¿Cuántas horas deben dormir los niños según su edad?

Contar con un sueño reparador es fundamental para la salud de niños y adolescentes. Sin embargo, no todos los padres son conscientes de que un buen descanso es clave para el aprendizaje y desarrollo de sus hijos, en especial los que están en edad escolar. La Dra. María Elena Mazzola, médica neuróloga infantil y subjefa de la Unidad de Medicina del Sueño del Instituto Fleni, expresó: “Si bien cada chico es distinto, los especialistas recomiendan entre 10 y 13 horas de sueño para los niños de 3 a 5 años (que pueden estar repartidas a lo largo del día); entre 9 y 11 para los que asisten a la escuela primaria y entre 8 y 10 para los adolescentes de entre 14 y 17 años”.

“Durante el sueño, se produce lo que se llama un aprendizaje diferido, en el que no interviene la memoria consciente y que significa que los circuitos que se pusieron en marcha en el momento en que aprendimos algo nuevo de día reverberan, es decir, empiezan a funcionar mientras dormimos. Cuando este proceso se altera, porque hay poca cantidad de horas de sueño o ese sueño está muy fragmentado (el niño se despierta varias veces), se ve afectada la memoria diferida, lo que conlleva a problemas de aprendizaje. Por otra parte, quienes no tienen un dormir adecuado, sufren de una somnolencia diurna excesiva. Pero a diferencia de los adultos, que cuando durmieron mal simplemente se sienten más cansados, el niño se hiperactiva para vencer ese sueño (se mueve más, está inquieto y desatento)” expresó Mazzola.

– ¿Qué consecuencias puede traer?

– Esa somnolencia diurna puede tener como consecuencia trastornos de conducta y confundirse muchas veces con el famoso trastorno por déficit de atención con hiperactividad (ADHD). Por otra parte, es importante destacar que los adolescentes que tienen un sueño poco reparador, son más propensos a sufrir accidentes, a la depresión y al abuso de sustancias, desde despertadoras como el café, pero también al consumo de drogas. Asimismo, se observa una mayor tendencia al suicidio, todo esto está estudiado y no es ninguna tontería.

¿QUÉ SIGNIFICA DORMIR BIEN?

“Dormir bien significa la ausencia de insomnio, que se traduce en alteraciones del sueño que pueden ir desde las dificultades para conciliarlo (aquellos niños que no pueden dormirse por sus propios medios), las dificultades para mantenerlo (los que se despiertan varias veces en la noche) o los despertares precoces (que se despiertan, por ejemplo, a las 4 de la madrugada y no pueden volver a dormirse). Pero atención: los padres no deben alarmarse ante la aparición ocasional de alguno de estos factores, ya que es común que alguna vez, un niño tarde en dormirse o se despierte por la noche. Sin embargo, hay que estar atentos a los patrones: si alguno de estos problemas persiste durante un período de 3 meses o más, se considera que el niño tiene problemas con su sueño” acotó la profesional.

CONSEJOS PARA UN BUEN SUEÑO

1) Tener rutinas más o menos estables a lo largo de los 7 días de la semana. Los horarios para acostarse y despertarse no deben variar en más de dos horas durante el fin de semana en comparación con los de la semana. Lo mismo rige para los horarios de las comidas. Por lo general, la segunda porción del día debería estar asociada a una mayor quietud, mientras que las actividades más estimulantes deberían estar reservadas a la primera porción del día.

2) Limitar el uso de las pantallas a 2 horas por día y tratar de no usarlas hasta 2 horas antes de la conciliación del sueño. Los medios electrónicos desplazan el sueño por la sola presencia de otra actividad que requiere de la atención del niño (estar viendo videos en Youtube, por ejemplo), pero también por la interacción con pares mediante el dispositivo (el efecto estimulante de sostener conversaciones de Whatsapp con los amigos, por ejemplo). Además, la luz azul que emiten los dispositivos, igual a la que emiten fuentes naturales como el sol, tiene efectos sobre la secreción de la melatonina, que es la hormona que le indica al organismo que es la hora de dormir.

3) Promover el ejercicio físico diario, pero evitarlo en horas cercanas a la noche. Cualquier actividad física, sobre todo si es lúdica, es recomendable en los niños, pero no debe realizarse hasta 2 horas antes de la conciliación ideal del sueño, porque aumenta la temperatura corporal y eso inhibe una de las señales fisiológicas del sueño, que es el descenso de la temperatura corporal.

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