Cosecha de soja: ¿Todavía se miden las pérdidas tirando los aros?

¿Todavía se miden las pérdidas en la cosecha tirando los aros? La respuesta parecería ser obvia en el caso de máquinas cosechadoras modernas, altamente tecnificadas que se auto-guían y necesitan del operario solamente para doblar en las cabeceras y descargar el grano. Que miden el rendimiento y la humedad del grano metro a metro en el lote, que autoajustan sus regulaciones para trabajar con las menores pérdidas posibles, que pueden estar conectadas transmitiendo datos a una oficina en cualquier lugar del mundo, para que el contratista dueño pueda ver y registrar las velocidades de trabajo, en qué lote está parada y por qué, cuál es el rinde y las toneladas de grano cosechadas, además de poder programar el mantenimiento y evitar las roturas. Tan elevado nivel de tecnificación, que puede aumentar notablemente la operatividad y eficiencia de trabajo de la cosechadora, requiere de un maquinista capacitado para tomar las decisiones adecuadas, según los datos que le muestran los tantos sensores en la cabina a lo largo del día de trilla. Ahora bien: ¿los sensores de la cosechadora miden todo? “Claramente se puede decir que no”, expresa un informe del INTA Paraná, revelando los resultados del monitoreo y evaluación de las pérdidas en la cosecha de soja, empleando la metodología tradicional anteriormente mencionada.

En el reporte, a cargo de los ingenieros Rubén Roskopf y Ricardo Melchiori, se señala que “estadísticamente, las pérdidas de cabezal, aunque habitualmente no se tengan en cuenta, son en promedio, el 70% del total y el 30% restante es de cola de la cosechadora. Recientemente Santiago Tourn, ingeniero de la unidad integrada Balcarce INTA/FCA-UNMdP lo confirmó en una tesis, donde evaluó las pérdidas de 96 cosechadoras en condiciones reales de trabajo. El golpe que los elementos de la plataforma, principalmente el molinete y la barra de corte, le provocan a la planta seca de soja, al momento del corte, hace que las vainas y ramitas con vainas se caigan al suelo por delante del cabezal. Estos son kilos que se pierden y que deberían estar en la tolva”.

“La cosechadora puede tener sensores que si están calibrados, miden las pérdidas por cola de la misma, pero no tiene sensores que registren las del cabezal y recordemos que, son las más importantes en magnitud de kg/ha. Entonces, si queremos conocer las pérdidas totales de cosecha de soja, no es posible guiarnos únicamente por los sensores y debemos tirar los aros para obtener valores confiables. Y posteriormente, realizar las regulaciones en la cosechadora si las pérdidas son mayores a la tolerancia” destacan los profesionales.

“En el INTA Paraná, con una cosechadora Don Roque 125, la cosecha se realizó a una velocidad de 3 km/ha, dando un rendimiento de 3.800 kg/ha y con presencia de manchones con plantas verdes, que complicaban a la cosechadora. Al intentar aumentar la operatividad de la maquinaria, se evaluaron las pérdidas totales a 4 y 6 km/h, siendo de 78 y 145 kg/ha a la menor y mayor velocidad de avance, respectivamente. Al precio de pizarra Rosario, 9% menos, son $ 986 de pérdidas por cada hectárea cosechada que quedan en el rastrojo, solamente a la menor velocidad. Esto muestra lo rentable que puede ser dedicarle tiempo y tirar los aros durante la jornada de cosecha, incluso contratando a una persona si fuera necesario. A la mayor velocidad, fue notable el aumento de pérdidas del cabezal, evidenciando la caída de ramitas con vainas adheridas. Finalmente, para cosechar por debajo de la tolerancia de pérdidas de 75 kg/ha, se decidió continuar el trabajo a una velocidad cercana a 3 km/h, teniendo en cuenta que para cada lote y momento del día, se deben tirar los aros para complementar la información que muestran los sensores de pérdidas de la cosechadora”.

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