Contundentes opiniones de la Lic. P. Caro (Ave Fénix) sobre los daños cerebrales que dejan las drogas, incluso el “Aceite de Cannabis”

Estuvo esta semana en el “Centro Periodístico de Entre Ríos”, la Lic. Patricia Caro, bioquímica, especialista en adicciones, toxicóloga, máster en drogodependencias y dirigente de la “Fundación Ave Fénix” de Paraná, quien participó del programa “Grandes Reportajes” de Canal 6 ERTV, donde habló sobre su preocupación por el grave avance del flagelo de la droga en la sociedad, especialmente en la juventud.

– ¿Cuánto hay de cierto sobre las advertencias de profesionales y organizaciones médicas que aseguran que los adictos a la marihuana sufren una importante pérdida de inteligencia? ¿Hacen falta más campañas de concientización?

– Que no se hagan “campañas escolares” hablando del daño de la marihuana, es algo que no se puede entender. Desde el momento que se habla en todos los medios y todos los programas preventivos asistenciales del “consumo problemático de drogas”, implica que conceptualmente habría un “consumo no problemático”. En todos los medios y charlas que tengo, apelo a los docentes, que no usen la terminología “consumo problemático”. Lo que hay que hablar es de la relación consumo-daño. A los chicos hay que bajarles la idea de que lo que provoca, es daño cerebral en el lóbulo frontal. Me mandó un mensaje la abuela de un nene de 12 años, preguntándome qué hacer, porque otro nene de igual edad, le regala cigarrillos de marihuana, al cual su mamá se los prepara cultivando la planta para que los fume, porque es medicinal, asegurándoles que le va a hacer bien. Llegamos al colmo sobre el concepto de “Marihuana Medicinal”, se quiere convencer que han encontrado el remedio para todo, por lo que cultivan marihuana en el fondo para el nene. La marihuana viene con un marketing muy fuerte desde Canadá, donde es legal y la traen hacia toda América. Ahora esa marihuana se está sembrando en Jujuy para producir aceite de cannabis, que no es legal acá, pero lo producen igual sin problemas. Esa empresa le regaló el “Aceite de Cannabis” al Hospital Garrahan para hacer los experimentos con chicos con epilepsia, que está bien. Lo tienen que hacer con control médico. Esa empresa canadiense es la que presiona con el marketing para meternos la marihuana (en Argentina) y es la que la mete en Uruguay, donde promueven la “yerba con marihuana”, “la cerveza con marihuana”, “las tortitas con marihuana”… Quieren meterla en todos lados, quieren bajar el umbral de alarma, que puede estar en todos lados y la presentan como inofensiva, cuando no lo es…

– En algunos kioscos ya se estaría vendiendo aceite de cannabis…

– Sí, en todos lados… En este momento, el aceite de cannabis traído de quien sabe dónde, con etiquetas diferentes, se encuentran en dietéticas, kioscos, verdulerías… En Paraná, muchos amigos me cuentan que lo consiguen y que se lo pasan para cualquier dolor. En la medida que se metan el THC adentro, que es una droga que genera adicción, provoca placer, pero tendrán consecuencias a largo plazo. Y es un crimen dárselo a los niños… El aceite de cannabis tiene THC, que es el principio activo de estupefaciente de la marihuana. No sé cuánto tiene, porque la preparación es casera. El THC es la droga dañina… ¿Por qué no se vende en las farmacias? Porque es más el daño que el beneficio. Cuando se vende en farmacias, es porque está aprobado, que puede tener un efecto secundario dañino, pero su beneficio es mayor. No se vio eso nunca con el aceite de cannabis, porque tiene THC. El daño es mayor y hay otras cosas que calman el dolor que son más inofensivas que la marihuana, pero la propaganda dice que es un aceite sin THC, lo que es mentira, porque nadie puede obtener de una flor de marihuana un aceite que no tenga THC. Para sacarlo, tiene que ser en un laboratorio de alta complejidad, muy sofisticado que haga la extracción. En Argentina, nuestra ley de marihuana medicinal dice que se deben investigar los principios activos en laboratorios del CONICET o de las universidades y ver si se puede lograr un medicamento para que sea fabricado en los laboratorios nacionales y darlo gratuitamente al Estado. Esa investigación hay que hacerla en esas instituciones. En este momento el único proyecto que apareció es de una becaria del CONICET que va a empezar a investigarlo, mientras tanto, en Jujuy se acordó con una firma canadiense, para que siembren y produzcan el aceite ahí. Hicieron un convenio en contra de la ley de marihuana medicinal y a nadie le llamó la atención, por más que salió en todos los medios. Se habla mucho que las mamás cultivan para sus hijos epilépticos: el 99% de las epilepsias se curan con antiepilépticos de farmacia. La refractaria, que es la única que justificaría la marihuana, no hay más de 100 casos en el país y están registrados, porque el médico que tiene un paciente epiléptico refractario lo debe registrar y están bajo el control del Hospital Garrahan, entonces no se justifica que acá y en cada provincia del país haya mamás cultivando para sus hijos. No se dan cuenta que sus chicos, que además de epilépticos, no tienen otra enfermedad y son psiquiátricamente normales, terminarán 20 años después, psicóticos. ..

