. No dejamos de lado los otros sistemas –piletones, ultraintensivos y otros sistemas- pero para estas condiciones de cultivo hay más experiencia”.

 

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