Crespo: A 25 años de la “1° Oktoberfest”, protagonistas cuentan sus experiencias

Desde hace 11 ediciones en El Observador y en el programa “Fernando Huck Reportajes” de Canal 6 ERTV, seguimos recordando, a 25 años (1996), la primera edición de las famosas y multitudinarias “OKTOBERFEST, FIESTA NACIONAL DE LA COLECTIVIDAD ALEMANA” y las “EXPO ENTRE RÍOS DEL MERCOSUR, COMERCIAL, INDUSTRIAL, AGROPECUARIA Y ARTESANAL”, organizadas por la “Colectividad Alemana de Argentina” en “El Castillo” de Crespo. En esta edición, bajo la conducción especial de Alejandro Drescher, estuvieron presentes Marcelo Stürtz (Los Nuevos Waigandt), Jorge Ladner y Estela Reh (ex integrantes del Grupo Coreográfico Edelweiss) y como colaborador el Cont. Ricardo Alberto Huck:

– ¿Qué recuerdos tienen de esa primera edición de la Oktoberfest…?

– (Ladner) Siempre admiré la gran capacidad de organización que hubo. Fueron fiestas de mucha alegría y el hecho de ser con entrada gratuita, permitía que toda la familia pudiera asistir. En nuestro caso, participábamos en el “Grupo Coreográfico Edelweiss”, por lo que en la fiesta, había que bailar, cuando nos tocaba actuar y colaborar en lo que hacía falta en la organización. Si hoy me preguntan, ¿cómo lo hacíamos? es difícil de explicarlo, porque había que trabajar en todo lo previo, ir a bañarse y volver a bailar y seguir colaborando. Es lo que siempre decimos, que era un “cansancio hermoso”. Te cansabas, pero la mente estaba alegre y uno se levantaba con ganas al otro día de seguir ayudando. Aparte, los momentos que pasamos, fueron únicos…

– (Reh) La fiesta nos generó además, tener muchos nuevos amigos y conocidos. Yo no podía estar todo el tiempo, porque en ese momento teníamos 2 hijos chicos, así que nos turnábamos con Jorge (su esposo). Y pasé una Oktoberfest embarazada, de nuestro tercer hijo, para la cual, mi mamá me había hecho un vestido alemán especial. Y a la siguiente, Álvaro ya había nacido. Recuerdo que de todas las familias de Edelweiss que estábamos colaborando, los más grandes cuidaban a los más chiquitos, porque las mamás estábamos trabajando… 

– (Ricardo Huck) Lo que más recuerdo era todo el trabajo previo que se realizaba; las reuniones comenzaban en febrero para una fiesta que se hacía en diciembre, viendo cada uno de los detalles organizativos, analizando propuestas, vendiendo stands para la Expo Entre Ríos del Mercosur, para lo cual había mucha gente involucrada en ese trabajo… Y lo que siempre nos preocupaba, era que el clima acompañará y la verdad que siempre estuvo de nuestro lado, porque las lluvias eran antes o después del evento, incluso en una edición hubo una fuerte tormenta previa, pero el día de la fiesta, estaba todo despejado…

– (Ladner) Antes de esa tormenta, habíamos colocado una media sombra en “El Castillo”, que en ese momento no tenía techo. El viento había tirado todo abajo, incluida la ornamentación y en ese momento nos preguntábamos, ¿qué vamos hacer? El panorama no era muy alentador. En ese momento, vino Fernando Huck y nos dijo: “Hablé a Houston (USA) y me dijeron que para esta zona, el tiempo va a estar espectacular”. Nosotros nos miramos. Como nos pidió que trabajemos todos para armarlo de nuevo, así lo hicimos y la fiesta se terminó haciendose con un excelente clima y con todo el éxito…

– (Ricardo Huck) En una fiesta hubo un grave problema eléctrico a horas de comenzar, porque se había “calentado” una bobina y todo el predio quedó sin luz…

– (Fernando Huck) Lo que sucedía, era que había más de 300 stand, con sus iluminaciones y máquinas funcionando… Cuando me dicen: “… se quemaron todas las instalaciones eléctricas… No vamos a tener luz”, hablé inmediatamente con personal de la municipalidad, que trabajó con todo el esmero, cambiaron varias cosas y media hora antes que llegara el gobernador para la inauguración, estaba todo encendido nuevamente…

