Con renovadas expectativas, agricultores celebran su día

El “Día del Agricultor” se conmemora en el país, el 8 de septiembre de cada año, porque en esa fecha, de 1856, se fundó la primera colonia agrícola, en Esperanza (Santa Fe). Fue instituido en 1944, cuando se sancionó el Decreto Nº 23.317 del gobierno argentino. Se trata de un reconocimiento y agradecimiento a quienes desde los albores de la Patria, trabajan a destajo la tierra.

LOS NÚMEROS DEL SECTOR  

Según los datos publicados del último Censo Nacional Agropecuario, en el país existen 250.801 explotaciones agropecuarias y para actividades agropecuarias se utilizan 157.000.000 de hectáreas.

En Argentina, una parte sustancial de la producción agrícola se exporta sin manufacturación, en forma de granos (soja, maíz, trigo y girasol) y el resto se destina como materia prima, principalmente a la industria de la alimentación, humana y animal.

HERMANARSE CON LA TECNOLOGÍA  

Para el productor fue un gran desafío adaptarse a las nuevas tecnologías, pero también las mismas contribuyeron a mejorar su eficiencia y puede hacerlo aún más.

Al respecto, el coordinador Técnico de la Asociación Civil “Fertilizar”, Nicolás Rouillet, aseguró por ejemplo que la cosecha de maíz en Argentina podría pasar de las 51 millones de toneladas que se obtuvieron en la campaña 2021/22 a un potencial de 78 millones, sin necesidad de ampliar la superficie. Solamente sería con una mejora en las estrategias de fertilización, que eleven los rindes.

El profesional detalló que los lotes argentinos podrían llegar a rendir en promedio 14,4 toneladas por hectárea de maíz, pero ese valor es muy difícil de alcanzar actualmente, ya que hay cuestiones difíciles de manejar, como el clima. Pero para Rouillet, sí es viable pensar en alcanzar el 80% de ese potencial, lo que cual permitiría alcanzar las cifras antes mencionadas.

INVERSIONES Y BUENAS PERSPECTIVAS  

La Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, que dirige el entrerriano Juan Bahillo, a través de un informe elaborado por la Subsecretaría de Agricultura, destacó que la estimación de inversiones en capital de trabajo para la Campaña Agrícola 2023/24 para los principales cultivos alcanza los 24.230 millones de dólares totales y una superficie de 38.973.000 hectáreas.

Del total de la inversión en capital de trabajo proyectada, el 43,1% corresponde a alquileres; el 15,8% a fitosanitarios; el 13% a fertilizantes; 13,7% a semillas; el 14,2% para labores y el 0,3% corresponde a riego.

A su vez, el informe expresa que las principales inversiones de capital de trabajo las encabeza la soja (de primera y segunda), con más de 9.223 millones de dólares; seguido por el cultivo de maíz, con 7.800 millones de dólares y el trigo con más 2.800 millones de dólares.

En relación a la superficie sembrada, 7,7 millones de has. corresponden a la Cosecha Fina (trigo y cebada); 29,55 millones de has a la Cosecha Gruesa (maíz, soja, girasol y sorgo) y 1,7 millones de has corresponden a arroz, maní, algodón y legumbres.

El informe señala que el 70% del total de la superficie sembrada está en manos de terceros y que si se agregan los gastos de comercialización y cosecha (10.300 millones de USD) y lo necesario para mantener la estructura de producción (6.000 millones de USD), la suma final asciende a 40.500 millones de USD.

EL CLIMA, UNA PREOCUPACIÓN  

Tras una dura sequía en la campaña pasada, los agricultores renovaron sus expectativas y esperan que el clima, tal como lo anticipan los pronósticos, acompañe al sector. Si bien la campaña comenzaría con escasas reservas en los perfiles y falta de precipitaciones que dificultarían en parte la incorporación de los planteos tempranos, a medida que avance la primavera “El Niño” traerá la humedad necesaria para las siembras tardías y para transitar los periodos de definición de rendimiento con condiciones climáticas favorables. Aunque aún queda por confirmar cuándo exactamente estas lluvias podrían materializarse, el consultor de la Guía Estratégica para el Agro de la Bolsa de Cereales de Rosario, Alfredo Elorriaga, sostiene que es posible que la llegada del agua se adelante incluso antes de lo previsto.

Aunque algunas zonas del país recibieron lluvias en los últimos días, gran parte del centro y oeste continuaron sin precipitaciones significativas; falta de agua que plantea un panorama desafiante a semanas de la siembra del maíz.

Las mayores probabilidades de reactivación de las mismas están dadas para octubre, pero la incertidumbre se centra en lo que pueda pasar con las lluvias en septiembre y su impacto sobre la evolución de la siembra maicera temprana.

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