Crespo mantiene el ideal de “familia” con 118 casamientos en 2012

BodaEsta ciudad siempre es noticia por alguna razón, porque en Crespo hay hombres y mujeres que se esmeran, hacen, proyectan y se destacan en muchísimas actividades. Mientras crecen los artículos periodísticos, sociológicos y psicológicos acerca de la crisis que está atravesando por estos tiempos el matrimonio como institución, no sólo en Argentina, sino en muchos países del mundo, felizmente las estadísticas dan cuenta de que en Crespo las parejas siguen apostando al casamiento. Será materia de análisis apartado, determinar cuánto tiempo dura cada unión civil y en qué condiciones, pero al margen de ello, lo cierto es que en Crespo se mantiene el ideal de “familia” y pese a conocerse un sin fin de malas experiencias, cada novio/a opta por arriesgarse, comprometerse y formalizar, para ser redactores de sus propias vivencias. 118 parejas dieron el “Sí” en 2012, casi la misma cantidad que el año anterior, cuando lo hicieron 123, según informó a El Observador la oficina local del Registro Civil. Asimismo, se confirmó que restan pocas fechas libres para llevar a cabo este acto de la vida civil en el 2013 e incluso algunos ya han hecho reservaciones para el 2014.

Padre Ariel TalaveraLas distintas religiosas locales también advierten esta tendencia, dado que en su mayoría, sin distinción de credos, tienen la agenda anual seriamente comprometida en cuanto a los espacios para estas celebraciones. Al respecto, el Padre Ariel Talavera, de la Parroquia Nuestra Sra. del Rosario, sostuvo que “hablando con otros sacerdotes, coincidimos en que en muchas localidades del interior, como en Crespo, el concepto de familia es muy fuerte. Mes a mes tenemos muchas parejas que deciden recurrir al sacramento del matrimonio cristiano y es una alegría que todavía se apueste a él. Crespo se caracteriza por expresar su amor a Dios a través de las distintas confesiones y tiene una fe muy fuerte, que le hace vivir la verdadera importancia de la consagración del amor de los esposos. Acá el estrato religioso que hay es un privilegio y eso hace que se tome conciencia de lo que significa la bendición de la unión”. No obstante, el cura resaltó que mantener la confianza en el matrimonio no deja de ser una lucha constante, ya que distintas situaciones acechan contra su construcción y agregó: “Actualmente la familia como núcleo del amor humano está muy atacada, ya sea por cuestiones vinculadas a la sexualidad, a inmadureces, casos de violencia hogareña o de género y demás. A pesar de esas dificultades, en Crespo en líneas generales, el imaginario de familia está bien consolidado. La enseñanza tiene mucho que ver en todo esto, porque lo que un chico vive y conoce, se refleja en la familia que va a formar. A veces el descuido o el abandono de los papás a los hijos, puede ser un condicionante que tiende a repetirse. Por eso es importante educar hijos sanos, evitando lastimarlos y causarles traumas serios, para que el día de mañana ellos también construyan una familia sana”.

Más allá de la obligatoriedad, Talavera indicó la positiva incidencia que tienen los cursos pre-matrimoniales para posibilitar que cada persona esté segura de la decisión que tomará. “Cuando uno edifica su casa, las bases son fundamentales. Tiene que haber buenos cimientos y buenas paredes, para que la construcción no se caiga. En el matrimonio ocurre lo mismo. Justamente por eso les pedimos a las parejas que se tomen un tiempo para prepararse para el sacramento del matrimonio. En estos espacios se habla de la importancia de que vivan bien su fe y la tolerancia y de que analicen cuánto se conocen, porque estarán tomando un desafío muy grande, que es para toda la vida”, dijo el sacerdote.

Ps. Gerardo MéndezPor su parte, el Pastor de la Iglesia Evangélica Congregacional, Gerardo Méndez, compartió el criterio de “sociedad conservadora” en este aspecto, al analizar la estadística local de matrimonios y agregó: “Nadie dice que a partir de ese momento todo sea bueno y color de rosa. Habrá altibajos, pero lo importante es que los números indican que la gente de la ciudad cree, se compromete y se juega por el casamiento. La franja de edades más común de los novios, va de los 18 a los 30 años. Tenemos muchos casos de jóvenes que se han unido en matrimonio y estamos contentos por eso”.

El Pastor comentó que algunas de las nuevas legislaciones y los cambios de costumbres culturales han provocado mutaciones en las estructuras familiares. “La idea de papá, mamá e hijos como familia va cambiando. Han aparecido nuevas formas de vínculos que no necesariamente encajan dentro de las construcciones que se tenían. Socialmente se han atendido algunos requerimientos que surgieron y eso hace que sea un doble desafío alcanzar y contribuir a que se mantenga el concepto tradicional de familia”, dijo Méndez. En ese sentido, explicó que la Congregación brinda anualmente un taller para fortalecer y superar los inconvenientes maritales: “Nos alegra mucho percibir que siempre hay parejas interesadas en recuperar la relación y sostener el matrimonio. Los cursos se dictan desde hace 3 años y es llamativo ver cómo manifiestan su lucha por querer mejorar, enfrentar las dificultades y seguir creciendo juntos”.

Pese a la época y el contexto cultural en el que estamos inmersos, que reflejan cierta mentalidad divorcista y que permiten notar un escepticismo a la relación conyugal permanente, en Crespo sigue prevaleciendo el valor de comprometerse formalmente en un proyecto de vida. Será tarea de todos, año a año, mantener e inculcar esa confianza en el “Sí quiero”.

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