Crespo: Carlos Sigvardt habló sobre el creciente interés por la “Educación Emocional” y cambios en la enseñanza

En diálogo con los medios del “Centro Radial, Televisivo y Periodístico de Entre Ríos”, el docente crespense Carlos Sigvardt (vicepresidente de la “Fundación Educación Emocional”), entre otros temas, habló sobre los cambios en el modo de enseñar en las escuelas y también opinó de los continuos avances tecnológicos, que impactan directa o indirectamente en el aprendizaje de niños y jóvenes. 

– Sigue creciendo el interés por desarrollar la “Educación Emocional”

– Sí… Nosotros permanentemente estamos brindando charlas en ciudades de Santa Fe, Córdoba, Salta y otras provincias argentinas que nos convocan, lo que demuestra el interés existente. La “Ley de Educación Emocional” que tenemos en vigencia en el país, entre otras consideraciones, prevé la ‘Escuela para Padres’. Con ellos charlamos mucho sobre la poca tolerancia de los chicos, la falta de límites y otras cuestiones en la que, escuela y familias, tenemos que ponernos de acuerdo. Es un desafío interesante, trabajando lo relacionado a las emociones, frustraciones, a saber tolerarse…

– En las charlas y en las entrevistas siempre habla de cambiar la forma de enseñar en las escuelas: ¿Es difícil de implementar?

– En este tiempo de virtualidad, inteligencia artificial y demás, los educadores nos tenemos que preguntar ¿qué enseñar?, partiendo de la premisa que lo debemos hacer para la vida, desde una educación humanista donde son preponderantes y necesarias las habilidades sociales. En la era de Google, a través de lo cual podemos acceder a toda la información que necesitemos, no es tan necesario que en nuestras escuelas se enseñen conocimientos, sino que deben enseñar a procesar la información, a fomentar la creatividad, a desarrollar el pensamiento crítico, a tener capacidad para resolver problemas, a trabajar en equipo, a perseverar en sus proyectos, a aprender de sus fracasos. La memoria tiene un soporte en la virtualidad, en la tecnología, por lo que no podemos enseñar del mismo modo que nos enseñaron a nosotros…

– ¿La tecnología es una ayuda o también una amenaza?

– La tecnología es una ventaja, una prolongación del confort pero hay que poner límites y usarla con racionabilidad. Cuando apareció la imprenta se decía que el libro iba a reemplazar a la memoria y lo que hizo fue ayudar a propagar toda la cultura. Google dio las soluciones para cuando no nos acordamos de algo y ahora la inteligencia artificial reacciona con nosotros. Si le pedimos una descripción de algo, lo hace con mucha certeza. Cuando en el ChatGPT, pedimos hablar con San Martín por ejemplo, le va a contestar como que si fuera él. Estamos dejando en manos de la tecnología mucha de nuestra elaboración mental. Lo único que queda afuera por ahora, es lo de la “inteligencia emocional”…

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