Coronavirus: provoca una catástrofe económica en EE.UU. y el desempleo saltó al 14,7%

El desempleo en Estados Unidos saltó al 14,7% en abril por la ola de despidos desatada por la pandemia del nuevo coronavirus la peor devastación económica en la primera potencia global desde la Gran Depresión.

Por el apagón que sufrió la economía, 20,5 millones de personas en todo el país perdieron su trabajo en abril, según informó el gobierno federal, el peor mes del mercado laboral en las estadísticas oficiales . La Casa Blanca y los gobernadores le pidieron a la gente que pusieran su vida en pausa, y se guardaran en sus casas para frenar la propagación de la nueva enfermedad. El turismo se frenó, los deportes pararon, y los estadios, restaurantes, bares, cines o peluquerías del país debieron cerrar sus puertas y bajar sus persianas.

En Estados Unidos, la pandemia puso punto final a la bonanza más prolongada que se recuerde en la historia del país. Hace tan solo unos meses, en febrero, la economía volaba y el desempleo se encontraba en un piso del 3,5%, el menor nivel en medio siglo. Marzo mostró el primer golpe: el desempleo subió casi un punto, al 4,4%, debido al cierre de restaurantes, hoteles y las primeras grandes industrias afectadas por la primera ola de cierres. Abril mostró el impacto pleno del cierre de comercios.

Para acolchonar a la economía, el gobierno federal y la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed, en la jerga financiera) han desplegado una batería inédita de políticas. El Tesoro distribuyó cheques a los contribuyentes por $1200, amplió los beneficios de desempleo y montó un programa de crédito blandos para las pequeñas y medianas empresas. Y la Fed encendió la “maquinita” y comenzó a imprimir dinero para prestarle a las empresas.

Aún así, Estados Unidos cayó en la peor crisis en una generación. Millones de personas debieron recurrir a “bancos de comida” para poder comer. El desempleo llegó a dos dígitos sólo en dos ocasiones desde 1948, cuando el gobierno federal comenzó a medirlo: a fines de 1982, cuando llegó al 10,8%, y en octubre de 2009, durante la Gran Recesión, cuando se ubicó en el 10 por ciento. Economistas estiman que el desempleo llegó al 25% durante la Gran Depresión.

Sueño en pausa

Marta Contino, 36 años, dos hijos, peluquera de Chicago, había logrado un sueño: tener su propia peluquería, “Roam”. Contino había montado su propia peluquería. “Las cosas realmente pintaban bien”, recuerda. A fines de febrero, Contino y su marido decidieron empezar a tomar recaudos ante la pandemia, compraron más comida de lo habitual para sus hijos. Ya para marzo, cuando varios negocios empezaron a cerrar, y Contino decidió cerrar voluntariamente por dos semanas. A fin de mes llegó la orden de confinamiento del gobernador de Illinois, J.B. Pritzker, que cerró su peluquiería junto con otros negocios “no esenciales”.

“A principios de abril, pedí el seguro de desempleo” , dice Contino. En un mes, pasó de tener su propio negocio a estar desempleada.

Contino ahora pasa el tiempo en su casa con sus dos hijos, mientras aguarda a que Pritzker levante su orden de confinamiento para reabrir su negocio. Es un desafío: no puede practicar el distanciamiento social en su trabajo. Hizo un curso gratuito con una compañía desinfectante, y empezó a estudiar cómo adaptar su negocio.

“Tengo suerte porque trabajo sola, no tengo que adaptarme mucho. Voy a usar barbijo, mis clientes van a usar barbijo, no habrá más revistas ni café. Tengo una ventaja, porque puedo controlar mi ambiente con más facilidad si trabajara en una peluquería grande”, describe. “Esperar lo mejor, planificar para lo peor”, afirman en el informe de Rafael Mathus Díaz para La Nación.

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