Conmovedor e impactante relato de Julio Ambrosio, el fundador de “Estrellas Amarillas”

recalde-y-sittner-1600x1200Visitó esta semana el “Centro Periodístico de Entre Ríos”, el fundador de la Campaña Estrellas Amarillas y presidente de la Fundación “Laura Cristina Ambrosio Battistel”, Julio César Ambrosio, quien en diálogo con el Cont. Fernando A. Huck, director de El Observador, contó cómo a partir de la trágica muerte de su hija, en un accidente de tránsito, ocurrido en La Pampa, en 2006, empezó a recorrer miles de kilómetros a lo largo y ancho del país para crear conciencia sobre la seguridad vial. Acompañado de Úrsula Sittner y Norma Recalde, de “Estrellas Amarillas Tala-Entre Ríos”, Ambrosio habló de proyectos, leyes, opinó sobre el accionar de la Agencia Nacional de Seguridad Vial y dijo que a pesar de haber sufrido hace un par de años un ACV, no parará en esta lucha, que sigue sumando colaboradores y voluntarios en todo el país. ambrossio-1600x1200

– Lleva más de 600.000 kilómetros recorridos para concientizar sobre cómo desenvolverse a la hora de manejar…

– (Ambrosio) Sí, hemos recorrido todo el país. He perdido 2 hijas, la primera (María Soledad), cuando tenía 5 años y Laura, a los 21, en un accidente de tránsito, lo que me llevó a promover estas campañas. Lo que les voy a contar es muy duro, pero quiero que los padres tomen conciencia. Me dediqué toda la vida a la construcción, hacía casas, edificios, menos rutas y un día, trabajando en una obra, me llama por teléfono uno de mis hijos y me dice “Papi, vení a casa que Laura no está bien”. Yo guardé el celular y pensé que solo había tenido alguna discusión menor con su madre, pero no alcancé a guardar el celular, que me volvió a sonar y me dice mi hijo “Papi vení, que lo de Laura es grave”. Yo le sentí la voz quebrada, mal. Dejé todo y salí para casa. No pasaban más las cuadras y cuando llego y abro la puerta de la cocina, encuentro a mi suegra, mi mujer y a un amigo hablando por teléfono que decía “… la morgue… La Pampa…” No entendía nada, le digo a mi mujer, ¿dónde está Laura…? Y nadie me respondía. Eso fue en mi casa en Córdoba y no sabía que mi hija había salido de viaje. Mi amigo corta la llamada telefónica y me dice… “no tengo forma de contarlo… Laura se mató”… pregunté, ¡¿cómo?! Y me derrumbé en la silla… Imagínense para un padre recibir semejante noticia… “Laura viajaba a Bariloche a acompañar a una amiga e iba ella sentada atrás en un auto, manejaba una persona a alta velocidad y con alcohol en sangre, a más de 150 km. mordió la banquina y el auto empezó a dar tumbos y todos los golpes los recibió del lado de ella y se desnucó”. Laura no me quería decir nada, porque pensaba que le iba a decir que no viajara y obvio que le iba a decir que no. Le pidió permiso a la madre… Cuando me terminan de contar todo eso, dije “la voy a buscar a La Pampa, porque Laura no se mató, no se murió, no me dijo ‘chau papi’ y me está esperando”. Quise ir en mi camioneta y mi hijo mayor no me dejó y me llevó con un amigo. Fue un viaje que no se lo deseo a nadie, de 700 km sin decir una sola palabra. Solamente el pensamiento en ella… Llegué a La Pampa con la esperanza de encontrarla con vida, de que podamos darnos un abrazo. Me bajo del vehículo, viene el médico con 2 enfermeras del hospital, a quienes les pregunto: “¿Dónde está mi hija?” “Está en la morgue” me contestan… Caminamos un pasillo largo e interminable y me dicen si estaba preparado… ¿Qué padre está preparado para ver a su hijo muerto? ¡Ninguno! pero hay que hacerlo. Abrió la puerta y cuando la vi, fue terrible. Mi hijo se desmayó… La miré y tenía una sonrisa en los labios y le digo “Lauri, vámonos a casa”, le toque el cabello… la besé en la frente… y le agarré la mano fuerte y le dije “El Señor está contigo”…. Estaba destruido. No era yo. Era otro ser humano. Firmamos todo, la cargaron en un cajoncito atrás en una ambulancia y la llevamos a Córdoba. Todo el viaje fui sentado en el piso, al lado de ella y mirando las estrellas, le juré “tu padre va a hacer lo imposible para que no se maten más jóvenes en la ruta”. A partir de ese momento empecé a luchar. Pasaron diez años de eso, cuando comencé con la campaña. Fui pueblo por pueblo y hoy está en todo el país la campaña, en Tierra del Fuego, Santa Cruz, Río Negro, Neuquén, Tucumán, Salta, Jujuy… Quiero que los padres entiendan y que pueden decirles “no” a tiempo a los hijos. Si mi esposa me hubiera consultado, yo hubiera dicho que “no” y no iba. Mi esposa quedó muy mal por lo que pasó… Al enterrar a un hijo, se van tus sueños, tus ideas, tu vida se termina. Después, vivís por vivir. Yo me entregué a esto de lleno…

– ¿Por qué la estrella amarilla?

