Con el fútbol en los genes

Agostina Holzheier tiene una marcada habilidad para sacarse a un rival de encima con su velocidad o gambeta; habilidad que no le resultó útil de pequeña para evitar su pasión por el fútbol. Con una fuerte influencia en la familia tanto de los papás como de sus hermanos, iba a ser era algo natural verla correr detrás de una pelota.

Con tan sólo 4 años se calzó los botines para salir a la cancha. Sus primeros pasos fueron en Cultural y luego emigró a Unión donde no se achicó ante una marca férrea del contrario de turno. Se fue formando con ese marco, en un mundo de chicos y de adversarios más fuertes que ella hasta que el límite de edad para compartir el terreno de juego, llegó. Entonces apareció la pregunta: ¿Qué hacemos? “Estaba jugando en Liga con los varones y mi categoría ingresaba a Juveniles, entonces ya no podía seguir con ellos. Surgió la idea de ir con el equipo femenino pero era muy chica. Diego Faisal, que me conoce desde muchos años, me dijo que fuera a entrenar mientras tanto con los varones a la tarde y con las mujeres a la noche. No tuve problemas y me sumé al grupo sin importar la diferencia de edad”, comenta Agos en la charla con El Observador.

Claro, párrafo aparte para quien no lo sabe, la más peque del plantel y quizás de la Liga Paranaense, nació el 30 de septiembre de 2003, apenas cumplió 14 años. Su atrevimiento en la cancha sorprendió a más de uno y una que no la tenía en sus registros. Las buenas actuaciones y los goles en el puntero del certamen liguista, llamaron la atención de quienes conformaron la Preselección Paranaense que disputará el Argentino próximamente. Junto con varias jugadoras del Verde, participa de los entrenamientos que se efectúan en búsqueda del equipo que representará estas tierras.

Pero sumerjámonos en el campeonato de la LPF que lidera Unión. “Nos está yendo muy bien, se armó un lindo grupo y hay jugadoras muy buenas en el plantel”, describe con su timidez característica, lo cual no se percibe en la cancha. “El equipo tiene chicas de Crespo, pero también de otras ciudades que se han sumado”, agrega.

A la hora de marcar las diferencias entre el fútbol con los chicos y las mujeres, señala que antes “había mayor roce. Se jugaba más fuerte. Ahora algunas me preguntan qué edad tengo o me dicen que no corra mucho (dibuja una sonrisa)”.

El objetivo del Cervecero para este año indudablemente pasa por lograr el título, luego de ser protagonista durante varios torneos. En tanto que un sueño particular de la joven delantera, también pasa por llegar al primer nivel del país donde hoy está su coterránea Sofía Schell (juega en UAI Urquiza de Buenos Aires). Pero para soñar hay que volar alto: “Me gustaría llegar a la Selección”, comenta.

Hermana menor de Alcides, de Alejandro (jugó hasta hace poco en Unión de Crespo) y de Álvaro (actualmente en Patronato), es fana de River como toda la familia. Respaldada como siempre por sus papás Alcides y Norma, sigue formándose como jugadora. Su mamá también la suele acompañar en los partidos: “Me indica lo que no me indica el técnico. A veces le hago a casos, otras no”, comenta entre sonrisas.

Agos tiene un presente sumamente interesante y un futuro prometedor. Gol a gol seguirá creciendo y corrigiendo cuestiones del juego. Su habilidad es innata y de ahora en más resta moldear su estilo. “Me gusta jugar como enganche y colaborar con las delanteras”, explica para terminar y despedirse con la timidez de siempre, la que se olvida a la hora de encarar rivales.

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