Con un dólar a $ 28, miles de familias renunciaron a créditos hipotecarios y perdieron garantías

Miles de familias, en su afán de tener su casa propia, realizaron los trámites para tener su crédito hipotecario. Luego visitaron decenas de viviendas hasta dar con esa, la ideal. Reservaron. Llevaron toda la documentación y el sueño parecía a punto de cumplirse. Pero el dólar, de repente, pegó un salto inesperado. Tan grande que a ellos, tras semanas de angustia, no les quedó más opción que “bajarse”, perdiendo la ilusión y también mucho dinero.

 

Cuentan en las inmobiliarias que fue ese el desenlace más común para miles de familias que habían pedido préstamos hipotecarios UVA durante el primer cuatrimestre, con el dólar aún en torno a los $ 20, pero no lograron escriturar antes de que la cotización superara los $ 25 en mayo e incluso se acercara a $ 29 este mes.

 

¿Qué pasó? Como el préstamo se da pesos, pero la propiedad se compra en dólares, esa suba de un 37% en sólo dos meses implicó que, por ejemplo, quien aspiraba a un 2 ambientes promedio necesitara conseguir $ 720 mil extras, a veces a días de la fecha de escrituración.

 

“De los que iniciaron con el dólar a $ 20 y llegaron a escriturar a $ 23 o $ 24, un 80% se concretó. El desfasaje se pudo manejar. Pero, entre los que demoraron más, una vez que el dólar pasó los 25, más del 80% de las operaciones en curso se cayeron o quedaron suspendidas. Quedó todo parado hasta ver en cuánto se estabiliza el dólar”, aseguró a Clarín, Alejandro Juan Bennazar, presidente de la Cámara Inmobiliaria Argentina.

 

Y explicó: “Sucede que la gente, al reservar, dejó sólo 5 o 10% de margen por si el dólar subía. Nadie se preparó para algo así. La volatilidad fue tal que ni siquiera tenía sentido ir al banco a renegociar el monto. Hubo gente que lo hizo para ajustarse a un dólar de $ 23 o $ 25, sumando ingresos de familiares y pidiéndoles dinero prestado a sus allegados, y el banco hizo el esfuerzo para acceder. Pero luego tampoco eso sirvió porque el dólar volvió a subir y el caso ya fue insalvable”.

 

Para los que debieron desistir, fue mucho más que una dura desilusión: muchos perdieron reservas que habían entregado por montos que promedian los US$ 5 mil (más de $ 140 mil). Y si habían llegado a la etapa final, les reclamaron gastos de escribanía.

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