Cómo prevenir hongos e infecciones en el verano

En la temporada de verano, quienes usan los natatorios, tienen una mayor predisposición a ser afectados por hongos y virus. La Dra. Flavia Melchiori (MP Nº 10145), médica del Hospital “Centenario” de Gualeguaychú, detalló que los síntomas característicos del hongo son ardor, picazón y eritema (enrojecimiento en forma oval) en la piel. Para prevenirlos y tratarlos, se recomienda secar bien la zona ubicada entre los dedos, ingle y axilas después del baño, con toalla e incluso secador eléctrico.

En cuanto al tratamiento, la profesional explicó que depende de la causa que lo generó y la parte afectada del cuerpo. En general, se indica el uso de cremas antimicóticas y en caso de no responder, se recurre a una medicación vía oral. Melchiori aconsejó un control médico periódico y la derivación al dermatólogo para evaluar si hay o no desarrollo de hongos y destacó como clave, exigir el certificado de salud previo al ingreso en las piletas de uso público.

Los hongos son microorganismos que también pueden “atacar” a mucosas, pelo y uñas. Los pacientes más propensos a tenerlos son quienes padecen enfermedades que disminuyen las defensas (diabetes y virus de inmunodeficiencia humana). La mayoría de estos hongos son contagiosos, por contacto de persona a persona o a través de los natatorios y duchas.

 

GOLPES DE CALOR

 

Por otra parte, desde la Dirección de Salud Materno Infanto Juvenil del gobierno provincial recordaron que es importante observar los posibles riesgos asociados a las actividades veraniegas, para tomar los recaudos necesarios y prevenir lesiones.

Se aconseja mantenerse en lugares frescos y bien ventilados; usar ropa de algodón; ofrecer líquidos constantemente sin esperar que los chicos lo pidan (agua segura o jugos naturales; no bebidas azucaradas y con cafeína) y en el caso de lactantes, ofrecer el pecho de manera más frecuente.

Los síntomas del agotamiento por calor son cansancio o debilidad; sudoración excesiva; sensación de calor sofocante y sed; fiebre; calambres musculares; inapetencia, náuseas o vómitos; dolores de cabeza; irritabilidad (llanto inconsolable en los más pequeños); mareos o desmayos. Si el chico presenta estos síntomas se lo debe trasladar a un lugar fresco y ventilado; ofrecerle agua fría, ducharlo con agua fresca, no administrar antifebriles y consultar a un profesional de la salud.

En relación a la exposición solar se debe evitar el horario de 10.00 a 16.00, como también los juegos intensos que hagan transpirar en exceso. Es aconsejable usar sombreros o gorras con visera, mojar la cabeza y partes del cuerpo de manera frecuente y usar siempre protector solar (factor 15 o mayor) en zonas expuestas, aún en días nublados. Asimismo, recordar renovar la aplicación cada 2 horas o bien después de meterse al agua o de haber transpirado. También hay que tener presente que los menores de un año no deben exponerse al sol en forma directa y que a partir de los 6 meses se pueden usar protectores solares para situaciones en las que estén expuestos ocasionalmente.

 

CUADROS CON DIARREA

 

En verano aumenta la frecuencia de cuadros diarreicos, que se manifiestan por deposiciones blandas y frecuentes, dolor abdominal, vómitos y fiebre. Se transmiten generalmente por consumo de agua o alimentos contaminados (falta de higiene en las manos al manipular alimentos, verduras crudas, carnes sin cocción completa, productos lácteos sin pasteurizar, consumo de agua no segura o ingesta de agua de la pileta o río). Por eso se recomienda consumir sólo agua segura; lavado de manos y asegurarse que los alimentos mantengan la cadena de frío y consumir la carne bien cocida. Si no se posee servicio de agua potable se deben colocar dos gotas de lavandina por cada litro de agua y dejar reposar 30 minutos o bien hervir el agua durante tres minutos y esperar a que se enfríe para consumirla.