(Ambrosio) Mirando el cielo… El amarillo es un color que ilumina. Hemos armado más de 440 grupos en todo el país que nos ayudan…

– (Recalde) Nosotras (con Úrzula) no tuvimos a ningún familiar fallecido en accidentes, pero nos sumamos por amor al prójimo, porque no queremos ver más jóvenes muertos en accidentes evitables. Trabajamos mucho en la prevención y lo que se pueda hacer dando conferencias, para que el niño o el joven tomen conciencia de esto.

(Sittner) Vamos a los colegios a dar charlas y es importante tenerlo a Julio, con quien hemos ido a Urdinarrain, Mansilla, Diamante, Cerrito…

– (Recalde) También vamos a las rutas, donde realizamos volanteadas en caso de ser necesario. Estuvimos recolectando firmas en la Ruta N° 20, para que arreglen la rotonda (en cercanías de Basavilbaso), donde hubo muchos accidentes y entregamos un petitorio al gobernador para que se arregle ese lugar. Es decir, no solamente concientizamos, sino que también exigimos.

– Hablaron de accidentes evitables, en el que mueren cientos de personas por año…

– (Ambrosio) El año pasado murieron 8.500 personas. El promedio de los fallecidos es de 26 años de edad. Cuando muere una persona, no es solamente el que fallece, se muere toda la familia… No hay más fiestas, no hay más cumpleaños, no hay más nada, la vida baja la cortina, más allá de que hay que seguir. Yo seguí por esta campaña y lucho por los demás, no por mí, porque yo ya perdí…

– ¿Ayudaría la “Ley Alcohol O”?

– (Ambrosio) La campaña de “Alcohol O” nació en Córdoba, un 31 de diciembre, cuando 11 chicos de entre 18 y 20 años murieron en un accidente, todos alcoholizados. En ese momento el gobernador De la Sota me dice, “Julio, vení que quiero hablar con vos urgente”. Fui a su casa y me preguntó, ¿Cómo es eso del proyecto que el que maneja no debe tomar? y le dije que es simple, que por favor saque la “Ley Alcoholemia 0” para conductores de colectivos, camiones, taxis y me pidió que la impulse en todo el país.En el primer año bajamos un 22% la cantidad de muertes, 169 personas menos fallecieron…. Luché tanto que hoy ya la tienen también Salta, Neuquén, Río Negro, Misiones, La Rioja, pero todavía faltan las demás. Nuestros gobernantes son fríos, porque no les pasó, no saben lo que es perder un hijo. Cuando tenés que ir a una funeraria para elegir el traje que le vas a poner a tu hijo, que va a ser la última vez que lo vas a ver, la vida te cambia por completo. Nunca pensé que iba a hacer esto y lo hago en función del prójimo, porque no quiero que otros pasen por esto…

– ¿Hacen falta leyes más rigurosas?

– (Ambrosio) Hay leyes, pero que las aplican los hombres como mejor les conviene. No quiero dejarle a mi hijo un país que si vos matás a otro con un revólver, te dan de 8 a 25 años. Ahora si pisás a una persona con el auto, la abandonás, la tirás y lo único que hacen, es sacarle el carnet, es ridículo. No digo que me van a devolver a mi hija, pero que sepan los que manejan y toman, que hay sanciones graves. Hace poco recibí un mail del gobierno de Uruguay, donde me pedían si podía mandarles la “Ley de Alcohol 0” que tenemos en Córdoba. Pensé que era un chiste, pero se lo mandé y a los 15 días el presidente Tabaré Vásquez decretó Alcoholemia Cero en ese país. Si pisás Uruguay y tomás, te quitan el auto.

– ¿Quién cree que está frenando esto para que no se aplique a nivel país?

– (Ambrosio) Cuando se hablaba del “100% libre de humo del tabaco”, los negocios decían que se iban a fundir, pero todo sigue funcionando igual… Una cosa es ser estadista y otra es ser político. El político trabaja para las próximas elecciones, el estadista trabaja para las próximas generaciones. No quiero ofender a nadie…

– ¿Qué diferencia hay entre una persona alcoholizada que maneja y una drogada?

– (Ambrosio) Es igual. Los alcoholímetros miden si tenés drogas. Algunos argumentan que los equipos son caros para implementarlo, pero.. ¿cuánto vale la vida de un hijo…? Recientemente tuve un enfrentamiento feo, telefónicamente, con funcionarios de la Agencia Nacional de Seguridad Vial, justamente por esta ley. Ellos dicen 0.1 gr de alcohol en sangre, es decir, te dan lugar a tomar una cervecita. Es cero!!!! El que maneja, no debe tomar…

– ¿Qué opina del trabajo de la Agencia?

– (Ambrosio) Están en la pampa y la vía. No tienen rumbo. Están sacando fotos a las familias que tuvieron accidentes, pero… ¿para qué queremos fotos…? Queremos que señalicen, que marquen las rutas. Hace 10 años que estamos luchando y conocemos bastante bien de todo esto.

– ¿Qué deben hacer aquellos que quieran armar un grupo de “Estrellas Amarillas” en su pueblo o ciudad?

– (Recalde) Nos pueden llamar al 0351-153020529 o comunicarse por mail a Fundació[email protected]. Los asesoramos y viene Julio a hacer la apertura del grupo. Cuando se hace el lanzamiento, por lo general se construye un monolito en cada ciudad para que sea representativo y para que se sepa que está adherida a esta fundación. En la entrada de Rosario del Tala hay uno, es una pirámide de espejos rotos y la estrella. La primera simboliza cómo queda la familia después que muere una persona en un accidente, totalmente destruida…

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