¿Cómo prevenir el estrés térmico por calor en bovinos de producción?

Debido a las altas temperaturas que se están registrando en diferentes zonas productivas del país, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria reiteró la importancia de prevenir el estrés por calor en bovinos de producción y brinda algunas recomendaciones para personas vinculadas con la cría y engorde de ganado bovino.

La sombra de árboles es una de las más efectivas, ya que no solo disminuye la radiación, sino que produce menor temperatura del aire por la evaporación desde las hojas. Cuando la provisión de sombra sea artificial, debe colocarse de manera de permitir el movimiento de aire por debajo de la misma (a una altura de entre tres y cuatro metros). Se recomienda el uso de malla plástica de media sombra con 80% de densidad, orientada de norte a sur. Además, es importante que el ganado tenga suficiente espacio para evitar el hacinamiento, esto implica disponer entre dos y cuatro metros cuadrados por animal.

También se debe proporcionar agua fresca, limpia y abundante. Un bovino adulto puede consumir, en promedio, hasta 107 litros de agua por día (7% de su peso). Y si se trata de una vaca lechera de alta producción, puede ingerir hasta 140. Además, se recomienda realizar un análisis del agua para determinar las concentraciones de sales y prevenir el rechazo de su consumo.

Las fuentes de agua deben estar ubicadas en lugares estratégicos de acceso fácil y rápido; hayque controlar el caudal y la presión antes de períodos de extremo calor y asegurar espacio suficiente en los bebederos.

Adecuar la alimentación: Desde el SENASA recomiendan “suministrar ‘dietas frías’, es decir, aquellas que por su composición minimizan la generación de calor metabólico manteniendo la oferta de nutrientes. Además, es conveniente conocer el nivel de infección con hongos productores de ergoalcaloides presentes en las pasturas para evitar su ingestión. En bovinos lecheros, se debe priorizar los pastoreos nocturnos y de madrugada. En el engorde a corral, administrar entre el 30% y 40% de la ración por la mañana y el resto por la tarde”.

Cuando se prevean temperaturas elevadas, se aconseja refrescar la hacienda, bien temprano a la mañana o durante la noche, utilizando un caudal suficiente para penetrar el pelo. Si se los moja en horas de mucho calor y de manera insuficiente, puede ser contraproducente.

También se puede mojar el suelo de los corrales, sin llegar a embarrarlos, para minimizar la radiación indirecta. En bovinos lecheros, “proporcionar ventilación adecuada en sala de ordeñe y utilizar ventiladores y aspersores en patios de espera y en el área de comederos y túneles de enfriado. Es bueno combinar períodos cortos de mojado intensivo con momentos prolongados de ventilación. El tamaño de gota durante la aspersión debe ser lo suficientemente grande como para mojar el animal”.

Signos de estrés calórico

Los signos que con mayor frecuencia pueden observarse en los bovinos son, en primera instancia, el aumento de la frecuencia respiratoria y del consumo de agua, así como la búsqueda de sombra. A medida que las condiciones estresantes se agravan, comienzan a observarse, disminución de los desplazamientos, reducción del consumo de alimentos, disminución del tiempo dedicado a rumia y descanso, jadeo, salivación excesiva y protrusión de la lengua. Además, el estrés calórico puede llevar a una disminución en el consumo de alimento, en la ganancia de peso y en eficiencia productiva, así como un aumento en la susceptibilidad a enfermedades”.

El estrés calórico afecta el bienestar animal y puede matar a los animales, generar pérdidas y gastos adicionales o desmejorar la calidad de la producción.

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