– ¿Los drogodependientes empiezan generalmente con el alcohol…?

– Muchos empiezan con el alcohol. Nuestros pacientes son policonsumidores, de marihuana, éxtasis, cocaína, LCD. Salvo algún caso, que haya consumido solamente cocaína, la mayor parte consume todo lo que encuentran…

– ¿Cómo es el trámite para recibir a un adicto en la Fundación?

– El pedido de atención lo hace la familia, generalmente lo traen a desgano, contra su voluntad. En casi todos los casos, la madre es la que hace todo, de garante, la que va a los talleres familiares… Lo primero que se hace es explicarles de qué se trata el tratamiento. El adicto no quiere atarse a un ritmo obligado, el familiar tampoco. En la casa no se tiene que consumir nada de alcohol, como el adicto no puede salir solo a ningún lado, no puede quedar solo en la casa, entonces siempre tiene que haber alguien que lo cuide. Hay que controlar que no usen el teléfono y las redes sociales, porque lo primero que va a hacer, es llamar a los compañeros de consumo o los compañeros lo llaman a él porque no lo dejan escapar. Así, es casi todo el primer año. En el caso que no terminaron la escuela, viene algún curso, algún taller o reinserción laboral, pueden volver a trabajar. Si no tiene garante, le indicamos que debe internarse, porque sin familia es más difícil pero la comunidad terapéutica tendrá que fortalecerlo para que pueda vivir en las condiciones que pueda vivir.

– ¿De qué edades…?

– Vienen por el tratamiento, chicos de 16 hasta 40 años, son más varones, pero no quiere decir que no haya chicas adictas. Contamos con médicos clínicos, psiquiatras, porque hay algunos que están medicados, sobre todo en la primera etapa del Síndrome de Abstinencia, hay trabajadora social, todos los días están tres psicólogos…

– Al no estar las 24 horas, ¿no corren riesgo de caer nuevamente en la adicción?

– Depende el caso. La mayor parte de los adictos no tienen familias comprometidas en su recuperación. El tratamiento no se puede empezar, si no se comienza garantizando la abstinencia. Todo  adicto con terapias ambulatorias, con psicólogos, que no garanticen eso, no se rehabilitan. No se puede trabajar psicológicamente en un cerebro intoxicado. Primero tiene que abandonar la droga. Hay chicos que caen en esta adicción, interviene el COPNAF (Consejo Provincial de Niñez, Adolescencia y Familia), son derivados a tratamientos con psicólogos a centros de salud, pero no son derivados a un tratamiento real contra la adicción…

– ¿Faltan más centros para recuperar a los adictos?

– En todo el país hay muchas comunidades terapéuticas y ninguno tiene completo el cupo. Todos los hospitales de día como el nuestro, cuentan con lugares para recibir más pacientes de los que recibimos, porque el problema es que la mayor parte de los drogadictos no quieren tratamientos y la Ley de Salud Mental no permite internarlo compulsivamente…

– ¿Deben ser privados y estatales?

