Cuentan sobre cómo es la vida en los parques de diversiones y cómo los afectó la cuarentena

Visitaron el “Centro Periodístico de Entre Ríos”, Daniel Golbano, Vanesa Ruiz, Brenda Salafia y Rosario Brito, quienes forman parte del “Central Park” (parque de diversiones), quienes contaron sobre cómo estas empresas se vieron seriamente afectadas por la pandemia de Covid-19 y cómo han empezado a retomar las actividades, como la mencionada en Crespo, donde se instaló a fines de diciembre y con éxito. Comentaron que de 300 parques de este tipo que hay en Argentina, solamente 10 están en funcionamiento.

Golbano reseñó: “Me crié haciendo esta actividad. Cuando vino mi bisabuelo Rafael de España, trajo la idea de hacer kermeses o romerías, como se hacían allá. Empezó a organizar espectáculos y luego sumó los juegos. El parque se llamaba “El Gran Oeste Argentino”, que se inició en Mendoza y recorrió todo el país. Hablamos del año 1940. En muchos casos, no había luz en los pueblos, así que se manejaba con generadores. En la familia, a los 21 años había que independizarse. Se estudiaba hasta 7° grado y después, a trabajar y a los 6 años ya nos iban enseñando el oficio. Mi abuelo tuvo 3 hijos y a los 21, cada uno de ellos salió con un emprendimiento, por lo que la familia llegó a tener en un momento, hasta 10 parques de diversiones y cada uno recorría una provincia distinta. Somos parqueros, antiguamente era con carpas y mucho más difícil que ahora, porque se trasladaba todo por tren, porque no había camiones como ahora. Tengo 4 hermanos y solo yo seguí en esta actividad, que es muy sacrificada. Andamos, andamos y viviendo en casillas rodantes. Uno pierde los amigos, la familia, a las fiestas las pasa en el parque. De mis hijos, 2 quedaron conmigo en este trabajo, un tercero es abogado y vive en Mendoza y mi hija es escribana y está radicada en Chile. Esta es la primera vez que llegamos a Entre Ríos, estuvimos en Victoria, porque nos habían invitado y 10 meses quedamos varados en Nogoyá, por la pandemia. Hasta que en noviembre, el intendente nos autorizó a volver a trabajar” sobre lo que Salafia contó: “Durante ese tiempo, vendíamos barbijos o lo cambiábamos por alimentos. La gente nos ayudó muchísimo, fue muy solidaria con nosotros. No queríamos pedir nada. Hacíamos la olla para las 30 personas que estábamos en el parque; se fue enterando la gente que habíamos quedados varados y nos empezaron a llevar ropa, comida. De los 30, de a poco se fueron yendo y quedamos unos 16. Hacíamos chulengos para hacer asados, vendíamos condimentos, limones”.

Desde diciembre que están en Crespo, con muy buena respuesta de la gente, sobre lo que Salafia comentó: “Estamos contentos y nos vamos a quedar un tiempo hasta donde nos dejen y tengamos definido nuestro próximo destino, que sería Paraná”.

Ruiz describió: “Tenemos 23 juegos para ofrecer. En mi caso, estoy a cargo de un puesto donde vendo pochoclos, copos de azúcar, manzana caramelizada. Crespo es una ciudad muy linda. La gente es muy parquera en esta zona. Me encanta esta vida en el parque, me fascina ir de pueblo en pueblo”. Salafia agregó que “yo tengo un kiosco con venta de panchos, gaseosas y demás. Soy la esposa del hijo menor de Daniel”.

Sobre el difícil momento que atraviesa el sector, Golbano acotó: “Muchos colegas están parados, vendiendo los camiones, las camionetas, porque no los dejan trabajar. Nosotros nos pusimos como meta no vender los vehículos, porque es con lo que nos movemos y hasta ahora lo logramos. De 300 parques, unos 10 deben estar trabajando en el país”.

Rosario acotó: “El parque de diversiones, a mucha gente, en esta época de pandemia, les ha venido muy bien, en especial a los chicos, que vienen con una gran alegría, apurados para entrar. Emociona ver la alegría que tienen”.  

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