Crespo: “Padres del Dolor” cuentan sus vivencias y cómo se ayudan para afrontar la pérdida de un hijo

Mario Goette, Oscar Schell, Estela Kerke y Tamara Ledesma, integrantes del grupo denominado “Padres del Dolor”, que se reúnen en la “Parroquia Nuestra Señora del Rosario” de Crespo, estuvieron esta semana en El Observador y el programa “Grandes Reportajes” de Canal 6 ERTV, donde contaron sobre los objetivos que persiguen, que es “ayudarse mutuamente en el duelo por la pérdida de un hijo y lograr que otros que hoy no están en el grupo, se acerquen también, para que entre todos, sea menos difícil sobrellevar semejante dolor. Ha sido un bálsamo encontrarnos y hablar con otros que pasaron por esta experiencia, que es muy difícil contar a quienes no la vivieron…”.

– ¿Cómo nació la idea de conformar este grupo…?

– (Kerke) Es una idea que trajo a Crespo el Padre Rubén Schmidt, quien había tenido una experiencia similar en Paraná y que lo puso en práctica desde hace 10 años (junio de 2012) en la ciudad. Es un grupo numeroso, muy fluctuante, ya que hay quienes asisten todos los meses y otros, que lo hacen esporádicamente. Nos reunimos los 15 de cada mes en la Parroquia Ntra. Sra. del Rosario y están todos invitados a participar…  

– (Goette) Nosotros habíamos perdido a nuestro hijo hacía 3 años y nos encontramos con el Padre Rubén en una unción de enfermos, en un centro asistencial en Crespo y nos comentó que la idea de él era formar este grupo y nos sumamos. Al principio éramos 8/9 matrimonios, cada uno con sus pérdidas y se fueron agregando cada vez más. En los encuentros, en algunos momentos nos reímos, en otros lloramos. La muerte de un hijo te hacer caer en un pozo y algunas personas que por ahí no tienen una familia muy amplia o son nuevos en la ciudad, no saben a dónde ir y gracias a Dios, tienen esta propuesta para tener contención…

– (Ledesma) Es abierto, no solamente para los católicos. Por ejemplo Estela (Kerke) no es de la Parroquia (es evangélica) y es una de las que más asiste. Es nuestra líder. Es un grupo que ayuda muchísimo y sin el mismo, no sé si hubiese llegado a salir adelante como lo hice. Cuando uno pasa por una situación así, piensa que es al único que le está ocurriendo, pero cuando llega a estos grupos, comprueba que no es así… Y desde la primera reunión que participé en el grupo, me sentí muy contenida y te hacen saber que “… si ellos pudieron, yo también voy a poder superarlo”. Hay padres que quedan muy encerrados en su dolor… 

– (Kerke) Más allá de un grupo, es una herramienta que estamos ofreciendo para la gente que necesita una ayuda, sabiendo que cada duelo es único, hasta en la misma pareja es diferente. En mi caso, mi hijo Cristian, falleció hace 7 años en un accidente de tránsito. Tenía 26 años… Con los demás integrantes del grupo nos vamos ayudando mutuamente, asistiendo a las reuniones o enviándonos mensajes a través del whats app; celebramos los aniversarios, nos mandamos apoyo, porque el objetivo es dividir el dolor y duplicar las fuerzas…

– (Schell) La pérdida de un hijo es un dolor muy personal. Nadie está preparado para afrontarlo. El que siente el llamado a participar de estas reuniones, que se sume… Como se dijo aquí, es un gran beneficio dividir el dolor. No es lo mismo sentirse solo en tu casa, que tener una comunidad que está orando con vos, que te pregunta cómo estás, que te ofrece ayuda… Siempre aclaramos que es ecuménico, al dolor lo siente de igual manera un católico, un protestante, judío… El hijo es un hijo y ese sentimiento no te lo cambia una religión…  Cuando falleció el hijo de Mario y Silvia, no me animé a ir al velorio, porque era un joven y al mes y medio me tocó a mí. Mi hija Carolina hasta la noche estaba todo perfecto y fallece por muerte súbita, con solamente 23 años. En esos momentos, no sabés qué decir, qué hacer, simplemente encomendarte a Dios, pedir ayuda y que Él atenúe y encause ese dolor… Era una chica muy activa, comenzaba la facultad, trabajaba en 3 casas, vendía tortas, era una máquina de hacer cosas…

– ¿Hay un tiempo determinado para el duelo o es para siempre?

– (Schell) El duelo tiene millares de facetas y el tiempo depende de cada persona. Cuando te dicen que los hijos pasaron a otra dimensión, nosotros decimos que Carolina está presente; quiere que sus padres sean felices, que crien a sus hermanos… Yo lo siento así, yo no la lloro, no la puedo llorar a Carolina porque está con nosotros…

– (Goette) Trabajamos sobre la esperanza y la fe de que nos vamos a encontrar con ellos cuando Dios lo disponga. Ese es el fin de estas reuniones, convocar a los padres que por ahí han tenido la pérdida recientemente o están ahí dudando qué hacer, que se acerquen, que van a encontrar una ayuda. No se impone el tema de la religión…

– (Ledesma) El dolor por la muerte de un hijo es igual para todos, no depende de la edad. Mi hijo tuvo un paro cardio-respiratorio. Falleció a los 2 años y 10 meses.

– (Goette) Hay gente creyente que se enoja, que se pregunta “¿por qué Dios me hizo esto a mí?”. ¿Qué hacemos ante esa situación? Lo que le ofrecemos como grupo es la contención, como nosotros hemos empezado y vemos los frutos que hemos logrado… Mi hijo Matías falleció cuando tenía 19 años. La causa fue un aneurisma…

– (Kerke) La muerte se disfraza de distintas cosas, puede ser por una enfermedad, un accidente… Hemos tenido la visita de padres con hijos que se han suicidado y es totalmente otra la postura. Cada uno de los fallecimientos tiene su dolor… En las reuniones hablamos siempre de esperanza… No nos quedamos enredados en eso, tratamos de superarnos cada día más y de darnos fuerzas. Aquellos que quieran sumarse y necesiten realizar una consulta, nos pueden llamar al 0343-155130967, que serán bienvenidos…

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