– (Ricardo Huck) Lo destacable era que todo estaba motorizado y la organización aceitada… Fue una fiesta que quedó marcada en la historia de Crespo, el predio siempre “desbordaba” de gente…

– (Fernando Huck) Tanto a mi hijo Ricky como a Lorena y Nandy, los levantaba bien temprano, para que me ayuden en la limpieza del predio lleno de papeles y botellas de la jornada anterior, a barrer las carpas y demás… Todo tenía que estar listo antes que llegara la gente…

– (Stürtz) En las Oktoberfest estuve en todas las ediciones y tengo recuerdos muy lindos de una fiesta muy familiar, que siempre convocó a una gran concurrencia… Hemos tenido la oportunidad de tocar en esta fiesta con gente amiga, como la “Bandita Edelweiss”, que es un grupo al que le tengo mucho afecto. Llevo 51 años de escenario, ya que empecé a los 14, por lo que tengo participación en muchas fiestas. Mi primera presentación con Los Waigandt fue en el Club Racing de Ramírez. Estaban colmadas las instalaciones y empecé a cantar en alemán, que a la gente de la zona le gustaba mucho. Llovió la semana posterior y mis padres vivían en Racedo, por lo que me fui en tractor a contarles que había tocado con Los Waigandt. A los 11 meses y 11 días de eso, estábamos grabando el primer disco. Con Rubén (Waigandt-fallecido) nos abrazamos y lloramos un rato de la emoción. De ahí en más, fueron presentaciones y más presentaciones, en Misiones, La Pampa, Chaco, Buenos Aires y otras provincias. Mirábamos el mapa, porque no había GPS y nos íbamos guiando, a veces haciendo hasta 2.400 km. en una Dodge con motor Perkins. Nos íbamos turnando entre 2 el volante; eran a veces hasta 26 horas de viaje, llegábamos y tocábamos. Cuando grabamos por el aniversario del grupo, todavía no habían salido los CD y llevamos 800 casettes. Recuerdo que pasamos por la grabadora y como no estaban listos, con los demás integrantes, de camino, íbamos poniéndoles las etiquetas dentro de la cajita. Esa vez tocábamos en Coronel Suárez (B. Aires); anunciamos que traíamos el nuevo material y había 100 metros de filas para comprarlos. En pocas horas vendimos los 800 casettes…

– ¿Cómo nació esa pasión por la “música alemana”?

(Stürtz) Cuando yo hice el servicio militar en Crespo, escuchaba un programa los domingos a la mañana, donde tocaban Los Wendler y Los Waigandt. En el regimiento los escuchábamos; en ese momento, yo tocaba cumbia y cuarteto, pero la “música alemana” siempre me llamaba la atención. Un día se desarmó el Cuarteto Ideal, del que formaba parte y dio justo para que me sumara a Los Waigandt y tocamos durante 35 años, viernes, sábados y domingos…

– ¿Tenían varias presentaciones por noche?

– (Stürtz) No, a eso, lo tratábamos de eludir, porque era de salir de un baile, juntar equipos y salir a otra ciudad… Lo mismo para las fiestas de fin año. Muchas veces con nuestras familias, estábamos recibiendo la Navidad, hasta que un día dijimos los 24 y 31 de diciembre, no vamos a presentarnos más…   

– Jorge es conocido en la ciudad por su paso por otras instituciones, como en Bomberos Voluntarios del que es integrante del cuerpo activo…

– (Ladner) Me motiva ayudar y colaborar, con las instituciones, como lo hacía en ese tiempo en Edelweiss. Y lo importante es tener para eso, el acompañamiento de la familia… Nosotros en la Oktoberfest estábamos en la cantina y podíamos conversar con personas de distintas partes del país que venían a participar de este evento; que nos contaban que sus abuelos que eran de acá y se les caían las lágrimas de emoción; ellos dejaron todo lo que hacían para venirse a la Oktoberfest y recordar sus raíces… Es un sentimiento que uno tiene. Cada colectividad tiene su forma de demostrarlo y nosotros, lo hacemos de esa forma. Por eso es importante mantener el trabajo que se viene realizando en el Grupo Edelweiss y nos gusta que gente joven siga trabajando con esas ganas y empuje…

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