Coronavirus y superficies: ¿Hay que seguir limpiando las cosas que vienen del supermercado?

En pleno debate acerca de si es posible el contagio de coronavirus por tocar una superficie, Télam dialogó con el biólogo Emanuel Goldman, profesor de la Universidad de Rutgers (New Jersey, Estados Unidos) y con la viróloga argentina Sandra Cordo.

En pleno debate acerca de si es posible el contagio de coronavirus por tocar una superficie, el biólogo Emanuel Goldman, profesor de la Universidad de Rutgers (New Jersey, Estados Unidos) y la viróloga argentina Sandra Cordo, explicaron que existe “poca evidencia” de esta vía de transmisión, por lo que los “esfuerzos” deberían estar puestos en el uso correcto de barbijos y la ventilación y no desalentaron la limpieza y la higiene de manos.

“Poco o nada. Sólo dos o tres posibles casos en la literatura científica, pero ni siquiera estos están probados”, respondió Goldman, profesor de microbiología de la Facultad de Medicina de Rutgers al ser consultado por Télam sobre la evidencia del contagio del coronavirus por fómites o transmisión por una “superficie infectada”.

Ya en julio de 2020, escribió un artículo en la revista científica británica The Lancet en el que alertaba que “se ha asumido un riesgo clínicamente significativo de transmisión del SARS-CoV-2 por fómites (superficies u objetos inanimados) sobre la base de estudios que tienen poca semejanza con escenarios de la vida real”.

“Encontrar el ARN del virus suele equivaler a encontrar el cadáver del virus. Lo único que significa es que el virus estuvo allí una vez, pero ya no está ‘vivo’ (con capacidad de infectar)”

En esa nota, realizaba una revisión de los estudios que habían arrojado que el virus podía sobrevivir dos y hasta seis días en algunas superficies, lo que para el especialista, era producto de dos factores: un inóculo de virus muy elevado y condiciones especiales de laboratorio para su conservación. “No estoy discutiendo los hallazgos de estos estudios, solo la aplicabilidad a la vida real”, indicaba.

“Encontrar el ARN del virus suele equivaler a encontrar el cadáver del virus. Es lo que deja el virus después de ‘morir’. Lo único que significa es que el virus estuvo allí una vez, pero ya no está ‘vivo’ (con capacidad de infectar). Este es un virus frágil que muere rápidamente en el medio ambiente y cuando se seca. La luz solar lo mata casi de inmediato. Prácticamente todas las pruebas para virus vivos (con capacidad infectiva) cuando se encontró ARN viral han sido negativas”, agregó Goldman.

En este aspecto, Cordo sostuvo que “existe numerosa evidencia de la presencia (y persistencia por muchas horas) de genoma viral en superficies de diversa índole (como cartón y aluminio) en situaciones experimentales (condiciones simuladas en laboratorios), pero no existen datos originados de situaciones reales de contagio”.

No obstante, Cordo – quien trabaja en el laboratorio de Virología (IQUIBICEN-Conicet) de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (UBA)- sostuvo que “esto no implica que podamos descartar el contagio por la vía de fómites pero tampoco podemos saber con certeza cuántos de los contagios en la vida real se deben a esta vía de transmisión”.

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio está protegido por reCAPTCHA y se aplican la política de privacidad y los términos de servicio de Google.