– Tengo una opinión formada respecto de los “Centros de Tratamientos del Estado”: no funcionan. Todos los demás, que requiere la contratación de psicólogos, psiquiatras, médicos clínicos, operadores terapéuticos, son privados y el Estado en realidad los ocupa, incluso cuando un juez tiene que derivar un tratamiento, busca de la lista de “Comunidades terapéuticas” y cuando no lo pagan las obras sociales, lo hace la SEDRONAR. Lo que tiene que hacer el Estado es pagar los tratamientos en centros privados, no montar centros estatales…

– Algunas familias dicen, durante el día me lo controlan, pero de noche el chico se escapa…

– Ese es el problema, necesitamos tener un garante que me asegure que esté en su casa, que los primeros 6 meses no pueden salir solos a ningún lado, no pueden verse con los amigos de consumo, porque tiene una necesidad compulsiva de hacerlo. Y en ese marco, las familias no quieren asumir ese rol, entonces ese adolescente, que en su mayor parte se ha enfrentado a la familia, está peleado con todos, mayor parte de sus parientes no lo quiere, no se trata. En la Fundación tenemos cupo para 15 y tenemos 12 y hay mucha deserción. Empiezan el tratamiento y a los meses dejan de consumir, la misma familia dice, “ya está, logramos el objetivo, dejó de consumir”. Y lo sacan del tratamiento y ahí recaen seguro…

– La Academia Nacional de Medicina advirtió que en los últimos años ha aumentado un 50% el consumo de alcohol en menores de 14 años.

– El alcohol aumenta de la mano de la salida nocturna de los chicos. Cuanto más tempranamente los padres dejan salir a los chicos, ellos en la calle van a tomar alcohol, porque es la moda. Pareciera que no existe para ellos, diversión sin alcohol y la única manera de revertirlo, es que los padres entiendan que chicos de 13 años no pueden estar en la calle. Hay que restringir las salidas nocturnas.

– ¿Es posible restringir las salidas nocturnas en los tiempos que corren?

– Sí… Hoy fracasa el proyecto paterno, cuando el chico llega a los 13 y los padres no se animan a decirle que no, porque tienen miedo al berrinche del hijo. Ahí perdieron. El problema más grave de los padres es que tienen miedo a ser autoridad, en los talleres preguntan: ¿cómo hago para decirle que no a mi hijo…?

– ¿Ayuda que hubo un avance en la lucha contra el narcotráfico y el narcomenudeo?

– En la lucha contra el narcotráfico a gran escala, se ha hecho mucho en este último período, no sé si suficiente, sí hubo muchas detenciones. Se ven allanamientos, desmantelamiento de bunkers. En el narcomenudeo hace falta investigar mucho, tener equipos especializados, porque es un fenómeno particular, que compromete familias enteras dentro de un barrio, son redes. No se ve en los medios que haya grandes procedimientos. En barrios de Paraná de clase media baja o en las villas al lado de los arroyos, todos tienen ventas de drogas y tampoco se llega con programas preventivos serios. Desde que pasó lo de la ola de frío con la gente en la calle, estoy tratando de ser la voz del adicto en la calle. En estos días hubo personas que fueron explotadas políticamente por todo el mundo, hubo gente que salió a dar sopa, frazadas, a abrir refugios, pero nadie vio al adicto de la calle, a quien se lo está condenando a muerte igual. A esa persona, el Poder Judicial debe dar la orden de internación por estado de peligrosidad, no lo acepta nadie, no busca tratamiento, la familia lo tiró a la calle. No es un nuevo pobre, es un despreciado por la familia. Apelo a que la Justicia tome injerencia, que recorran Paraná y los pueblos, atrás de la Terminal de Ómnibus está lleno de adictos durmiendo ahí, levantarlos uno por uno, iniciar un expediente y ordenar la internación. Hay que rescatar esa gente que no quiere ser rescatada, que son compulsivos.

– ¿Cómo pueden hacer los interesados en recibir el tratamiento en la Fundación?
– Nos encuentran en Facebook “Fundación Ave Fénix”. Quiero aclarar que para hacer un tratamiento en un hospital de día como el nuestro, la persona garante tiene que vivir con el paciente en Paraná, porque hay que llevarlo y traerlo todos los días. Los del interior de la provincia deben internarse. En Paraná está “Luz de Vida” y en Santa Fe hay otras instituciones muy buenas. Para ambulatorios con nosotros, es difícil si no viven en Paraná…

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