La incorporación del control biológico junto a otras tecnologías sustentables constituye otro paso del SENASA hacia una alternativa de control de plagas con productos fitosanitarios de bajo impacto ambiental, dentro del marco de Manejo Integrado de Plagas (MIP), llevado adelante por el Programa Nacional de Acridios.

Las prácticas se efectúan con el microsporidio Paranosema locustae (Canning) en áreas de mallín con presencia de tucuras de las localidades de Los Chacayes, Loncopué, Quilca y Junín de los Andes.

Los efectos del biocontrolador generan un porcentaje importante de mortandad, y debilitamiento del resto de la población infectada; además de transmitirse a través de las generaciones de la plaga y perpetuarse en el ambiente.

Existen antecedentes de aplicación de este producto en el año 1996, luego evaluadas en 2007 en establecimientos de la región de Loncopué con resultados que demostraron su efectividad sobre distintas especies de tucuras.