Cuando las mujeres deben aumentar entre 7 y 14 kilos

El embarazo es una situación natural de la vida y el cuerpo de la mujer está creado para adaptarse a los cambios que se desarrollan por este motivo. Sin embargo, el organismo debe trabajar mucho más, para abastecer al bebé en gestación y en pos de brindarle el lugar propicio en el que puede formarse. Los múltiples cambios que experimenta una mujer encinta, la obligan también a modificar sus hábitos de vida. El Observador, enumera a continuación una serie de pequeños consejos, para que el período pre-natal sea más fácil de sobrellevar.

El embarazo no es el momento para ponerse a dieta. Por el contrario, es cuando el organismo desgasta más energía, que es indispensable recuperar diariamente. Según un estudio norteamericano, las mujeres excesivamente delgadas tienen más riesgos de sufrir un aborto durante el embarazo, pero la investigación indica que comer frutas y verduras reduce a la mitad estas complicaciones. Según el estado nutricional al momento de comenzar el embarazo, una mujer debe programar aumentar entre 7 y 14 kilos. Los mismos se perderán tras dar a luz, puesto que se deben al propio peso del bebé, al aumento de dimensión del útero y al líquido amniótico.

Consumir cantidades pequeñas de comida con frecuencia. Antes de quedar embarazada, es favorable que la futura mamá complemente su dieta con vitaminas, en especial ácido fólico, para reducir el riesgo de los defectos congénitos del cerebro y de la médula espinal de su hijo. Cuando el embarazo está avanzado, los volúmenes que se ingieren van disminuyendo progresivamente, debido a la reducción de la capacidad gástrica. Ello obliga a comer más veces y menos cantidades durante el día. Son recomendables alimentos saludables como frutos secos, frutas duras, verduras, arroz, tostadas, queso de bajo contenido graso, productos lácteos, pescados y carnes blancas.

Utilizar protector solar y cremas hidratantes. En el rostro y el cuello pueden aparecer manchas oscuras, que reciben el nombre de cloasma, pero en algún momento desaparecen. Si la gestación transcurre durante el verano, es esencial usar protector solar, para que no se intensifiquen dichas marcas. La profundización del color de la piel, los pezones y la aparición de una línea por debajo del ombligo son frecuentes, pero desaparecerán después del parto. Por otra parte, la generación de estrías en el vientre, los muslos y pechos se produce por el sobreestiramiento de las fibras elásticas de la piel, dado el crecimiento del útero. Las cremas anti-estrías formuladas especialmente para el embarazo, mantendrán la hidratación y elasticidad de la dermis.

Evitar permanecer de pie. Estar sentada con los pies en alto es la mejor postura para una mujer encinta, al igual que permanecer en reposo durante los últimos meses antes del parto.

Disminuir la fatiga. Especialmente durante el primer trimestre y las últimas 6 a 8 semanas. Las mujeres sienten un agotamiento tan marcado, que parece faltarles la energía hasta para los movimientos más simples. Ello conlleva a la somnolencia, por el incremento del nivel de progesterona. El metabolismo se acelera para satisfacer las necesidades del bebé y el trabajo extra exige al resto de los órganos que estén en permanente funcionamiento. Si la encinta descansa bien o realiza movimientos pausados, se disminuye y relajan el corazón, los pulmones y los músculos, que son los más comprometidos.

Comunicar el estado de embarazo. Es fundamental que profesionales como odontólogos y radiólogos sepan de la gestación, inclusive por parte de aquellas mujeres que sospechan de su estado y aún no lo han confirmado, para que eviten utilizar rayos X, o bien, arbitren los mecanismos necesarios para cuidar al bebé. El contacto directo con este tipo de radiación pone en riesgo el desarrollo del embrión.

Abstenerse de fumar e ingerir alcohol o drogas. Durante el embarazo y mientras dura el período de lactancia materna. Si se planifica la familia, también es propicio dejar de hacerlo 6 meses antes de comenzar con la gestación, puesto que favorecerá las condiciones orgánicas para quedar embarazada.

Seguimiento clínico exhaustivo. Con profesionales que brinden calidez. El ginecólogo/a y obstetra elegidos deben ser de extrema confianza.

Un entorno afectivo que dé cariño suficiente a la mujer gestante le hará sobrellevar mucho mejor los meses de espera. Saberse querida y cuidada también hará que ella misma esté más atenta a detalles tan importantes como vigilar su alimentación y su ritmo de vida, lo cual redundará en mejores condiciones de desarrollo para el bebé que va a nacer.

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